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El detalle que florece en nuestras carreteras cuando llueve

La llegada del invierno ha puesto a prueba la resistencia del asfalto en la carretera de la Vía do Salnés, donde ya se han registrado los primeros socavones. Aunque los tramos interurbanos presentan signos de desgaste, el problema se agrava en las zonas urbanas, donde el intenso tráfico acelera el deterioro del pavimento. Tras un otoño inusualmente benigno, el cambio de estación ha traído consigo temporales de lluvia y viento que han acelerado la aparición de baches y grietas en las principales vías de la región.

Los puntos críticos no tardaron en aparecer. En la PO-549, a su paso por Vilagarcía y Cambados, la calzada muestra un claro deterioro. Circular por avenidas como Cambados y Doutor Tourón se ha convertido en un desafío para los conductores, quienes deben sortear baches cada vez más profundos. La situación es similar en la avenida de A Coruña, donde las irregularidades del pavimento ponen en riesgo la integridad de los vehículos. En el Paseo da Calzada, en el puerto de Vilanova y en los accesos al aparcamiento de Fexdega, los socavones han aumentado de tamaño en apenas unos días y todo indica que la situación empeorará con las próximas precipitaciones.

Lluvia y baches: un peligro en la carretera

Lluvia y baches: un peligro en la carretera
Fuente: Freepik.

Más allá del deterioro del firme, las lluvias también están provocando otros problemas en la infraestructura viaria. En los taludes de la Vía do Salnés, se han registrado varios desprendimientos de tierra. Aunque estos no han llegado a bloquear la calzada, sí han obstruido las cunetas, dificultando el drenaje de las aguas pluviales. Este problema, sumado a la acumulación de maleza y sedimentos arrastrados por el viento y las corrientes de agua, está agravando la situación, aumentando el riesgo de anegamientos en distintos tramos.

Las autoridades advierten que, mientras continúen las lluvias, no se podrá intervenir para reparar el firme de las rotondas, lo que prolongará el deterioro y el peligro en la carretera. Los conductores deben extremar la precaución, ya que la combinación de baches, charcos y acumulaciones de lodo en la calzada aumenta el riesgo de accidentes. Las zonas urbanas, con mayor volumen de tráfico, son las más afectadas, y la falta de intervención inmediata podría convertirlas en auténticos puntos negros para la circulación.

La lluvia agrava el deterioro del asfalto

La lluvia agrava el deterioro del asfalto
Fuente: Freepik.

En vista de esta situación, es prioritario que se realicen labores de mantenimiento en cuanto las condiciones climáticas lo permitan. La limpieza de cunetas y canalones es esencial para evitar que las precipitaciones sigan degradando la infraestructura viaria. Mientras tanto, los automovilistas deben mantenerse alerta y adaptar su conducción a las condiciones adversas del pavimento, evitando riesgos innecesarios en estas carreteras castigadas por el invierno.

Con más lluvias en el horizonte, el desgaste de la Vía do Salnés parece lejos de llegar a su fin. Las próximas semanas serán determinantes para evaluar los daños y planificar intervenciones que permitan devolver la seguridad a una red viaria cada vez más afectada por los embates del clima.