La Asociación Europea de Fabricantes de Motocicletas (ACEM), en conjunto con la Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas (Anesdor), han emitido un comunicado contundente ante la inminente imposición de aranceles a las motocicletas. Ante la consulta pública sobre la segunda fase de estos gravámenes, las asociaciones claman por la exclusión total de las motocicletas de esta guerra comercial, argumentando que el sector es un mero espectador inocente de un conflicto que no le pertenece.
La amenaza arancelaria: Un golpe directo al sector motociclista
La Comisión Europea ha dejado claro que, de no mediar cambios drásticos, a partir del 1 de abril de 2025 se aplicará un arancel adicional del 50% a las motocicletas de origen estadounidense con una cilindrada superior a 500 cc. Este incremento drástico en los costes representaría un duro golpe para las empresas importadoras y para los consumidores finales, quienes verían incrementados los precios de sus vehículos.
Pero la cosa no acaba ahí. La segunda fase de esta escalada arancelaria, prevista para el 13 de abril, extiende las medidas a todas las categorías de motocicletas de menos de 500 cc, incluyendo las motocicletas eléctricas. Esta ampliación del alcance de los aranceles supone una amenaza aún mayor para la industria, ya que afecta a un segmento de mercado más amplio y en pleno crecimiento, como es el de las motocicletas eléctricas.
Un sector altamente interconectado: Europa y EE.UU.
Las industrias de motocicletas en Europa y Estados Unidos están intrínsecamente interconectadas, formando una red de fuertes lazos industriales y económicos. Los fabricantes europeos exportan un número considerable de motocicletas al mercado estadounidense, mientras que los fabricantes estadounidenses tienen una presencia significativa en el mercado europeo. Esta interdependencia hace que la imposición de aranceles sea especialmente perjudicial, ya que daña a ambas partes de la ecuación.
La imposición de aranceles a las motocicletas corre el riesgo de perturbar los negocios, perjudicar a los consumidores y amenazar el empleo a ambos lados del Atlántico. El sector de la motocicleta es un importante generador de empleo y riqueza en ambos continentes, y la imposición de barreras comerciales podría tener consecuencias devastadoras para miles de familias que dependen de esta industria.
Pidiendo una solución negociada: El llamamiento a la razón
En lugar de permitir que este conflicto se agrave aún más con medidas de represalia, la industria europea de la motocicleta hace un llamamiento urgente a la búsqueda de una solución negociada para el comercio transatlántico. La imposición de aranceles solo servirá para alimentar una espiral de proteccionismo que perjudicará a todas las partes involucradas.
Las industrias de la motocicleta de Estados Unidos y la Unión Europea comparten un objetivo común: un comercio transatlántico justo que permita a ambas partes seguir suministrando productos de la más alta calidad a sus apasionados clientes. La competencia leal y la libre circulación de mercancías son esenciales para el crecimiento y la prosperidad de la industria de la motocicleta en ambos continentes.
Motocicletas: Más que un vehículo, un motor económico y social
La industria de la motocicleta es mucho más que un simple sector económico. Proporciona fabricación de alta calidad y puestos de trabajo relacionados, movilidad y acceso al empleo para millones de personas, y es un motor económico fundamental. Las motocicletas son una herramienta esencial para la movilidad en muchas ciudades y áreas rurales, facilitando el acceso al trabajo, la educación y los servicios básicos.
Además, la motocicleta es una fuente de pasión y entretenimiento para millones de personas en todo el mundo. Los amantes de las motocicletas encuentran en ellas una forma de expresión, libertad y aventura. La industria de la motocicleta contribuye significativamente al turismo y al desarrollo de actividades de ocio relacionadas con el mundo del motor.
Como nadie gana en las guerras comerciales, pedimos encarecidamente que se vuelva a la razón y que ambas partes alcancen una solución justa. El secretario general de la ACEM, Antonio Perlot, ha expresado con claridad el sentir de la industria: es fundamental que los líderes políticos y económicos de Estados Unidos y la Unión Europea se sienten a la mesa de negociación y encuentren una solución que beneficie a todas las partes, evitando así un daño irreparable a la industria de la motocicleta y a los millones de personas que dependen de ella.
El impacto en el mercado español: Incertidumbre y preocupación
El mercado español de la motocicleta, como parte del mercado europeo, se enfrenta a un futuro incierto ante la amenaza de los aranceles. Los concesionarios, importadores y distribuidores están preocupados por el posible impacto en las ventas y en la rentabilidad de sus negocios. La incertidumbre sobre los precios y la disponibilidad de los productos podría frenar la demanda y afectar negativamente al crecimiento del sector.
Además, la imposición de aranceles podría perjudicar a las empresas españolas que exportan motocicletas y componentes a Estados Unidos, poniendo en riesgo puestos de trabajo y la competitividad de la industria nacional. Es fundamental que el gobierno español apoye a la industria de la motocicleta y trabaje en colaboración con la Unión Europea para encontrar una solución que proteja los intereses del sector.
El futuro de la movilidad: La importancia de las motocicletas eléctricas
La motocicleta eléctrica está llamada a desempeñar un papel fundamental en el futuro de la movilidad urbana. Estos vehículos ofrecen una alternativa sostenible y eficiente a las motocicletas convencionales, contribuyendo a reducir la contaminación y el ruido en las ciudades. La imposición de aranceles a las motocicletas eléctricas podría frenar su desarrollo y dificultar su adopción por parte de los consumidores.
Es fundamental que los gobiernos y las instituciones apoyen la investigación y el desarrollo de tecnologías relacionadas con la movilidad eléctrica, y que se establezcan incentivos para la compra y el uso de motocicletas eléctricas. La transición hacia una movilidad más sostenible es esencial para proteger el medio ambiente y mejorar la calidad de vida en las ciudades.