La implementación de un carril exclusivo para motocicletas, conocido como «Motovía», se ha convertido en un tema central en el ámbito de la movilidad urbana en diversas ciudades. Este concepto, recientemente introducido como plan piloto en la Calzada La Paz en Guatemala, busca reducir accidentes y facilitar una circulación más fluida para los motoristas. Aunque es una novedad en el país, esta medida ya ha demostrado su eficacia en lugares como España y Brasil.
Esta implementación está identificada por líneas discontinuas azules que permiten distinguirlo de los carriles comunes. En Guatemala, la Policía Municipal de Tránsito (PMT) inauguró esta iniciativa el pasado fin de semana en un tramo de la Calzada La Paz. Su objetivo principal es reducir los riesgos asociados a las maniobras de alto riesgo de los motoristas y mejorar la seguridad vial para todos los usuarios de la carretera.
¿Cómo funciona la Motovía?
En Guatemala, la Motovía ha sido ubicada en el carril central de la Calzada La Paz. A diferencia de los carriles exclusivos rígidos, esta está señalizada con líneas discontinuas, lo que permite el cambio de carril por parte de automovilistas, siempre y cuando se use el pidevías y se tome la precaución adecuada. Agentes de tránsito supervisarán el cumplimiento de las normas, asegurándose de que no se invadan aceras ni se realicen maniobras peligrosas.
Promete múltiples ventajas: desde una reducción en los accidentes de motoristas hasta una mejora en la fluidez del tránsito general. Además, al ordenar la circulación de motocicletas, se espera disminuir los conflictos entre automovilistas y motoristas, un problema recurrente en las ciudades con alta densidad vehicular.
Experiencia internacional: Brasil como modelo
Brasil es uno de los referentes en la implementación de motovías. En Sao Paulo, una ciudad con 1.3 millones de motocicletas registradas, los motoristas son responsables de uno de cada tres accidentes de tránsito. Desde principios de 2022, la ciudad introdujo un tramo de 18 kilómetros de motovías, y para finales del mismo año, alcanzó los 200 kilómetros. Según Valter Ferreira, responsable de movilidad del estado paulista, esta medida no solo ha reducido significativamente los accidentes, sino que también ha contribuido a agilizar el tráfico en general.
La implementación de estos carriles es un paso hacia una movilidad urbana más ordenada y segura. Aunque aún está en fase piloto, su éxito dependerá de la colaboración de todos los usuarios de las vías y de una correcta supervisión por parte de las autoridades. La experiencia de otros países sugiere que estas iniciativas, bien gestionadas, pueden ser un punto de inflexión para el tránsito en las ciudades.
