¿Buscas un coche y te sientes atraído por la idea de conseguir un buen precio? Las subastas de coches embargados pueden ser una opción interesante, aunque no exenta de riesgos. Estos vehículos, retenidos por deudas impagadas, son ofrecidos al mejor postor, y con algo de estrategia, podrías hacerte con un auténtico chollo. Sin embargo, antes de lanzarte, conviene conocer el terreno para evitar sorpresas desagradables.
Un coche embargado es un vehículo que ha sido incautado a su propietario por no cumplir con ciertas obligaciones económicas. Puede ser que no haya pagado una multa, la hipoteca o cualquier otra deuda. Estos embargos no ocurren de la noche a la mañana; Suelen gestionarse en un marco legal que incluye plazos y notificaciones. En España, el proceso de embargo y subasta generalmente se realiza antes de que la deuda prescriba, lo que suele ocurrir a los cuatro años. Una vez embargado, el coche pasa a formar parte de un listado de bienes que las entidades públicas o privadas subastan para recuperar el dinero adeudado.
1Tipos de subastas de coches
Las subastas de coches embargados se dividen en dos grandes categorías: públicas y privadas. En ambos casos, el objetivo es liquidar deudas, pero el proceso puede variar bastante.
Las subastas privadas son organizadas por bancos, financieras o casas de subastas. Aquí, los coches suelen pasar por una revisión previa, lo que puede darte algo más de tranquilidad sobre su estado. En cambio, las subastas públicas son gestionadas por organismos como Hacienda, la Seguridad Social, el Ministerio de Justicia o incluso ayuntamientos. También hay casos particulares, como las subastas del Plan Nacional sobre Drogas, donde se incluyen vehículos incautados en operaciones legales.
Aunque estas subastas pueden parecer un laberinto burocrático, suelen estar bien anunciadas en plataformas oficiales. Dedica tiempo a investigar en las webs de los organismos correspondientes para estar al día de las fechas y los requisitos.