La carretera M-505, una sinuosa vía que conecta Las Rozas con Galapagar, está a punto de estrenar un radar de tramo que promete convertirse en un implacable vigilante del tráfico. Este dispositivo, situado entre los kilómetros 9 y 12, controlará la velocidad de los vehículos en ambos sentidos y sancionará a quienes superen el límite de 50 kilómetros por hora. La instalación responde a la alta siniestralidad de este tramo, donde las curvas cerradas y la velocidad excesiva han provocado numerosos accidentes a lo largo de los años.
La Dirección General de Tráfico (DGT) ha confirmado que el radar entrará en funcionamiento próximamente, con el objetivo de comenzar a multar desde enero, tras un periodo de calibración. Aunque esta medida cuenta con el respaldo técnico y político, ha suscitado críticas entre los conductores habituales de la vía. Algunos consideran que el límite de velocidad es excesivamente bajo para un tramo en el que solo unas pocas curvas realmente peligrosas justificarían esa restricción. El Ayuntamiento de Galapagar ya ha solicitado una reunión con la DGT para revisar este límite, argumentando que podría ajustarse a la realidad de la carretera.
Los detalles del nuevo radar de la carretera M-505
El radar de tramo en cuestión utilizará tecnología avanzada para medir la velocidad media de los vehículos entre las dos estaciones instaladas, equipadas con cámaras infrarrojas y sensores interconectados. Con un flujo diario de 17.000 vehículos, incluyendo un 4,7% de tráfico pesado, las autoridades esperan que este sistema reduzca drásticamente los accidentes. Según la DGT, los radares de tramo han demostrado ser efectivos en otras ubicaciones, logrando disminuir en más del 50% las colisiones en las zonas controladas.
Sin embargo, entre los conductores predomina la confusión y el malestar. Muchos ya han reducido la velocidad por la señalización existente, aunque el radar aún no está activo. «Poner una señal si el radar no funciona solo genera caos», comenta un vecino de Galapagar. Otros critican el límite de 50 km/h, describiéndolo como «irrisorio» para una carretera donde, en ciertas zonas, los ciclistas podrían adelantar a los coches. Algunos ven la medida como una estrategia recaudatoria más que como una acción de seguridad vial.
Las multas a pagar si no se cumple con el límite de velocidad
Las multas, sin embargo, serán contundentes. Circular entre 51 y 70 km/h supondrá una sanción de 100 euros, mientras que exceder los 100 km/h acarreará una multa de 600 euros y la pérdida de seis puntos del carné. Esto, junto al elevado flujo de tráfico los fines de semana, podría convertir el radar en una de las principales fuentes de ingresos por infracciones en la región.
La M-505, conocida como la carretera de El Escorial, es una vía clave para quienes buscan evitar la A-6 o subir a la sierra madrileña. Aunque recientemente se renovó su firme y se instalaron bandas rugosas en las curvas más peligrosas, la instalación del radar de tramo marca un nuevo capítulo en la gestión de esta transitada carretera. Mientras tanto, los conductores deberán adaptarse a esta nueva medida, que promete ser tan polémica como efectiva en su propósito de reducir la velocidad y los accidentes.