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La curiosa historia del coche yate, el inventor del bikini y el carrocero del Tiburón

La historia del automóvil está salpicada de anécdotas como la del “coche yate” de Louis Réard, ingeniero de automoción e inventor del famoso bañador femenino de dos piezas para el que registró la marca Bikini en 1946. Réard concibió poco después un llamativo vehículo (o “engendro”, si lo prefieres) con fines meramente publicitarios. Su idea era que el “coche yate” viajara por Francia y por el resto de Europa promocionando el minimalista traje de baño que se convertiría en símbolo de modernidad y libertad.

El coche-yate fue, así, un encargo de Louis Réard al famoso carrocero Henri Chapron, quien sería especialmente reconocido por sus carrocerías especiales sobre la base de los Citroën DS o Tiburón y SM (el coupé Citroën con motor Maserati). Su estrambótico coche yate se diseñó inicialmente pensado en montarse sobre un chasis Hotchkiss, pero acabó atornillado a un chasis Packard Super Eight de 1937, más adecuado para mover la imponente carrocería.

Así que el coche yate se diseñó para que su carrocería tuviera la forma y todos los elementos que encontramos en un barco: una marcada proa, ojos de buey, cornamusas para el amarre e incluso un mástil erigido en el centro de una cabina, en la popa, con los colores de Louis Réard ondeando en lo alto.

Por supuesto, este yate sobre ruedas fue bautizado rompiendo una botella de champán, siguiendo la más pura tradición naval, el 1 de octubre de 1948. Después, el vehículo tuvo el atrevimiento de participar en el concurso de elegancia de Enghien-les-Bains, en la Isla de Francia, en junio de 1949.

La desenfadada vida del coche yate

Entre finales de los años 1940 y durante los años 1950, este extravagante automóvil circuló asiduamente por carretera, en particular durante el famoso Tour de Francia. También era frecuente su presencia en zonas costeras del país. Por supuesto, tanto el coche yate como las modelos que viajaban en él promocionaban el bikini, causando un enorme revuelo allá por donde pasaban. No hay que olvidar que esta prenda fue toda una revolución, así que la carrocería de este barco sobre ruedas era casi lo de menos.

El coche yate no estuvo exento de premios, como el Grand Premier Prix de la Coupe, de la Federación Francesa de Publicidad, y Louis Réard lo conservó hasta mayo de 1976, ocho años antes de morir. Fue entonces vendido a Jacques Vincent, un famoso coleccionista de Var (al sureste del país), quien lo conservó hasta 2023 a pesar de que a este coche yate no le faltaron “novias”.

Un yate olvidado, pero no perdido

En cualquier caso, su falta de exposición pública desde los años 1960 hizo que el coche yate de Louis Réard fuera cayendo en el olvido. Esta excepcional “anécdota” de la historia del automóvil fue vista en público por última vez en 1987 en el salón Rétromobile, antes de desaparecer de nuevo… hasta ahora.

coche yate Packard Super Eight Yacht REARD 10 Motor16

Setenta y siete años después de su “botadura”, el coche yate (que nunca fue un coche anfibio, por si había alguna duda) vuelve al salón Rétromobile de la mano de Artcurial para convertirse en una de las piezas más valiosas que la casa francesa subastará el próximo mes de febrero.

Artcurial afirma que el coche yate se encuentra “en un estado de conservación notablemente bien conservado, ha conservado todos los elementos específicos recibidos a lo largo de su evolución, que hacen que esta creación sea tan distintiva”. Dicho esto, lo cierto es que los 77 años y el uso intensivo se dejan notar, y el vehículo tendría que ser sometido a una restauración profunda si quisiera recuperar su esplendor original.

El subastador afirma también que el coche yate ha sido puesto en marcha recientemente, pero aún así requerirá un mantenimiento completo antes de poder hacer un nuevo Tour de Francia.

El caso es que son muchos los que han codiciado este estrambótico Packard carrozado por Chapron, y sólo tres personas han tenido el privilegio de poseerlo a lo largo de estas más de siete décadas, por lo que Arcurial estima que su valor final oscilará entre 250.000 y 350.000 euros. Es realmente difícil tasar algo así, pero no nos cabe duda de que el mundo del automóvil necesita más coches yate y más personas como Henri Chapron y Louis Réard, el ingeniero de automóviles que lo cambió todo cuando decidió crear el bikini.