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Me han vendido un coche con reserva de dominio, ¿qué hago?

Dentro de los sistemas de financiación que existen en la actualidad para comprar un vehículo, uno de los más populares es el de la reserva de dominio. Sin embargo, pese a que es cada vez más utilizado, mucha gente desconoce en qué consiste.

Esto puede acarrear problemas a la hora de comprar un coche de segunda mano. Tras hacer la transferencia del vehículo online, el nuevo propietario se entera de esta noticia a la que tiene que hacer frente y eso genera muchísimas incertidumbres que pueden llevar incluso a la pérdida del transporte.

¿Qué es un coche con reserva de dominio?

Los especialistas en la compraventa y transferencias de vehículos de segunda mano son claros al explicar en qué consiste este escenario de “coche con reserva de dominio”.  

Básicamente, una reserva de dominio es un acuerdo al que se llega a la hora de buscar financiación para la compra de un coche. Esta cláusula indica que el banco será el titular del coche hasta el momento en el que la deuda quede completamente saldada por el comprador.

Una vez satisfechos los pagos acordados, se realiza el cambio de titularidad y entonces el vehículo pasa a estar en manos del comprador de pleno derecho.

¿Qué ocurre en ocasiones? Que una persona que compra un coche bajo estas condiciones quiere venderlo a un tercero. Y es este último el que puede verse perjudicado en esta situación.

El comprador asume la carga

Un coche con reserva de dominio es un coche asociado a una carga económica que hay que saldar. Esto implica que la venta y la transferencia de titularidad, en principio, no debería hacerse sin informar de esta situación.

Lamentablemente, esto en ocasiones no ocurre: el vendedor hace el trato de manera irregular. Eso hace que, posteriormente, el comprador se encuentre con que no tiene la propiedad real del vehículo e incluso deba hacer frente a la deuda si el comprador original no lo hace.

También puede darse el caso de que el banco reclame la titularidad del vehículo ante el impago y se lo retire al segundo comprador, sin que este pueda hacer nada por defenderse ante esta situación, más que pagar la deuda.

La teoría no permite la venta del vehículo

Como la titularidad del coche es, en todo momento, de la financiera, el particular que tiene su uso y disfrute no podrá, en teoría, vender el coche de ninguna manera.

Sin embargo, es posible que la financiera no haya inscrito el contrato en la DGT y, por tanto, no figure esta situación, de manera que se podría hacer una compraventa irregular, que podría acarrear muchísimos problemas para el comprador, como ya hemos visto.

Para evitar esto, lo mejor es hacer la transferencia online en una empresa que se asegure de que la compraventa se puede realizar sin problemas.

Es lo que certifican profesionales como los de Gestioon, una gestoría online que elabora un informe gratuito sobre el estado del vehículo y sus cargas. Así, el comprador será consciente en todo momento de la situación en la que está su nuevo coche.