Ford ha creado una versión muy especial del Mustang, en exclusiva para la variante de carrocería convertible. El Ford Mustang California Special, que adopta detalles de diseño específicos que caracterizan esta versión.
2Puro hedonismo
Y muestra una buena sintonía con el carácter dinámico de esta versión descubierta del Mustang. Una carrocería que pese a los refuerzos estructurales, no elimina ciertas torsiones que se manifiestan sobre el cerco del parabrisas. Pero que en asociación a la suspensión adaptativa, permite una buena estabilidad lineal.
Y un paso por curva sólido, que permite afrontar los apoyos rápidos en carreteras de primer orden con seguridad. Y divertirse en zonas más ratoneras una vez te hagas a las dimensiones exteriores con su largo capó característico y su gran anchura de ejes, con un eje trasero que con acelerador tiende a abrirse en los cambios de inercia. Y que no deja de ser parte del encanto de este coche siempre que sepamos calcular sus límites ayudados de la electrónica. El modo Track libera la intromisión de la electrónica casi del todo, pero como su denominación indica, esto solo es recomendable para circuitos.
Y esta carrocería no es precisamente la más adecuada para un ‘track day’. Un cabrio puro con su techo de lona, bien aislado, que no impide que las notas del V8 entren directamente a los sentidos de sus ocupantes. Contando con dos plazas traseras poco generosas de espacio, pero muy utilizables. No dispone de un difusor, pero con una cintura alta te sientes muy abajo conduciendo, sin notar las turbulencias hasta una velocidad elevada.
Un motor V8 de 5,0 litros que entrega su par máximo a 4.600 rpm, pero ‘lleno’ para una muestra progresiva de su potencial desde muy abajo, a la vez que con un gran empuje. Acelera de 0 a 100 kilómetros hora en solo 4,8 segundos, aprovechando al máximo el escalonamiento cerrado de las relaciones de su caja de 10 velocidades Selectshift automática, que montaba nuestra unidad.