¿Te imaginas pagar religiosamente tu seguro y aun así estar circulando como si no lo tuvieras? En España, esta es la realidad para millones de conductores cuyo vehículo carece de una Inspección Técnica de Vehículos (ITV) en vigor. A pesar de la obligatoriedad del seguro, su eficacia puede quedar anulada si el coche no pasa este control esencial. La ITV no es un simple trámite burocrático, sino un requisito que garantiza nuestra seguridad y la de quienes comparten la carretera.
1El doble estándar en la responsabilidad vial
En un país con más de 33 millones de vehículos asegurados, según UNESPA, los españoles hemos entendido la gravedad de conducir sin seguro: multas que alcanzan los 3.000 euros y posibles implicaciones penales si hay accidentes. Sin embargo, la ITV, a menudo percibida como una carga económica, no recibe la misma atención. La cifra es preocupante: más del 30 % de los vehículos no cumple con este requisito, lo que equivale a más de tres millones de autos en las calles sin una revisión actualizada.
Esta despreocupación tiene sus razones. Muchos prefieren arriesgarse a pagar los 200 euros de multa por no llevar la ITV al día antes de enfrentar reparaciones costosas o, peor aún, la retirada del permiso de circulación. En comparación, la sanción por circular con la ITV suspensa asciende a 500 euros, pero sigue siendo insuficiente para disuadir a todos los conductores.