Barcelona se ha convertido en un escenario inesperado de protestas contra Tesla y Elon Musk. En un aparcamiento de la ciudad condal, un Model Y apareció cubierto de grafitis con mensajes hostiles, entre ellos la frase «Fuck Elon». Este incidente no es un caso aislado, sino parte de una tendencia creciente que recuerda los ataques a estos vehículos en Estados Unidos.
La imagen del automóvil vandalizado se viralizó en redes sociales, donde generó un debate sobre el simbolismo de la marca de coches eléctricos en la actualidad y el rechazo que suscita su propietario. Es una manera de protesta que se viene replicando mucho en diferentes partes del mundo y oficialmente ya llegó a España.
Así quedó el Tesla tras ser vandalizado
Elon Musk, empresario sudafricano y director de Tesla y SpaceX, ha sido objeto de controversias a nivel global. Sin embargo, las recientes críticas hacia su figura se han intensificado tras su supuesta incorporación al gobierno de Donald Trump en Estados Unidos. Su apoyo a políticas consideradas de ultraderecha y sus declaraciones polémicas han provocado reacciones en diferentes sectores.
En varias ciudades estadounidenses, se han registrado incidentes de vandalismo contra vehículos de esta marca, vistos por algunos como un símbolo del poder económico y político que Musk representa. Ahora, este fenómeno parece haberse trasladado a España. En los últimos meses, la empresa ha sufrido una caída en su imagen pública, no solo por las decisiones de Musk en el ámbito político, sino también por acusaciones de malas condiciones laborales en sus fábricas y una percepción de elitismo alrededor de sus vehículos.
Que haya sido Barcelona no es casualidad
En Barcelona, donde la población ha mostrado históricamente un fuerte compromiso con causas progresistas, la marca ha comenzado a ser vista con recelo por ciertos sectores. La acción vandálica en el aparcamiento de la ciudad podría interpretarse como una manifestación de ese descontento, un reflejo de la animadversión que despierta el multimillonario en algunos grupos.
Los actos de vandalismo contra Teslas han sido documentados en varias partes del mundo, pero en Estados Unidos se han convertido en algo más frecuente, con casos de cristales rotos, pintadas y daños estructurales a los vehículos. En algunos incidentes, los atacantes han justificado sus acciones como una forma de protesta contra las políticas de Musk y su influencia en la esfera pública.