Ayrton Senna fue piloto de McLaren-Honda entre 1988 y 1993. Este Honda NSX fue uno de los al menos tres NSX de los cuales parece ser que el piloto brasileño fue propietario. En concreto, esta unidad de color rojo se encontraba en la residencia que el astro brasileño tenía en Portugal y que era su base de operaciones cuando estaba en el país.
Ayrton Senna fue fotografiado lavando esta unidad del Honda NSX en 1991, vehículo que también apareció en el documental Racing Is in My Blood (Jean Claude Guiter, 1992), que mostraba a Senna derrapando con el deportivo japonés. El astro brasileño poseía otros dos Honda NSX, ambos de color negro, uno de los cuales fue adquirido por su representante, Antonio Braga.
Además de aparecer en el documental y en la mencionada producción del fotógrafo japonés Norio Koike, el mediático Honda NSX rojo con matrícula portuguesa SX-25-59 fue conducido en el circuito de Imola por Giancarlo Minardi en 2019 como parte del 25.º aniversario del trágico fallecimiento del piloto ante una multitud de aficionados seguidores de Senna.
El Honda NSX de Ayron Senna sale a la venta
Robert McFagan, actual propietario del vehículo, contactó con Auto Trader para venderlo, siguiendo el ejemplo de los propietarios de otros automóviles que habían pertenecido a famosos como la difunta reina Isabel II o el ex futbolista David Beckham.
McFagan confiesa que compró el vehículo en 2013 durante un viaje al Algarve y lo tiene desde entonces en su finca, en East Sussex, Reino Unido. Originalmente, parece ser que el Honda NSX rojo le fue regalado a Ayrton Senna por parte de Honda a través de la filial portuguesa de la marca, algo realmente excepcional, ya que los fabricantes japoneses acostumbran a ofrecer sus vehículos a sus pilotos oficiales en unas condiciones ventajosas, pero raramente se los regalan.
Auto Trader no especifica cuántos propietarios ha tenido el vehículo desde la muerte de Senna, en 1994, hasta que lo adquiriera en 2013 McFagan, quien sí comenta que “siendo un gran fan de Senna, me alegré mucho cuando pude tener en mis manos el NSX […], una máquina elegante y poderosa que ofrece una experiencia increíble en la carretera. Ha sido un verdadero placer poseer uno de los coches más famosos perteneciente a una verdadera leyenda del deporte, y la emoción de conducir el coche de Senna nunca desaparece”.
A todo esto, Erin Baker, directora editorial de Auto Trader, añade que “el impacto de Senna en la Fórmula Uno y el mundo del automovilismo fue inconmensurable, y el icónico Honda NSX de Senna es una oportunidad de poseer una pieza única de la historia del deporte que sin duda llamará la atención y generará conversaciones entre amigos, familiares y vecinos”.
Llegados a este punto, queremos comentar que el precio por el que se vende esta unidad, con más de 60.000 kilómetros recorridos, nos parece excesivo, si bien es difícil de determinar, ya que si hay alguien capaz de aportar valor a un objeto que pueda vincularse a su persona, ése es Ayron Senna.
Algunos datos sobre la primera generación del Honda NSX
En cualquier caso, bueno es aclarar que, si bien su precio se ha incrementado notablemente en los últimos años, los mejores ejemplares de la primera generación del Honda NSX –vehículos prácticamente nuevos, impecablemente mantenidos y que no han cambiado de manos o apenas lo han hecho– se cotizan algo por encima de los 100.000 euros, extremadamente lejos de las 500.000 libras (581.940 euros, al cambio) solicitadas por Auto Trader a cambio de un automóvil con un buen kilometraje y, casi con toda seguridad, varios propietarios.
Pero, en general, los Honda NSX de primera generación en buen estado se subastan en torno a los 50.000 euros, que no está nada mal para un vehículo deportivo de gran producción que nunca se caracterizó por unas prestaciones espectaculares ni por unos vistosos acabados.
Y es que el Honda NSX fue la respuesta del fabricante japonés al coetáneo Ferrari 348. Se desarrolló a partir de una carrocería autoportante de aluminio –primicia mundial, anticipándose por cuatro años a la primera generación del Audi A8–, con motor central y tracción trasera. Su propulsor V6 atmosférico de 2,7 litros derivado del empleado por el Honda Legend y el tranquilo Rover 800 ofrecía 274 CV y era capaz de girar a 9.000 r.p.m. gracias al empleo del vanguardista sistema de distribución VTEC.
Aclamado por la prensa especializada de la época, el Honda NSX supuso un importante puente entre los deportivos de la vieja escuela –como el Ferrari 328, que era la referencia a la que “atacar” mientras se diseñó el vehículo– y las nuevas generaciones gobernadas por la electrónica; un purasangre perfecto para formar parte de cualquier colección, aunque muy lejos de valer las 500.000 libras que su propietario pretende obtener por él.
