En California, la reciente decisión de la Corte Suprema estatal ha puesto en jaque a la conocida «Ley del Limón», que hasta ahora se consideraba un pilar de protección para los consumidores. Este fallo establece que los vehículos usados con garantía del fabricante aún vigente no están cubiertos por las disposiciones que obligan a las marcas a reembolsar o reemplazar coches defectuosos.
El caso que detonó esta controversia involucra a un Dodge Ram 2500 del 2011, adquirido como vehículo usado en 2013 pero aún bajo la garantía original del fabricante. Cuando el motor comenzó a presentar fallos recurrentes que no se resolvieron tras seis visitas a talleres autorizados, los propietarios intentaron recurrir a la Ley Song-Beverly, el otro nombre que se le dio.
Las consecuencias de poner en jaque a la «Ley de Limón»
La consecuencia inmediata de esta decisión es clara: los compradores de coches usados, incluso aquellos que pagan un sobreprecio por vehículos con garantías vigentes, quedan desprotegidos frente a defectos graves. Esto ha sido un golpe para consumidores que, al confiar en la cobertura del fabricante, se enfrentan ahora a reparaciones costosas que no pueden evitar. Rosemary Shahan, presidenta de Consumers for Auto Reliability and Safety (CARS), expresó su frustración al afirmar que esta decisión pone en duda el valor de una garantía si no protege a los propietarios cuando más lo necesitan.
El impacto de este fallo no se limita a un solo caso. Las demandas relacionadas con vehículos defectuosos han aumentado drásticamente en California, pasando de 15,000 casos en 2022 a más de 22,000 en 2023, según el Daily Journal. Este incremento refleja la creciente insatisfacción de los consumidores, quienes ahora podrían enfrentar aún más barreras legales para obtener compensaciones por problemas en vehículos usados. Además, la decisión podría influir en futuros casos, limitando las posibilidades de recurso para los afectados.
Las preocupaciones que trae la sentencia en contra de la «Ley de Limón»
Una de las principales preocupaciones es cómo esta sentencia afecta a los vehículos usados «certificados», promocionados como inspeccionados y respaldados por los fabricantes. Aunque estas certificaciones sugieren una calidad superior, ahora no está claro si los compradores de estos automóviles también estarán desprotegidos bajo la «Ley del Limón» en caso de defectos graves. Este vacío legal deja a muchos consumidores en una posición de incertidumbre.
La controversia no muestra señales de calmarse, ya que los grupos de defensa del consumidor están exigiendo reformas legislativas para cerrar este vacío legal. Mientras tanto, la antigua Fiat Chrysler Automobiles (FCA), ahora parte de Stellantis, se encuentra en el centro del debate, enfrentando críticas por su rol en este caso emblemático. La situación pone de manifiesto la necesidad de garantizar que las garantías ofrecidas por los fabricantes sean algo más que una promesa vacía para los compradores de coches usados.