El invierno es una temporada que desafía tanto a los conductores como a sus vehículos. Mientras que muchos se preocupan por preparar sus coches para el frío, las motos, más expuestas y delicadas, también requieren cuidados específicos. Aunque comparten algunas similitudes en el mantenimiento, las diferencias son notables, y conocerlas puede marcar la diferencia entre un viaje seguro y uno lleno de inconvenientes.
1Protegiendo tu vehículo del invierno
En un coche, los cambios estacionales suelen centrarse en los neumáticos de invierno, líquidos anticongelantes y baterías, todos esenciales para enfrentarse a las bajas temperaturas. Sin embargo, en una moto, el mantenimiento es más minucioso y personalizado, ya que es un vehículo más vulnerable a los elementos.
Por ejemplo, mientras que los coches pueden estar más protegidos simplemente estacionándolos en un garaje, las motos, además de resguardarse bajo el techo, necesitan una funda que evite el polvo, la humedad y los rayos UV, incluso cuando no están en uso. Además, el contacto directo de los neumáticos de la moto con el suelo durante largos períodos puede deformarlos, algo menos problemático en un coche debido a la distribución de peso.