Los conductores siempre están en busca de herramientas o dispositivos que les hagan más fácil y segura su experiencia al volante. Sin embargo, no todos los aparatos que prometen ayuda son legales. Uno de estos dispositivos, que muchos creen un “salvavidas”, es en realidad motivo de sanciones severas por parte de la Dirección General de Tráfico (DGT). Se trata de los inhibidores de radar, dispositivos cuya instalación y uso puede acarrear multas de hasta 6.000 euros y la retirada de 6 puntos del carnet de conducir.
Aunque a simple vista pueden parecer atractivos, especialmente para quienes buscan evitar multas por exceso de velocidad, los inhibidores de radar están completamente prohibidos en España. Conocer los riesgos y las normativas es esencial para evitar sanciones y, sobre todo, promover la seguridad en las carreteras.
1Qué son los inhibidores de radar y cómo funcionan
Los inhibidores de radar son dispositivos electrónicos diseñados para interferir en el funcionamiento de los radares de velocidad utilizados por la DGT y otras autoridades de tráfico. Su función principal es bloquear o inutilizar la señal del radar, evitando así que registre la velocidad a la que circula un vehículo.
A diferencia de los detectores de radar, que solo advierten al conductor de la presencia de estos controles, los inhibidores actúan de forma activa, interrumpiendo el trabajo del radar. Esta interferencia no solo afecta al control de velocidad, sino que también puede suponer un riesgo para la seguridad vial, ya que promueve conductas imprudentes al volante.