Este Ferrari 250 LM Berlinetta con carrocería diseñada por Pininfarina y fabricada por Scaglietti será subastado el próximo 6 de julio por Artcurial en París en un evento en el que el deportivo italiano será el único lote. Su precio estimado se mueve en una horquilla de entre 13,5 y 20 millones de euros, por lo que podría convertirse en uno de los automóviles más caros y deseados de la historia.
Deseado, en realidad, ya lo es, pero ¿por qué? ¿Qué tiene de especial este Ferrari 250 LM para situarse entre los automóviles más caros del mundo? Como de costumbre en estos casos, este Ferrari reúne varios requisitos que se dan juntos solamente una vez en la vida. De entrada, se trata de una de las 32 unidades existentes de este modelo. Es además el primer Ferrari con motor V12 en posición central trasera y, quizá más importante: se trata del último modelo de Ferrari que consiguió ganar las 24 Horas de Le Mans antes de la reciente victoria de 2023.
Eso, en cuanto a los “méritos”, porque para ser uno de los coches más caros del mundo también hay que demostrar autenticidad. En este caso, los números de chasis (5901), motor (5901), caja de cambios (18), carrocería y el código interno (138/LM) coinciden con los registros, el vehículo ha pertenecido a una prestigiosa colección francesa (de 2002 a 2022), ha sido impecablemente restaurado por un especialista de prestigio (DK Engineering, entre 1998 y 1999) y cuenta con la certificación oficial de Ferrari Classiche.
El Ferrari 250 LM Berlinetta de Pininfarina en las 24 Horas de Le Mans de 1965
Visto de manera estática, hoy, fuera de contexto, este Ferrari 250 LM Berlinetta es un Ferrari clásico más. Pero su peso en la historia de la firma italiana no es el de un Ferrari más.
En 1965, todas las apuestas daban a Ford como favorita para hacerse con la victoria en las 24 Horas de Le Mans pero, finalmente, tres Ferraris coparon el podio. El ganador fue un Ferrari 250 LM Berlinetta pilotado por el norteamericano Masten Gregory y el austriaco (alemán de nacimiento) Jochen Rindt.
Fue una de esas historias de victorias épicas de David contra Goliat, de la resistencia de Ferrari y sus limitados medios a la formidable armada de Ford, que protagonizaron uno de los enfrentamientos más feroces de la historia del automovilismo.
Además de su glorioso historial, el Ferrari 250 LM es el máximo representante en competición de la noble familia 250, en línea con el Testa Rossa y el GTO, además de ser el pionero en la genealogía de los Ferrari V12 de motor central.
Así es el Ferrari 250 LM Berlinetta
Presentado en el Salón del Automóvil de París en octubre de 1963, el Ferrari 250 LM era un derivado del 250 P, que había sido introducido meses antes. Obra del ingeniero jefe Carlo Chiti, fue el primer Ferrari de competición con un motor V12 en posición central trasera, siguiendo la arquitectura introducida por el Ferrari 246 SP, que contaba con un motor V6 en idéntica posición.
Al igual que había sucedido con el 250 GTO, Ferrari quiso homologar su 250 LM en la categoría GT, pero no llegó a fabricar las 100 unidades requeridas, lo que le obligaría a batirse el cobre entre los prototipos, compitiendo con modelos más potentes, incluido su archirrival, el Ford GT40.
El Ferrari 250 LM era claramente más ágil que el modelo de Ford, al que superaba también en velocidad de paso por curva, pero era menos potente, lo que, en Le Mans, suponía una clara desventaja.
La mayoría de las 32 unidades fabricadas se emplearon en competición, pero este Ferrari 250 LM, con su motor V12 de 3,3 litros y unos 320 CV, vivió una vida menos azarosa como vehículo de carretera, lo que le ha permitido conservarse en muy buen estado, algo que no suele ocurrir con los superdeportivos destinados a participar en carreras de resistencia. Lo más cerca que ha estado de competir fue en las 24 Horas de Daytona de 1966, donde ejerció de “muleto” o coche de reserva.
La unidad 5901 del Ferrari 250 LM
La historia completa de esta unidad está recogida y documentada por el especialista de la marca Marcel Massini. Según la ficha de producción de este Ferrari 250 LM, su chasis tubular fue suministrado a la carrocería Scaglietti, en Módena, el 24 de junio de 1964. El 18 de septiembre se acabó de montar el motor, obra del mecánico Baschieri bajo la supervisión del capataz Amos Franchini, quien supervisó igualmente el montaje de la caja de cambios, terminado el 23 de septiembre por Ivo Giusti.
El pedido oficial de Luigi Chinetti, jefe del NART (North American Racing Team) e importador de la marca con sede en Nueva York, data del 6 de noviembre siguiente, y la factura de Ferrari se cursó ocho días después. El 20 de noviembre, el automóvil fue transportado al puerto de Livorno y cargado en el buque Maria Costa con destino a Nueva York. A su llegada, Chinetti vendió el automóvil a su primer propietario, Raymond John Augusterfer, residente en Filadelfia.
Como ya hemos visto, el 5 y 6 de febrero de 1966, este Ferrari 250 LM fue utilizado como “muleto” en las 24 Horas de Daytona. Al año siguiente, Chinetti se hizo cargo del vehículo, que fue vendido en 1968 a un particular. A partir de entonces cambió de mano en varias ocasiones, perfectamente documentadas y siempre en EE.UU.
Fue restaurado entre finales de los 70 y principios de los 80 y, finalmente, en septiembre de 1995, Ferrari de San Francisco lo vendió por 1,6 millones de dólares a un intermediario antes de acabar en la colección de Massimo Ferragamo, hijo del fundador de la marca homónima de alta costura.
De allí volvería a Europa en 1997 para formar parte una vez más de una colección privada antes de ser restaurado nuevamente por el especialista británico DK Engineering. En 2002 pasaría finalmente a manos de su último propietario.
Ahora, completamente autentificado por su fabricante, este impecablemente restaurado Ferrari 250 LM, con chasis, motor, cambio y carrocería originales, busca un nuevo dueño que valore su importancia histórica.Resulta difícil saber si alguien estará dispuesto a pagar los entre 13,5 y 20 millones de euros que Artcurial espera obtener por él. Es muy probable que acabe sin vender. Pero lo cierto es que, en 2015, otro de los 32 Ferrari 250 LM fabricados fue subastado por RM Sotheby’s en Monterey (California) por 17,6 millones de dólares, y es tan poco habitual ver uno de estos unicornios que, quién sabe, puede que incluso supere las estimaciones de Artcurial.