Nadie hubiera imaginado el viernes previo a Gran Premio de Qatar que Max Verstappen hubiera podido ganar el domingo. Antes de llegar al ecuador de la carrera, McLaren estaba a solo dos puntos de asegurar el título de Constructores con las posiciones que ocupaban Lando Norris y Oscar Piastri, en uno de los mejores circuitos del calendario para el monoplaza británico. Al caer la bandera a cuadros, el ya campeón del mundo lograba su novena victoria en 2024, pero McLaren perdía sus opciones de haber rematado el de Constructores en Losail.
Después de la carrera esprint del sábado, McLaren había aumentado su ventaja a 30 puntos en la clasificación general, mientras Verstappen veía a Mercedes, Ferrari y McLaren en la distancia. El doblete de Piastri y Norris, y con ambos pilotos por delante de Ferrari (segunda línea) para el gran premio, acercaba la bola al hoyo del título. Iba en camino de entrar, hasta que el retrovisor del Willliams de Alex Albon quedó en medio de la recta del trazado qatarí.
Un retrovisor revoluciona la carrera
Verstappen perdió su sorprendente pole del sábado por obstaculizar a George Russell. Saldría a su lado en segunda posición, aunque ya en la primera curva lideraba, enfurecido con el británico por su actuación ante los comisarios para buscar su sanción, que criticaría furiosamente al terminar el gran premio con duros términos. Norris se colocó a su estela, con Piastri cuarto. En las primeras vueltas los dos Ferrari se descolgaban por verse sus pilotos obligados a cuidar el neumático ante las instrucciones del equipo. Hasta que llegó la vuelta 30.
Albon perdía su retrovisor, que quedaba en medio de la pista. En primera instancia, el director de carrera sacó solo bandera amarilla. De forma incomprensible, Lando Norris siguió acelerando por detrás de Verstappen, que sí levantaba el pie. El holandés radió a su equipo para que el británico fuera investigado. Al poco tiempo, Norris fue sancionado con el paso por boxes para caer hasta la última posición. Ferrari se encontraba ante un inesperado regalo caído, no del cielo, sino de la pieza de otro monoplaza. Y, por supuesto, del error del británico.
Tan solo empezaba la fiesta. Esparcido el retrovisor por la pista al ser pisado por Valtteri Bottas, primero Hamilton y luego Sainz aparecían pinchados y camino lentamente de boxes. Se abría así la caja de los truenos para ambos, y para la carrera.
Sainz, un golpe tras otro
“Puede haber sido eso (el retrovisor), pero la realidad es que sentí el pinchazo en la última curva y ahí no había restos”, explicaba Sainz, quien no descartaba que el neumático delantero izquierdo, sin degradación en esta pista, se hubiera debilitado con el paso recurrente por los agresivos pianos de Losail, pinchando a consecuencia de ello.
“Un pinchazo alrededor de la última curva que no me ha dado tiempo a parar, toda la vuelta entera con el pinchazo, perdiendo muchos segundos”. Las desgracias de Sainz acababan de comenzar.
En boxes, los mecánicos tardaron casi diez segundos para cambiar el neumático, cuando también cayó al suelo el lado derecho de su monoplaza, que tuvo que ser levantado a mano. No era todo. Al poco de volver a la pista, el director de carrera sacaba el coche de seguridad, con más segundos de pérdida frente a los rivales que no habían parado todavía. La mayoría.
Sainz volvía a la carrera en octava posición, remontando hasta el quinto puesto tras adelantar al Alpine de Pierre Gasly. Mientras Leclerc era segundo, el español buscaba ganar la mayor cantidad de puntos posibles. Al acosar a Russell, un latigazo le costaba la estabilidad y ritmo, ocasión que aprovechaba Gasly para adelantarle de nuevo y arrebatarle el quinto puesto, que ya no recuperaría.
“El coche tampoco iba bien al final de carrera cuando podía haber acabado quinto, seguramente lo dañamos bastante con el pinchazo. Probé todo, lo di todo y al final solo has podido ser sexto, la posición en la que salía. Con todos los problemas que hemos tenido, hemos acabado sextos, hemos podido sumar puntos, así que al final el día no se ha dado tan mal” se consolaba el madrileño.
Russell, cuarto en meta, fue penalizado con cinco segundos al terminar la carrera, posición que se escaparía al madrileño ante el muro de Gasly.
El gran premio más aciago de Lewis Hamilton
Leclerc terminaba segundo finalmente tras adelantar a otro de sus enemigos directos, Oscar Piastri, que perdió terreno al entrar en boxes justo antes de que lo hiciera el coche de seguridad.
Desde la doble salida del coche de seguridad (otra, por incidente de Hulkenberg), la carrera si volvió más caótica si cabe, en claro contraste con la primera mitad. Tanto, que Alonso terminó séptimo tras cuatro carreras sin puntuar, mientras que Guanyu Zhou daba a Sauber sus primeros puntos de 2024 (4) con el octavo puesto.
A destacar el fin de semana de Hamilton, uno de los peores en su ya dilatada carrera deportiva. “Ya no soy rápido”, llegaba a declarar sorprendentemente tras los entrenamientos para la carrera esprint, en lo que reincidía tras los clasificatorios.
Siempre lejos de Russell y descolgado en la carrera, también pinchaba después de penalizar por la salida en falso. En medio de constantes quejas por el comportamiento de su monoplaza, pidió retirar el coche en los compases finales de carrera tras recibir otra sanción por exceso de velocidad en boxes.
Alonso, “el merodeador”
Fernando Alonso logró resarcirse de la racha sin puntos de Aston Martin, que se remonta a las cuatro últimas carreras. Tras un inesperado octavo puesto el sábado, el español supo navegar por las procelosas aguas de una carrera caótica y a pesar de los problemas con la batería de su AMR24.
“Tenemos algo de disparidad en lo que el coche piensa que está haciendo en ese momento, y cuando le damos a la resalida, el coche a veces piensa que todavía está detrás del coche de seguridad”, apuntaba Alonso al terminar, “no te da toda la energía, y hemos hecho bastantes cambios, pensábamos que estaba resuelto, pero hoy ha vuelto a pasar», explicaba al terminar, en referencia a sus quejas por la radio.
“En las primeras vueltas, o en las resalidas, hemos tenido algún problema de velocidad punta durante todo este tiempo, no conseguimos dar con ello. Perdimos tres posiciones en esa primera resalida que son muy costosas, porque luego es muy difícil adelantar aquí, y si te quedas en esa posición te quedas ya en ella».
Aston Martin jugó magníficamente su estrategia cuando hizo una doble parada para montarle un juego de medios para los compases finales de la carrera. “Hemos tenido varios coches de seguridad, pinchazos, penalizaciones… Son el tipo de carreras en las que tenemos que estar ahí, merodeando los puntos para intentar pescar los máximos posibles como el séptimo de hoy”, confirmaba el asturiano al terminar.
21 puntos de diferencia
La temporada 2024 acaba en una semana en Abu Dabi, trazado de naturaleza muy diferente al de Losail. “Nadie esperaba que recortásemos puntos aquí. Menos mal que Charles ha tenido una carrera sólida sin ningún tipo de problemas, le ha permitido sacar el máximo hoy” reconocía un resignado Sainz, con mínimo premio de consolación ante sus numerosas desventuras.
21 puntos separan McLaren de Ferrari. “Sobre el papel, Abu Dabi es probablemente es mejor para nosotros” declaraba al terminar el fin de semana qatarí el responsable de Ferrari, Fred Vasseur. “Es bueno ir allí, debería ser un poco mejor para nosotros, y con Max y Mercedes volviendo fuertes, nunca se sabe lo que puede pasar. Todo está abierto, y vamos a esforzarnos hasta la última vuelta de la carrera».
Porque un retrovisor en el asfalto recordaba de nuevo cómo un gran premio puede cambiar en pocos segundos y por cualquier razón. A estas alturas de la temporada, también un campeonato de un momento para otro. Que pregunten en McLaren, que durante medio Gran Premio de Qatar lo acariciaban con las manos.