Corría el mes de noviembre de 2022 cuando en Motor 16 hablábamos por vez primera de este impresionante Praga Bohema, un prometedor superdeportivo nacido en la República Checa, pero que como otros muchos de su especie, aterrizaba con más preguntas que respuestas. Tanto que de jamás haber llegado a la producción, prácticamente nadie se hubiera derrumbado. Y es que eso es precisamente lo que ocurre en muchas ocasiones con criaturas como esta. Pero no es el caso.
Tanto es así que ahora es la propia compañía checa la que ha confirmado la entrega de la primera unidad de producción de su Praga Bohema, una auténtica maravilla de la ingeniería que ha viajado hasta los Países Bajos junto al propio piloto probador y embajador de la marca, Romain Grosjean. Quien también dará las claves a su afortunado propietario para exprimir las cualidades de esta joya que hereda la tecnología de la compañía en el mundo de la competición.
El Praga Bohema fue desvelado hace dos años
Hace ya más de dos años que la compañía checa nos detalló todos y cada uno de los pormenores de este impresionante Praga Bohema, un superdeportivo que está construido de forma íntegra con fibra de carbono. De ahí que no nos debería sorprender que se hable de un peso de tan solo 982 kilos, que es menos de lo que pesa un ligerísimo Mazda MX-5. Pero también ayuda el uso de componentes de competición en suspensiones o frenos, ayudados por el detalle de una mecánica que huye de la habitual electrificación.
Y es que para animar a este sensacional Praga Bohema se recurre al icónico corazón PL38DETT. Si ese código no te suena absolutamente de nada, que sepas que no es otro que el código que da nombre al propulsor 3.8 V6 Biturbo que utilizan los míticos Nissan GT-R. Ahora bien, antes de ser colocado en su chasis monocasco de fibra de carbono, ese bloque pasa por las manos del especialista británico Litchfield Motors, quien tiene una dilatada experiencia a la hora de modificarlo para el mundo de la competición y también para esos clientes que siempre quieren un poco más.
Litchfield modifica el motor de un Nissan GT-R para esta criatura
De ahí que no nos debería de extrañar la llegada de dos nuevos turbocompresores, una nueva gestión electrónica, un completo sistema de escape fabricado en titanio… Aunque sin duda alguna lo más significativo es su transformación para convertirse en un motor con cárter seco. Ese detalle permite que se coloque en una posición más baja, además de que asegura la lubricación en las condiciones de conducción más extrema. Todo ello sin olvidarnos de que en este Praga Bohema proporciona 710 CV de potencia a 6.800 rpm, además de 725 Nm de par motor entre 3.000 y 6.000 rpm.
Semejantes cifras son enviadas en exclusiva a sus dos ruedas traseras por medio de un cambio secuencial Hewland, el cual tiene seis velocidades. Toda esta combinación da como resultado un vehículo extremadamente rápido, porque la casa checa asegura que este Praga Bohema es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en solo 2,3 segundos, mientras que su velocidad punta se cifra en los 317 km/h. Pero las prestaciones puras y duras no son precisamente el plato fuerte de este superdeportivo extremo cuyos orígenes están en los circuitos.
El Praga Bohema promete tiempos de GT3 en circuito
Lo mejor de este Praga Bohema es que según sus creadores puede calcar los tiempos en un circuito de bólidos de la categoría GT3. Pero hay que recordar que se sustenta sobre neumáticos de calle, un requisito indispensable para poder homologar esta criatura con la que puedes circular a diario rodeado de tráfico, para luego acercarte a un circuito para dar rienda suelta a su potencial.
Como dice el propietario de la compañía checa, Tomas Kasparek, ‘Siempre prometimos nada de conceptos, ni avances, ni tonterías… solo un auto de carreras puro, liviano, muy rápido y bellamente equipado, legal para circular en carretera para un número limitado de compradores de superdeportivos que realmente sepan conducir, y eso es lo que hemos entregado’.
89 unidades que cuestan 1,36 millones de euros la pieza
Pero además de Kasparek, Grosjean también se ha pronunciado de forma oficial a la hora de entregar la primera unidad del Praga Bohema. Y es que según apunta el piloto ‘me sorprendió el increíble rendimiento del Praga Bohema en la pista, su accesibilidad en la carretera y la facilidad de transición entre ambos. La compañía ha cumplido realmente mi reto’. ‘En la carretera, la conducción es suave, el coche elimina los baches, puedes hablar con el pasajero y todo está en calma. Después, simplemente cambias de enfoque y estás en la pista. La misma ropa, el mismo coche, pero la sensación cambia y estás superando el límite y logrando tiempos de vuelta asombrosos una y otra vez, descubriendo posibilidades increíbles en el Bohema’, añade.
Como te podrás imaginar, no todo el mundo será capaz de acceder a uno de estos Praga Bohema, porque la compañía checa está pidiendo nada menos que 1,36 millones de euros por cada ejemplar, libres de impuestos. Ejemplar que será construido de forma artesanal a un ritmo de menos de 20 unidades al año hasta completar los 89 ejemplares que han prometido ensamblar. Número que guarda relación con los 89 años que han pasado desde la victoria del Praga Alfa en las 1.000 millas de Checoslovaquia en el año 1933.