Rolls-Royce, una de las marcas más icónicas del mundo del automóvil y auténtico embajador del lujo absoluto, celebra este año el centenario del Phantom, posiblemente el nombre que mejor define su historia. Desde su lanzamiento en 1925, el Phantom ha simbolizado el lujo y la excelencia en ingeniería del automóvil, convirtiéndose en el nombre más antiguo, que aún sigue en uso, dentro de la industria. A lo largo de los años, aunque ha habido pausas en su producción, el Phantom ha mantenido su legado y se ha convertido en un auténtico símbolo de búsqueda de la perfección en cada detalle.
La historia del Phantom se remonta a su aparición como sucesor del 40/50 H.P. Silver Ghost. La elección de este nombre tan peculiar y distintivo estuvo en manos de Claude Johnson, quien ocupaba entonces el cargo de director comercial de la marca del Espíritu del Éxtasis Johnson comprendió que una compañía que hacía coches diferentes y distinguidos debía utilizar un nombre único que diferenciara a sus vehículos, además de evitar confusiones entre las distintas generaciones de chasis que se ofrecían en ese momento.
Ocho generaciones de Rolls-Royce Phantom
Nacía así un primer modelo que sentaba las bases de lo que iba a ser la historia de este Phantom que en sus cien años de andadura ha sido el prototipo de lujo y artesanía excepcional en la fabricación de automóviles. Hasta la fecha, han existido ocho generaciones del Phantom, y cada una de ellas ha significado un hito en términos de tecnología y evolución.
Con cada nueva generación se han ido ha incorporado mejoras importantes, sin perder nunca el foco de que lo que un Phantom debe ofrecer es siempre la excelencia. Y eso se aprecia en cada una de las generaciones y evoluciones de este que ha sido definido como ‘El Mejor Coche del Mundo’.
El Phantom I debutó en 1925 bajo un gran secreto, con el nombre en clave «Eastern Armoured Car». Esta manera de definirlo, combinado con el despliegue de planchas de blindaje metálico alrededor de la fábrica, buscaba confundir a la competencia. Disponía de un motor de seis cilindros en línea de 7,6 litros.
En 1929, el Phantom II se presentó con un chasis completamente nuevo y un motor rediseñado, con el que se mejoraba significativamente la experiencia de conducción. Era eel reflejo del compromiso de sir Henry Royce con la excelencia que se resumía en la frase «coger lo mejor del mundo y mejorarlo». La tercera generación, el Phantom III, introdujo un motor de 12 cilindros, y se convirtió en el último proyecto de Royce antes de su fallecimiento en 1933.
El Phantom IV de 1950 fue inicialmente concebido como un modelo únicamente para la familia real británica, pero pronto atrajo la atención de otras familias reales y jefes de estado. Su motor de ocho cilindros en línea y su rendimiento a baja velocidad lo hicieron ideal para desfiles ceremoniales. El Phantom V y VI continuaron con esta tradición de exclusividad, sirviendo a monarcas, mandatario y celebridades de renombre. Y se convirtió en parte importante en eventos de alta relevancia social y política.
En 2003, el renacimiento del Phantom
La llegada del Phantom VII en 2003 marcó un renacimiento para Rolls-Royce. Construido en el nuevo centro de excelencia en Goodwood, este modelo combinaba modernidad y tradición, con un motor V12 de 6,75 litros y un diseño que reflejaba la atemporalidad del Phantom. La atención al detalle y las innovaciones, como los paraguas revestidos de teflón y los centros de ruedas con sistema de enderezado automático, reafirmaron la posición del Phantom como líder en el mercado de lujo.
La producción del Phantom VII concluyó en 2016. Y la última versión, lanzada en 2017, se presenta como la cúspide de la creación de automóviles de lujo. Entre sus características más sobresalientes destacan la plataforma de aluminio, el sistema de aislamiento interior, la suspensión neumática autonivelante o la dirección en las ruedas traseras. Y por supuesto, el motor V12 Biturbo con 6,75 litros de cilindrada y 563 caballos de potencia.
Y este Phantom VIII no es más que el paso que lleva al futuro de la marca y también de este modelo: el Phantom IX. La nueva generación está prevista para debutar a finales de esta década. Y aunque aún no hay detalles definitivos, el compromiso declarado de la firma con la producción de vehículos eléctricos sugiere que esta próxima generación del Phantom estará impulsada exclusivamente por baterías. Será, por tanto, el encargado de abrir la puerta a la nueva era de Rolls-Royce.
Este compromiso de la firma británica no solo implica un cambio en el tipo de motorización, sino que también refleja un fuerte enfoque hacia la sostenibilidad y la innovación. El nuevo Phantom IX promete combinar la herencia de lujo con la tecnología eléctrica más avanzada, manteniendo siempre la esencia de Rolls-Royce.
