“ASO hará sus análisis después de la carrera y montarán algo diferente para el Dakar del año que viene, si así lo deciden. Al final, eso va por gustos. Si me preguntasen, con mi experiencia de 17 o 18 dakares, nunca había vivido una semana tan potente, tan fuerte. Ya sabíamos que en la primera semana iban pasar cosas como las que han pasado».
Carlos Sainz aterrizaba anticipadamente en casa tras su prematuro abandono en el reciente Dakar, no sin dejar flotando en el aire algunas de las tareas que sin duda David Castera -director de carrera- y el ASO tendrán que afrontar para 2026.
Todavía caliente este Dakar, la carrera más dura del mundo ha dejado sus titulares para el futuro. La histórica victoria del saudí Yazeed Al Rajhi en su país, el gran potencial para el Dakar con la presencia de Ford y Dacia, y la certeza de que el motociclismo español tiene ganadores en el futuro con Tosha Shareina y el espectacular Edgar Canet, impresionante en su debut.
Hasta dónde tensar la cuerda
Tras cada edición, una de las primeras misiones del ASO es analizar el recorrido ejecutado y el tipo de carrera que ha deparado. Como Sainz apuntaba y ha sido consenso generalizado, el Dakar 2025 ha mostrado una dureza extraordinaria, como nunca desde que la prueba llegó a Arabia Saudí. Si David Castera quiere mantenerla o acentuarla será otra historia. Aunque tiene motivos para corregir el tiro.
La introducción de la etapa de 48 horas ya como segunda de la prueba y la maratón en la cuarta ya en la primera semana, impactó duramente en todos los participantes. Hasta qué punto Castera quiere matar el interés del Dakar muy temprano o acentuar la fama de la prueba estará entre sus cálculos de futuro.
Porque el interés y el seguimiento mediático del Dakar también depende de la presencia de los grandes nombres. Si el Dakar quiere seguir llegando al gran público, necesita su presencia, impacto y, si es posible, continuidad, en esta edición abortada por la asfixia de un reglamento que deberían flexibilizarse cuando se tensa tanto la cuerda.
El Dakar tiene su mayor seguimiento en Europa. No habían pasado tres días y Carlos Sainz y Sebastian Loeb estaban fuera de la carrera. En parte, por la dureza del recorrido, nada que objetar. Pero la decisión inflexible de los comisarios de la FIA en base a la aplicación de un reglamento imposible para la reparación de sus monturas, dejaban fuera a los dos nombres más importantes del Dakar, con el impacto en el seguimiento en sus respectivos mercados.
Los consejos de administración de Ford y Dacia se preguntarán por qué los mismos equipos que han fabricado sus monturas no tienen maniobra en un recorrido tan duro, comprometiendo así un costoso programa que tiene el Dakar como único objetivo en todo un año. Me machacas con el recorrido, pero me quitas el oxígeno, dirán con razón algunos ejecutivos.
Recorrido al margen, este será uno de los temas que el Dakar tendrá que afrontar con los participantes y, por supuesto, la FIA. «Estoy seguro de que esta conversación estará en la próxima agenda del grupo de trabajo técnico. El espíritu del Dakar es seguir adelante, arreglar el coche y continuar», declaraba el lunes Matthew Wilson, responsable de Ford. Así piensan en Dacia también, que recurrió a la eliminación de Loeb.
La paradoja de Toyota
En lo deportivo, Yazeed Al Rajhi hacía historia con su victoria, la primera de un piloto saudí. Quizás demasiado disperso por sus múltiples obligaciones profesionales -su familia es una de las más ricas de Arabia Saudí-, Al Rajhi cometía en el pasado numerosos fallos hasta que acertó a hilar ritmo con prudencia. En parte, gracias a la juventud de Ford y Dacia, y de la los jóvenes pilotos oficiales de Toyota.
Porque, paradójicamente, la marca japonesa ha ganado el Dakar, pero con la estructura propia contratada por la inmensa fortuna del saudí. Al Rajhi ha ganado con un Toyota, sin formar parte del equipo oficial.
¿Habría ganado Sainz?
Ford y Dacia no han roto la tradición en su debut. Es decir, ningún debutante ha triunfado a la primera. En retrospectiva, y dado el desarrollo de la prueba, la tercera posición de Mattias Ekstron y la quinta de Mitchell Guthrie representan un éxito para la marca americana, aunque el nivel del Raptor dejaba la sensación de que Sainz podría haber luchado por la victoria tal y como ha transcurrido la prueba.
Desafortunado fue Nani Roma con la rotura de motor en la etapa de 48 horas. Pudo seguir en carrera, pero no en la clasificación. Sin embargo, su victoria de la décima etapa fue uno de los momentos más emotivos de la prueba. Primero, porque el catalán daba la primera victoria a Ford en el Dakar. Fue el propio Roma quien arrancó desde cero con el proyecto del fabricante americano, incluso cuando el Raptor todavía era una criatura en el ordenador.
En su caso, además, el triunfo llegó después del último y, especialmente, tras los golpes sufridos en estos dos últimos años con el cáncer que, afortunadamente superó, y con el reciente accidente de motocross de su hijo Marc, que le ha dejado en silla de ruedas. “Es por estos momentos por los que vale la pena volver al Dakar” admitía entre lágrimas, con un triunfo que dedicaba a su familia.
Dacia necesitará más
Dacia también ha mostrado un gran rendimiento, con Nasser Al Attiyah, cuarto, ha alabado el rendimiento del Sandrider como una maquina ganadora en el futuro. En esta edición, sin embargo, el cinco veces ganador sufrió con la mecánica y la navegación. El abandono temprano de Loeb por la negativa de la FIA dejaba mermada a Dacia y al francés sin un triunfo que esta carrera le niega nuevamente tras nueve participaciones.
Extraordinaria la actuación y debut de Cristina Gutiérrez, quien no solo logró terminar la prueba, sino que siguió a la estela del qatarí cada día como asistencia, y al que salvó los muebles en alguna ocasión en compañía de su copiloto, Pablo Moreno, un artista de la mecánica. Dacia tendrá que plantearse para el futuro que quizás necesitar más monturas que las tres presentadas en este Dakar si el resto de sus rivales inscribe cuatro coches o más en el Dakar del próximo año.
Un español volverá a ganar el Dakar
En dos ruedas, espectacular el triunfo del australiano Daniel Sanders quien, en solitario, ha conseguido batir con su KTM a la potente flota de Honda Su dominio se ilustraba con haber comandado la prueba de principio a fin, un logro inusual en el Dakar. Queda por saber si la marca austríaca seguirá en el futuro ante su delicado momento como fabricante.
Tosha Shareina y Edgar Canet han confirmado que España volverá a ganar en la categoría. Hace tres años, Shareina intentaba participar como privado en el Dakar. En 2025 ha terminado segundo, también en su segundo año como oficial de Honda, porque el pasado año abandonó por accidente en la primera etapa. «Doy por supuesto que en algún momento en el Dakar llegará el momento de tener la victoria delante y lucharemos por ella», asegura Shareina. No será el único español.
La auténtica sensación de la prueba en dos ruedas ha sido el español Edgar Canet, con un debut absolutamente inusual, en una categoría de alto riesgo cuando no se cuenta con experiencia. Con solo 19 años, sin embargo, ha mostrado un talento prodigioso rodando muchos días en el ritmo de los grandes, soportado la presión de ser foco de atención.
Sin grandes errores, ha ganado en la categoría Rally2 a pilotos con mayor experiencia en el Dakar, y terminado en un increíble octavo en la general. “Algún día ganaré el Dakar. No sé, en el dos mil… algo”. Lo sabe hasta el propio Canet ya desde su debut. Y como todo el mundo.
