¿Te tomarías una cerveza sabiendo que puede costarte 1.000 euros? Parece una broma de mal gusto, pero la Dirección General de Tráfico (DGT) no se lo toma a la ligera. En su cruzada por reducir la siniestralidad en las carreteras, España podría implementar una de las medidas más restrictivas en Europa respecto al consumo de alcohol al volante. Y no estamos hablando de los bares de lujo en Ibiza o Las Vegas, sino de controles de alcoholemia en las carreteras nacionales.
1El drama de las cifras
En 2024, más de 1.000 vidas se perdieron en accidentes de tráfico en España, según el último informe del Ministerio del Interior y la DGT. Un dato alarmante, calificado como “inadmisible” por el ministro Fernando Grande-Marlaska. Aunque no contamos con datos concretos sobre el papel del alcohol en estos siniestros, las estadísticas de 2023 ya ponen el dedo en la llaga: el 53,6 % de los conductores fallecidos dieron positivo en alcohol, drogas o psicofármacos.
En este contexto, la DGT ha decidido que no basta con campañas de concienciación o controles esporádicos. Necesitamos algo más drástico, algo que haga pensar dos veces a cualquiera antes de pedir ese tercio de cerveza en un menú de carretera.