El Rally de Montecarlo 2025 dejó un episodio que, aunque no alteró la clasificación final, capturó la atención de fanáticos y autoridades por igual. La famosa curva de Loews se convirtió en una improvisada pista de drift cuando el joven piloto sueco Oliver Solberg, al mando de su Toyota GR Yaris Rally2, fue sancionado con cinco minutos de penalización por lo que los comisarios calificaron como “conducción excéntrica”. Además, recibió una multa de 5500 euros. Lo que comenzó como una maniobra espectacular que entusiasmó a los espectadores terminó en una sanción que puso en tela de juicio el equilibrio entre espectáculo y seguridad en el automovilismo.
El incidente tuvo lugar mientras Solberg regresaba al parque cerrado tras completar la jornada final de la competencia. En un gesto que muchos interpretaron como una forma de conectar con la multitud, el piloto de 23 años ejecutó un drift que fue captado en varios videos que rápidamente se viralizaron en redes sociales. Sin embargo, para los comisarios del evento, esta acción no fue bien recibida, ya que argumentaron que se trataba de una maniobra innecesaria y peligrosa debido a la proximidad del público. Según el reglamento específico del Rally de Montecarlo, cualquier tipo de conducción de exhibición está estrictamente prohibida, una norma que Solberg infringió con su maniobra en Loews.
Las consecuencias del drift en la curva de Loews
Las imágenes difundidas en redes muestran al Toyota GR Yaris Rally2 derrapando detrás de un BMW X3 en la estrecha curva, mientras que desde otro ángulo se aprecia un Dacia Sandero Stepway en el mismo tramo de Loews. Curiosamente, Solberg no fue el único piloto que intentó añadir un toque de espectáculo al final del rally. Un Citroën C3 Rally2 también fue captado intentando realizar un derrape, aunque sin el mismo éxito que el sueco. La ovación del público en el momento contrastó con el estricto comunicado emitido por los comisarios, quienes justificaron la penalización argumentando que la maniobra generó un riesgo potencial para los espectadores.
A pesar de la severidad de la sanción, la penalización no tuvo un impacto significativo en la clasificación final del rally. Solberg optó por no competir por puntos en el WRC2, finalizando sexto en la clase Rally2 y decimotercero en la general. Esta fue su primera participación competitiva con el Toyota GR Yaris Rally2 tras dejar atrás el Skoda Fabia RS Rally2, marcando así el comienzo de una nueva etapa en su carrera deportiva.
La Policía de Mónaco aprovechó para hacer caja…
El debate sobre la estricta aplicación del reglamento en este tipo de situaciones ha cobrado fuerza en las últimas horas. Mientras algunos defienden la necesidad de sancionar cualquier maniobra que pueda suponer un riesgo, como la de esta vez en Loews, otros argumentan que el espectáculo es parte del automovilismo y que castigar este tipo de acciones solo contribuye a alejar a los aficionados. La policía de Mónaco, por su parte, ha sido señalada por algunos sectores como oportunista, aprovechando la situación para imponer sanciones económicas en un evento de gran repercusión internacional.
Lo cierto es que la famosa curva de Loews se convirtió, por un instante, en una pista de drift improvisada que hizo vibrar a los seguidores del rally. Sin embargo, lo que para muchos fue una exhibición de destreza terminó convirtiéndose en un episodio amargo para Solberg y una fuente de ingresos inesperada para las autoridades locales. La próxima edición del Rally de Montecarlo seguramente verá a los pilotos más cautelosos en sus maniobras, pero la pregunta sigue en el aire: ¿se está perdiendo la esencia del automovilismo en favor de un estricto control normativo?