Dejando a un lado su derivada 100 % eléctrica, si has decidido que el Peugeot 208 va a ser tu próximo coche, sólo tienes que elegir entre el híbrido de 100 CV o el de 136 CV, así como entre los acabados Active –con llantas de acero y aire acondicionado manual–, Allure –con un montón de equipamiento adicional– y GT –mucho más vistoso, con llantas de aleación de 17’’–.
Ah, bueno, sí; tienes también dos motores de gasolina como alternativa, con 75 CV (atmosférico) o 100 CV (sobrealimentado por turbocompresor), pero lo cierto es que desde que se comercializan las versiones híbridas, decantarse por una sin hibridar sólo tiene sentido si vas realmente justo de presupuesto.
Más prestaciones y menos consumo para el Peugeot 208 Hybrid
La segunda y actual generación del Peugeot 208 (P21) comenzó a venderse en 2019 y fue profundamente renovada a la vuelta del verano de 2023, desapareciendo la versión diésel y la de gasolina más potente (de 130 CV), variantes que en ambos casos encuentran reemplazo con las nuevas versiones híbridas, capaces de ofrecer un consumo prácticamente idéntico al del desaparecido diésel con un nivel de prestaciones superior al de las versiones de gasolina. Pero, ¿dónde está el truco?
La clave se encuentra en un sistema de hibridación ligera o mild hybrid que se comporta, en muchos aspectos, como un full hybrid o, más exactamente, como un híbrido serie-paralelo, en el que el motor eléctrico puede mover el vehículo sin el concurso del térmico, cuando lo habitual en los mild hybrid solía ser que el motor eléctrico fuera sólo una ayuda.
Así, el Peugeot 208 Hybrid combina un motor 1.2 turbo tricilíndrico con una caja de cambios automática de seis velocidades acopladas mediante embragues alternos en la que se integra la máquina eléctrica de 21 kW (29 CV) encargada de recuperar energía durante las deceleraciones y devolverla cuando nos movemos a baja velocidad o cuando aceleramos a fondo durante un breve lapso.
De este modo, el sistema híbrido aporta tres importantes ventajas. Por una parte, en los momentos en los que el motor térmico es menos eficiente –en las mencionadas maniobras a vehículo parado–, el motor eléctrico se encarga de mover el vehículo, eliminando, de paso, la falta de progresividad característica del embrague de discos que acopla la primer relación o la marcha atrás en las cajas de cambios automáticas de embragues alternos.
Por otra parte, disponemos de un importante plus de potencia si queremos hacer un adelantamiento lo más rápido posible o incorporarnos con decisión a una vía en la que se circula a gran velocidad. El Peugeot 208 Hybrid de 136 CV acelera de cero a 100 km/h en 8,1 segundos, mientras que el desaparecido 208 1.3 de 130 CV invertía seis décimas más en el mismo ejercicio. Y más allá de las frías cifras, la sensación es la de contar con un motor mucho más “lleno” en cualquier circunstancia en la que pisemos con decisión el acelerador.
La tercera estrategia que contribuye a que cualquiera de las dos versiones del Peugeot 208 Hybrid (100 o 136 CV) ofrezca unos consumos claramente inferiores a los de las versiones equivalentes de gasolina tiene que ver con su capacidad para no mantener apagado el motor térmico si circulamos en entornos urbanos o, en menor medida, en carreteras con desniveles.
Y es que siempre que no necesitemos par motor para avanzar, el motor de gasolina tenderá a apagarse y volverá a arrancarse de forma suave e inmediata en cuanto aceleremos. Esto último es responsabilidad de un IGS, una máquina eléctrica que cumple la doble función del motor de arranque y el alternador, dimensionada para trabajar con mucha más capacidad.
Otras ventajas y algún inconveniente del Peugeot 208 Hybrid
Dicho todo esto, más allá de ahorrar entre 0,4 y 0,6 litros de combustible cada 100 km según el ciclo combinado WLTP ofreciendo a la vez mayores prestaciones, el Peugeot 208 Hybrid nos va a permitir alargar la vida de las pastillas (delante) y zapatas (detrás) de los frenos, ya que si practicamos una conducción cuidadosa emplearemos mayoritariamente la frenada regenerativa (el motor eléctrico) en lugar de la fricción de los discos y los tambores con sus respectivas pastillas y zapatas.
Por otra parte, de cara a la longevidad del motor, hay que tener en cuenta que en uso urbano el motor de gasolina permanecerá frecuentemente inactivo, lo que a la larga debería suponer una mayor vida útil para la mecánica.
Y sí, no todo es dicha; siempre hay una cara B. Si queremos un Peugeot 208 Hybrid deberemos pagar 2.650 euros extra, una cifra muy ajustada para todo lo que ofrece el sistema –que, de paso, convierte nuestro Peugeot 208 en automático– pero que no deja de representar cerca de un 10 % del valor del coche.
En términos de amortización, teniendo en cuenta los 0,5 litros de combustible que ahorraremos cada 100 km, esos 2.650 euros tardaríamos algo más de 300.000 kilómetros en amortizarlos, un kilometraje que, que en muchos casos, es probable que exceda la vida del vehículo.
Pero lo cierto es que, en nuestra experiencia, ese ahorro puede ser incluso mayor a los 0,5 l/100 km, y el Peugeot 208 Hybrid ofrece un agrado de uso superior al de la versión térmica, especialmente maniobrando o si nos vemos atrapados por un atasco.Por lo demás, el vehículo es igual que cualquier otro Peugeot 208, con sus cómodas plazas delanteras, su volante pequeñito con su instrumentación colocada por encima, sus plazas traseras algo angostas, un más que razonable maletero de 309 litros y un comportamiento de primera que hace que sea muy agradable de conducir tanto en versiones con llanta de 16 como de 17’’. Ah, sí, y además con etiqueta Eco.
