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‘Dead Robots’: El apodo que los Tesla se han ganado en Estados Unidos por mérito propio

En los últimos meses, la imagen de los autos Tesla en Estados Unidos ha sufrido un fuerte golpe debido a un problema que dejó a cientos de propietarios varados en medio de condiciones climáticas extremas. El fenómeno, que se repitió en varias ciudades del país cuando las temperaturas descendieron por debajo de los cero grados, expuso una vulnerabilidad crítica en estos vehículos eléctricos: la imposibilidad de cargar sus baterías en frío extremo. Esta situación, sumada a los fallos en la infraestructura de carga, ha llevado a que los Tesla sean apodados «Dead Robots», una referencia a su incapacidad de operar cuando más se los necesita.

El problema se agudizó cuando los Superchargers de Tesla, los puntos de carga rápida instalados estratégicamente en distintas partes del país, dejaron de funcionar en temperaturas extremadamente bajas. Según la compañía, esta medida de seguridad evita daños en los sistemas de carga y las baterías, pero el resultado ha sido desastroso para los conductores que confiaban en poder reabastecer sus vehículos. Numerosos testimonios en redes sociales mostraron largas filas de Teslas estacionados en estaciones de carga inutilizables, con dueños frustrados y sin opciones inmediatas para seguir su camino.

El frío extremo, un problema para los coches eléctricos

El frío extremo, un problema para los coches eléctricos

A diferencia de los autos de combustión interna, que pueden operar con temperaturas bajas sin mayores inconvenientes, los vehículos eléctricos dependen en gran medida de la capacidad de sus baterías para mantenerse funcionales. En condiciones extremas, las baterías de iones de litio pueden perder hasta un 30% de su capacidad de carga, lo que reduce drásticamente la autonomía del vehículo. Si a esto se suma la imposibilidad de recargarlas, los usuarios quedan atrapados en una situación sin salida. Lo más preocupante es que este problema no se ha limitado a modelos antiguos, sino que ha afectado a la última generación de Tesla, lo que ha puesto en duda la confiabilidad de la marca en condiciones adversas.

Los expertos han señalado que este inconveniente no es exclusivo de Tesla, sino que es una limitación inherente a la tecnología actual de baterías. Sin embargo, la empresa de Elon Musk ha sido particularmente afectada debido a su modelo de negocio basado en una red de carga propia. Mientras que otras marcas permiten a sus usuarios utilizar estaciones de carga de distintos proveedores, los dueños de coches de la marca norteamericana dependen casi exclusivamente de los Superchargers. Cuando estos fallan, la única opción es buscar una toma de corriente alternativa, lo que en un clima helado y en carreteras desoladas puede convertirse en una odisea.

La solución que promete Tesla

La solución que promete Tesla

A raíz de la creciente frustración entre los usuarios, Tesla ha prometido mejoras en la infraestructura de carga y nuevas soluciones para mitigar los efectos del frío extremo en sus baterías. No obstante, la confianza en la marca ha sido afectada y muchos consumidores se han cuestionado si los vehículos eléctricos son realmente una alternativa viable para todas las regiones de Estados Unidos. Las críticas se han intensificado en estados como Minnesota, Wisconsin y Colorado, donde el invierno puede ser implacable y la fiabilidad del transporte es esencial.

El apodo «Dead Robots» ha calado hondo en la percepción pública y ha puesto en entredicho la promesa de Tesla de liderar el futuro de la movilidad sostenible. Si bien la compañía sigue siendo pionera en innovación y tecnología, este episodio ha dejado en claro que aún existen desafíos importantes que deben resolverse antes de que los autos eléctricos puedan reemplazar por completo a los motores de combustión. Mientras tanto, los propietarios de los eléctricos en zonas frías tendrán que considerar alternativas o asumir los riesgos de quedarse varados en la carretera cuando las temperaturas bajen demasiado.