El 6 de diciembre, mientras muchos españoles disfrutaban del puente de la Constitución, el Boletín Oficial del Estado (BOE) escondía entre sus páginas una noticia de impacto histórico: la Guardia Civil de Tráfico abandonará las carreteras de Navarra. Esta medida marca un antes y un después en la gestión de la seguridad vial en la Comunidad Foral, que asume ahora plenas competencias gracias a un controvertido acuerdo entre Moncloa y el Gobierno de Navarra.
1Un traspaso que divide opiniones y publicado en el BOE
El documento, firmado por el presidente Pedro Sánchez, no deja espacio a interpretaciones ambiguas. Según el texto oficial, Navarra pasa a ser la única responsable de vigilar y controlar el tráfico en su territorio. Esto incluye competencias para ejecutar la legislación estatal en la materia, consolidando a la Policía Foral como la fuerza encargada de patrullar las carreteras navarras.
El Partido Popular intentó frenar este movimiento desde el Senado, proponiendo un acuerdo de cooperación que permitiese a la Guardia Civil mantener parte de su presencia en Navarra. Sin embargo, la propuesta fue rechazada en el Congreso, allanando el camino para que el proyecto de ley se aprobase sin modificaciones. Este desenlace pone fin a un debate que llevaba años en el aire, aunque no exento de polémicas.