Toyota ha consolidado su reputación en el mundo automotriz gracias a la fiabilidad, durabilidad y ventas masivas de sus modelos. Sin embargo, esta vez el fabricante japonés lidera un ranking en el que preferiría no figurar. La Asociación Japonesa de Seguros Generales ha revelado que los 10 vehículos más robados en el país pertenecen a Toyota y su marca de lujo, Lexus. Lo más preocupante es que el Toyota Land Cruiser domina la lista con un incremento alarmante en los robos.
Por cuarto año consecutivo, el Land Cruiser se posiciona como el vehículo más codiciado por los ladrones. Si bien en 2023 representaba el 14,7% de los coches sustraídos, en 2024 esta cifra se disparó hasta el 27,5%. Es decir, más de uno de cada cuatro robos de automóviles en Japón involucra a este todoterreno de lujo, cuyo precio puede alcanzar los 85.000 euros. La situación es tal que en un solo año se robaron casi 670 unidades de este modelo, lo que marca un incremento del 75% respecto al año anterior.
¿Por qué es uno de los vehículos más robados?
El interés desmedido de los delincuentes por el Land Cruiser podría explicarse por su alta demanda en mercados internacionales. Se trata de un vehículo robusto, capaz de circular en condiciones extremas, lo que lo convierte en un objeto de deseo tanto para clientes en zonas rurales como para organizaciones criminales que buscan automóviles resistentes y de fácil comercialización en el extranjero. La exportación ilegal y el despiece para venta de autopartes son prácticas frecuentes en estos robos.
El problema no se limita al Land Cruiser. El monovolumen Alphard, el Prius y el Lexus LX ocupan los siguientes puestos en la lista de los más robados, aunque con cifras mucho menores. Otros modelos afectados incluyen el Lexus RX, el Toyota Crown y varias minivans como la Hiace y la Velfire. No obstante, la diferencia en números es abrumadora: mientras que solo 21 unidades del Toyota Voxy fueron robadas, los Land Cruiser sustraídos superaron los 600.
El efecto inmediato por ser uno de los coches más robados
El auge en el robo de estos Toyota ha incrementado también los pagos de seguros, que subieron un 20% en 2024. El desembolso medio de las aseguradoras alcanzó los ¥2.815.000 (unos 18.700 dólares), lo que sugiere un impacto económico significativo para las compañías y sus clientes. Este fenómeno está obligando a los propietarios a invertir en medidas de seguridad adicionales, como sistemas antirrobo avanzados y dispositivos de rastreo GPS.
La prefectura de Aichi se ha convertido en el epicentro de esta crisis, registrando más de una quinta parte de los robos de vehículos en Japón. Para quienes poseen un Land Cruiser, este territorio se ha convertido en un verdadero campo minado. Ante esta situación, los fabricantes y las autoridades japonesas se ven obligados a reforzar las estrategias de prevención para contener una tendencia que parece lejos de disminuir.