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El canciller alemán quiere subvencionar los coches eléctricos… pero los fabricados en Alemania

El canciller alemán, Olaf Scholz, ha declarado en recientes entrevistas su compromiso con el avance de la movilidad eléctrica en Alemania. En un contexto de elecciones inminentes, Scholz ha puesto sobre la mesa una propuesta innovadora que podría cambiar la dinámica de la industria automotriz europea.

Olaf Scholz, en su interés por fomentar la movilidad sostenible, ha expresado la necesidad de solicitar subvenciones para los coches eléctricos fabricados en Alemania. Según el canciller, este apoyo financiero es crucial para que los fabricantes de automóviles puedan ofrecer una gama cada vez mayor de vehículos que sean tanto avanzados como económicos.

Los motivos que esgrime el dirigente tienen varios objetivos:

  • Incentivar la producción local: Las subvenciones permitirían a los fabricantes reducir costos y así favorecer la producción local, ayudando a fortalecer la economía alemana.
  • Facilitar la transición energética: La transición hacia una movilidad más sostenible no solo es un reto técnico, sino que también requiere un compromiso económico que no todos los fabricantes pueden afrontar.
  • Competitividad en el mercado: Con el incremento de la competencia internacional en el sector de los vehículos eléctricos, Alemania debe posicionarse de forma sólida para no perder su liderazgo en la industria automotriz.

Para que esta iniciativa prospere, es imprescindible contar con la aprobación de la Comisión Europea. Scholz ha destacado la importancia de encontrar una solución a escala europea que permita un enfoque cohesivo y efectivo hacia la movilidad eléctrica. Esto no solo beneficiaría a Alemania, sino que podría establecer un modelo que otros países de la UE podrían seguir.

La idea de Scholz tal vez tenga que ver con que se aproximan las elecciones del 23 de febrero, y el canciller ha notado que su partido, el SPD de centro-izquierda, va por detrás en las encuestas. Sin embargo, Scholz no se deja llevar por estas cifras. “En una democracia, no son los encuestadores quienes determinan cómo se gobierna el país, sino los ciudadanos”, ha afirmado.