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The Originals Renault es la nueva red de talleres específica para los modelos clásicos de la marca francesa

Se llama The Originals Renault. No es un nombre nuevo. De hecho, el nombre abarca todo un ambicioso programa que atañe a los modelos de la marca francesa con más de 25 años, los conocidos como youngtimers o coches que están viviendo su “segunda juventud” y los oldtimers o auténticos clásicos, que en el caso de Renault llevan produciéndose desde 1898.

De hecho, durante la presentación de The Originals Renault, que ha coincidido con la celebración de la feria de clásicos Rétromobile, celebrada en París (Francia), sus responsables nos comentan que el automóvil más veterano que han certificado es un Type AZ de 1909.

Y es que precisamente la certificación de los Renault clásicos es uno de los servicios estrella de The Originals Renault, ya que sus responsables no ocultan que para poner en marcha su ambicioso programa han tomado como ejemplo las iniciativas similares llevadas a cabo por Ferrari o Porsche.

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The Originals Renault se basa en poner en valor el legado de la marca

Como ya hemos comentado, Renault comenzó a fabricar automóviles en 1898, y eso no es algo de lo que todo el mundo pueda presumir. Su legado se extiende además a algunas de las más importantes categorías de la competición, como el Campeonato del Mundo de Rallys o el de Fórmula 1; de ahí que la idea de conservar el legado comience con la restauración y el mantenimiento de la propia colección de clásicos de Renault.

La colección The Originals Renault se compone de 800 automóviles, 110 anteriores a la II Guerra Mundial, 387 vehículos contemporáneos y youngtimers, 160 monoplazas de Fórmula 1 y vehículos de competición, 32 modelos Alpine, un aeroplano e incluso un tanque.

Estos vehículos cuentan con unas instalaciones dedicadas de 22.000 m2, y el 54 % de la colección se encuentra en condiciones “dinámicas”; es decir: se pueden poner en marcha y se puede rodar con ellos. Además, la colección dispone también de un taller específico de 2.000 m2 en el que se restauran cerca de 20 automóviles cada año.

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La red de talleres The Originals Renault

Precisamente el taller de restauración propio de la marca ha sido en realidad el primer centro especializado The Originals Renault, que a día de hoy cuenta con ocho centros certificados, cifra que a finales de 2025 se espera ampliar hasta los 25 centros, cubriendo el 80 % de la superficie de Francia. Además, la idea es extender la red de talleres The Originals Renault a tantos países como sea posible.

En Renault nos cuentan que muchos de estos talleres son concesionarios autorizados Renault independientes que en realidad ya venían reparando los youngtimers de Renault desde hace muchos años y, simplemente, se les ha certificado por ello, pero tampoco cierran la puerta para que las grandes redes puedan tener algún centro de restauración certificado si realmente están cualificados para ello, y se cita como ejemplo a uno de los distribuidores alemanes de Renault, que es también distribuidor de Porsche y cuenta con certificación de Porsche Classic.

En cualquier caso, los talleres son sólo una de las ambiciosas propuestas de The Originals Renault, junto con el mantenimiento de la propia colección de coches clásicos y de competición del propio fabricante o la certificación de vehículos Renault clásicos, la participación activa en eventos como este salón Rétromobile, el escaneo y puesta a disposición del público de manuales de reparación y documentación técnica, la realización de tutoriales de reparación en vídeo y la ampliación de la oferta de piezas de recambio, uno de los aspectos más complicados.

Sobre las certificaciones, en Renault nos comentan que a día de hoy ya se han expedido 1.200 de ellas, siendo el Renault 4 el modelo más certificado. Además, la colección The Originals Renault no sólo consta de automóviles. También hay 2.400 metros lineales de archivo con 2.200 posters, 10.400 planos, 3.300 maquetas y juguetes, así como 700 libros. Pero lo verdaderamente importante es la decisión de Renault de apostar por preservar su legado, algo que sólo las grandes marcas son capaces de hacer.