En sus 76 años de historia, Porsche ha demostrado ser un pionero en el diseño y desarrollo de vehículos deportivos de alto rendimiento. Desde el modesto Porsche 356 con 35 CV hasta el revolucionario Taycan Turbo GT con paquete Weissach y 1.108 CV, la marca ha superado constantemente los límites de la ingeniería y el diseño automovilístico. Esta evolución refleja la filosofía de Porsche: mantenerse fiel a sus raíces mientras se reinventa constantemente.
El Porsche 356
Todo comenzó en 1948 con el Porsche 356 ‘Nr 1’, un vehículo que, pese a su modesta potencia de 35 CV (26 kW), capturó el espíritu deportivo gracias a su ligereza de apenas 585 kilos y su aerodinámica avanzada. Este modelo, producido inicialmente en Gmünd, Austria, marcó el inicio de una saga legendaria. Como decía Ferry Porsche, “miré a mi alrededor y no encontré el deportivo de mis sueños, así que decidí construirlo”.
El 356 evolucionó rápidamente para satisfacer las crecientes demandas de pilotos y entusiastas. En 1955, el 356 A 1500 GS Carrera introdujo un motor que alcanzaba los 100 CV (73 kW), consolidando la reputación de Porsche como fabricante de vehículos diseñados tanto para la carretera como para las pistas de carreras.
Porsche supera los 200 CV en 1960
En la década de 1960, la marca alemana cruzó la barrera de los 200 CV con el 718/8 W-RS Spyder. Este modelo, equipado con un motor de 8 cilindros y 2 litros, alcanzaba los 210 CV (154 kW) y triunfó en competencias como la Targa Florio y los 1.000 Km de Nürburgring. Estos logros obtenidos a Porsche como un contendiente serio en el automovilismo y consolidaron su reputación de innovación tecnológica.
El lanzamiento del 911 Turbo (Tipo 930) en 1974 marcó un punto de inflexión. Este modelo fue el primer 911 en ser considerado el Porsche de producción más potente de la historia, con 260 CV (191 kW). Su velocidad máxima de 251 km/h y su aceleración de 0 a 100 km/h en solo 5,2 segundos elaboraron nuevos estándares para los deportivos de la época, revolucionando el mercado con su motor turboalimentado.
Los números del 911 Turbo RS
Entre 1974 y 1986, dos modelos únicos ocuparon el trono de los Porsche más potentes. El 911 Turbo RS, creado para el compositor Herbert von Karajan, presentaba un motor turbo de 360 CV (265 kW) sobre un chasis de competición. Más tarde, el 935 Strassenversion, una adaptación del modelo de carreras, alcanzó los 380 CV (279 kW) y marcó un hito en 1986 al ser la primera creación de Porsche Exclusive.
Al comenzar la década de los 80 aún quedaba mucho camino hasta los 1.108 CV del actual Taycan GT Turbo. La llegada de la categoría Grupo B, con sus enormes potencias y el desarrollo de la tecnología de tracción total, animó al fabricante a crear un deportivo extremadamente avanzado: el 959 de 1986. Se convirtió en uno de los automóviles más influyentes de la historia, con un motor turbo de 515 CV (378 kW) en versión S, tracción total y suspensión electrónica.
El 959 S superó la barrera de los 500 CV y se mantuvo durante más de una década su reinado como Porsche de producción más potente. Sus versiones de competición consiguieron en un mismo año, 1986, ganar el París-Dakar y cruzar la meta en séptima posición en las 24 Horas de Le Mans.
Más de 600 CV en un modelo de calle
El 959 S fue superado, una vez años después, por la versión de calle del 911 GT1, creada para homologar el nuevo coche de carreras en la categoría GT1 de resistencia. La exclusiva serie de 20 unidades vio la luz en 1997 y contaba con el motor turbo de 3.2 litros de carreras ajustado para uso en carretera, con una potencia de 544 CV (400 kW), que establecía un nuevo récord entre los Porsche de calle.
En 2003, Porsche marcó otro hito al adentrarse en el segmento de los supercoches con el legendario Porsche Carrera GT (tipo 980), que redefinió los límites de lo que era posible en aquella época. Basado en un concepto ideado para competir en Le Mans, su motor V10 atmosférico de 5,7 litros elevaba la potencia hasta los 612 CV (450 kW), alcanzadas a unas impresionantes 8.000 rpm. Fue el primer modelo de la marca construido en fibra de carbono.
En 2011, un 911 recuperó la posición como el Porsche de la calle más potente de la historia, con el extremo 911 GT2 RS (tipo 997) de 620 CV (455 kW).
La electrificación supera los 1.000 CV
Para Porsche, la electrificación es sinónimo de prestaciones. El Porsche 918 Spyder fue uno de los pioneros de la nueva era electrificada de Porsche. Nacido en 2015, este superdeportivo híbrido enchufable demostró todo el potencial de la electrificación cuando se pone al servicio del rendimiento.
Con un motor V8 de 608 CV (447 kW), más dos motores eléctricos, alcanzaba una potencia conjunta de 887 CV (652 kW) y se convirtió en el Porsche de producción más potente de la historia. El nuevo Taycan, un automóvil 100% eléctrico y máximo exponente de la nueva era E-Performance, se ha hecho con ese trono, por dos veces, este mismo año.
Primero fue el Taycan Turbo, con una potencia máxima de 952 CV (700 kW) con los 140 kW adicionales del Launch Control. Después de que llegaron los Taycan Turbo GT y el Taycan Turbo GT con paquete Weissach, las nuevas variantes superdeportivas que llevan el rendimiento del Taycan a un nivel superior.
Porsche Taycan Turbo paquete Weissach
Equipados con un inversor de impulsos evolucionado, ambos tienen una potencia de 789 CV (580 kW). Con Launch Control esta potencia aumenta hasta 1.034 CV (760 kW) o hasta 1.108 CV (815 kW) en la variante con Paquete Weissach, convirtiéndose en los primeros Porsche de producción de la historia que superan los 1.000 CV de potencia.
Una cifra histórica, que los seguidores más apasionados de la marca no pueden evitar relacionar con el mítico Porsche 917/30 de 1973, con el que Mark Donohue ganó la Can-Am. Al igual que el Taycan, aquel fantástico prototipo de competición fue el primer Porsche que superó los 1.000 CV, gracias a un avanzado motor de doce cilindros refrigerado por aire, con una cilindrada de 5,4 litros, que desarrollaba una potencia de más de 1.100 CV ( 800 kilovatios). También como el Taycan, fue el precursor de una nueva era, la era Turbo.