La compra de un automóvil de lujo suele ser un acontecimiento memorable, pero para el cantante mexicano Luis Conríquez, la adquisición de un Rolls-Royce Cullinan se convirtió en el centro de una controversia internacional. El lujoso todoterreno, valorado en cientos de miles de dólares, resultó tener un pasado turbio y, sin saberlo, terminó en sus manos después de un insólito robo que cruzó fronteras.
La historia comenzó cuando Travis Payne, gerente general de un concesionario de coches exóticos en Georgia, compró un Cullinan negro modelo 2020 a un vendedor en Arizona. Lo que parecía una transacción rutinaria se convirtió en una pesadilla cuando Payne descubrió que la empresa de transporte que debía entregar el vehículo en su domicilio en Atlanta nunca lo tuvo en su poder. Un grupo de estafadores había interceptado la entrega, desviando el automóvil hacia un destino desconocido en Los Ángeles.
El pasado oscuro del Rolls-Royce de Luis Conríquez
La investigación de Payne lo llevó hasta un concesionario mexicano llamado Alvarez Exotics, presuntamente propiedad de la familia del boxeador Canelo Álvarez. Un usuario de TikTok había publicado un video en el que aparecía el Cullinan, lo que permitió a Payne identificarlo gracias a su patrón de techo con luz de estrella, una característica exclusiva de la marca Rolls-Royce. Sin embargo, para su sorpresa, el coche ya había sido vendido a Luis Conríquez, quien posteriormente publicó fotos del lujoso interior en su cuenta de Instagram.
El problema escaló cuando intentaron recuperar su vehículo. A pesar de contactar a su abogado y presentar pruebas, el concesionario mexicano se negó a cooperar, argumentando falta de documentación concluyente. La situación se tornó aún más complicada cuando el cantante comenzó a recibir cientos de mensajes en redes sociales acusándolo de poseer un vehículo robado. Hasta el momento, Conríquez no ha emitido una declaración oficial sobre el asunto, lo que ha generado más incertidumbre.
¿Qué sucede ahora con el Rolls-Royce?
Mientras la polémica sigue en aumento, Payne sigue sin recibir su tan esperado Rolls-Royce, lo que resalta los riesgos de comprar y vender coches de lujo en un mercado donde el fraude está a la orden del día. La historia también ha puesto bajo la lupa las operaciones de concesionarios de alto perfil y la facilidad con la que vehículos de lujo pueden cruzar fronteras sin dejar rastro.
Este escándalo deja una lección importante: en el mundo de los automóviles exclusivos, incluso las celebridades pueden verse atrapadas en situaciones inesperadas. Mientras tanto, la incertidumbre sigue rodeando el destino final del Cullinan, una joya sobre ruedas que, por ahora, sigue sin un dueño definitivo. Luis Conríquez, por el momento, se ha quedado sin vehículo.
