“No olvides que estamos haciendo nuestra carrera”, le indicaba en un momento dado Giampiero Lambiase a su piloto, Max Verstappen. “No lo olvido”, vino a corroborar el neerlandés. El título estaba asegurado mientras Lando Norris terminara por detrás, como era el caso.
Un desacostumbrado Max Verstappen para los cánones de su comportamiento en pista, desde luego. Cuando los dos pilotos de Ferrari llegaron a su estela, el neerlandés preguntó por la radio: “¿Debo mantenerlos detrás?”. Una cuestión que ni se habría pasado por su cabeza en cualquier momento del campeonato. No opuso resistencia a Sainz, que pasó rápido. Leclerc tardó un poco más. No movió un dedo. El cuarto título estaba en el bote.
El Gran Premio de Las Vegas no respondió a las expectativas creadas por la espectacular carrera del pasado año, su primera edición. Repleta de acción y adelantamientos, en 2024 se mostró menos trepidante de lo esperado. Albergó, eso sí, la coronación del holandés Max Verstappen, con el doblete inesperado de Mercedes.
El resucitado
George Russell salía primero desde la pole, y no perdió la posición hasta la bandera a cuadros. Lewis Hamilton salía décimo tras unos pésimos entrenamientos, y terminó en segunda posición. Después de varios grandes premios desconcertantes, los monoplazas alemanes no tuvieron oposición en Las Vegas, cuando parecía que sería Ferrari el lobo feroz en esta singular pista.
Temperatura baja, asfalto deslizante, largas rectas y curvas lentas, complicado compromiso aerodinámico entre ambos extremos, la tercera cita americana revolvió la jerarquía de pasadas carreras. Un escenario que resucitó a Mercedes, cuyo monoplaza se vio favorecido por tan peculiares circunstancias. Cuanto mayor subía el termómetro en otros escenarios, peor para Russell y Hamilton.
“No es ningún secreto que tenemos problemas en los circuitos llenos de baches y tenemos que levantar mucho el coche y hacer (las suspensiones) más blandas y luego estamos en una ventana sin carga aerodinámica”, apuntaba Russell para explicar los problemas de Mercedes. “No es que de repente nos olvidemos de cómo configurar el coche, sino que ciertos circuitos requieren que pongamos al coche en una ventana que no le gusta estar. En pistas como esta, relativamente suave, podemos bajar el coche y hacerlo más duro, con pocos o ningún bache alrededor de la pista, y volamos”.
“Podría haber ganado”
Efectivamente, el británico, se escapó muy pronto de los Ferrari. Lo intentó Leclerc en las primeras vueltas, pero se tuvo que rendir ante el estado de sus neumáticos. Sainz empezó a perder terreno, y pronto se quedó el británico en solitario.
“Ha sido una verdadera sorpresa ver lo fuerte que ha sido nuestro ritmo y conseguir la pole ayer, de lo que estoy tan satisfecho. Y luego creo que ganamos la carrera en el primer relevo”, explicaba Russell tras su victoria. “El primer relevo fue excepcional, supe que la única manera de que perdiéramos la victoria era si dañaba los neumáticos. Así que era sólo cuestión de gestionar mi ritmo, las curvas correctas, y llegar a casa. Al final, volamos”.
Similar situación con Lewis Hamilton, quien lamentaba haber salido tan retrasado porque, con su ritmo, sentía haber perdido una ocasión de victoria. “Es un poco agridulce, como si hubiésemos clasificado donde deberíamos ayer, creo que podría haber ganado. Aún así, no pensé que hubiera podido terminar segundo hoy antes de la carrera, así que estoy muy feliz”, declaraba el británico, que proporcionaba otro doblete para el equipo, aunque en Spa fuera descalificado su compañero.
Sainz se impone a Leclerc
En tercera posición terminaba Carlos Sainz, con sabor a decepción en Ferrari ante las perspectivas optimistas para el SF24 que auguraba esta pista. Aunque también de relativa satisfacción para el español, que confirma su gran estado de forma en la recta final de la temporada, y en su duelo con Charles Leclerc, con quien no faltó la polémica.
El monegasco superó a Sainz en la salida y se lanzó a por Russell, pero pronto tuvo que rendirse ante el superior ritmo del Mercedes. El monoplaza italiano no rendía ni con medio ni con duro, salvo en el último relevo con este último. En Ferrari, la carrera se redujo a un duelo entre los dos pilotos del equipo italiano.
“Simplemente no ejecutamos bien la carrera. Creo que nos quedamos fuera una vuelta muy tarde con los medios y dos vueltas demasiado tarde con los duros. Y cuando iba a entrar en boxes, tuvimos esta comunicación por radio desordenada en la entrada”, resumía el madrileño, quien vivió momentos de confusión con su equipo al entrar en boxes. Su equipo le llamó para cambiar neumáticos, pero abortó la maniobra cuando el madrileño estaba a punto de entrar, perdiendo varios segundos por tener que quedarse en la pista.
“Perdí una vuelta en la que tenía mucho graining y tuve que dejar pasar a Charles, más los dos o tres segundos que perdí en la entrada a boxes, fue mucho tiempo de carrera, podríamos haber terminado peleando con Lewis. Hemos estado haciendo las cosas muy bien en estrategia y gestión de carrera durante todo el año, pero hoy no fue nuestro día”.
El ‘mosqueo’ de Leclerc
Por detrás, terminaba Charles Leclerc, con polémica añadida por una ‘parrafada’ contra Sainz que trascendía al dejarse la radio abierta. El monegasco reprochaba a su ingeniero que el español no había respetado el plan del equipo cuando aquel le adelantaba en pista tras su segunda parada en boxes, pensando Leclerc que sucedería lo contrario.
Como Fred Vasseur reconocería luego, el monegasco no contaba con toda la información de la dinámica de la carrera pero, como en otras ocasiones, Leclerc no suele aceptar sin quejas ser batido sin quejas por su compañero de equipo.
McLaren se desploma
Ferrari daba un buen mordisco a McLaren en la pugna por el título de Constructores, equipo al que recortaba 14 ante las dos carreras finales (y una esprint, en Qatar). Solo 24 separan a ambos equipos. Porque en Las Vegas los McLaren se desplomaron hasta el cuarto coche de parrilla.
“Es evidente que tenemos mucho trabajo que hacer con nuestro coche, es demasiado difícil conducir, no funciona en estas condiciones” explicaba el británico, en claro contraste de rendimiento frente a Mercedes en Las Vegas. No funciona en muchas otras pistas donde hemos tenido condiciones similares, pero a veces hemos podido exprimirlo porque, incluso cuando la gente piensa que hemos tenido el mejor coche, no es así en absoluto. Este fin de semana, incluso sintiendo que conduje bastante bien, no pude sacar nada más de ello, y si lo hubiera intentado, probablemente hubiera terminado contra el muro”.
“Muchas lecciones”
McLaren y Mercedes invertían los papeles y Ferrari se atascaba, por lo que Verstappen solo necesitaba asegurar el tiro con un monoplaza que tampoco brilló este fin de semana. Al menos, cerraba el título en una carrera donde el holandés decidió no meterse en lío alguno.
“Ha sido una temporada muy desafiante. Creo que también como persona, a veces es muy desafiante y tenía que estar tranquilo”, reflexionaba Max Verstappen, quien ha logrado su cuarto título gracias a su capacidad para exprimir cada situación al margen del rendimiento de un decreciente RB20 según avanzaba el campeonato. “Esta temporada me enseñó muchas lecciones de las que estoy muy orgulloso y por cómo lo manejamos también como equipo, lo que hace que haya sido muy, muy especial y bonita”.
“Creo que tiene que estar muy orgulloso de este año porque no ha tenido el mejor coche en gran parte del campeonato y aún así no tuvo puntos débiles, no tuvo errores, sumó todos los puntos que podían sumarse y más, a veces gracias a su pilotaje”, felicitaba Fernando Alonso al neerlandés para reconocer la extraordinaria temporada de Verstappen.
Alonso, rozando el poste
Piastri, Hulkenberg, Tsunoda y Pérez completaban la clasificación en los puntos, en la que el asturiano estaba incluido a cuatro vueltas del final, cuando fue desplazado de la décima posición por el piloto mexicano. Aunque Alonso mostraba otro rostro al terminar.
De hecho, arrancó desde la decimoséptima posición, para terminar undécimo. “Tuvimos una buena carrera, fue seguramente la mejor sesión de todo el fin de semana, porque en los libres y en la crono no estábamos cómodos, pero en la carrera el coche se sentía más competitivo”, resumía Alonso al terminar. “Estuvimos tan cerca de los puntos que al final siempre te queda un sabor un poco amargo por perderlos a cuatro vueltas del final, pero te deja también con ganas de subirte al coche. Ojalá que pudiera ser mañana, si fuese posible, Qatar va a ser en pocos días, pero hay que intentar buscar revancha allí».