Se llama Pierre-Henri Raphanel. Ha sido piloto de Fórmula Uno y ha competido en las 24 Horas de Le Mans. Pero aunque sólo hay un selecto grupo de hombres que hayan llegado a las categorías más importantes del deporte del automóvil, la ocupación actual de este piloto francés le hace pertenecer a un grupo aún más minoritario. Y es que Pierre-Henri Raphanel es un piloto oficial de fábrica. De hecho, hasta la llegada de Andy Wallace, ha sido el único piloto oficial de Bugatti.
Pierre-Henri Raphanel: Toda una vida conduciendo los coches más rápidos del mundo
Pierre-Henri Raphanel es uno de esos grandes pilotos que han pasado desapercibidos para muchos aficionados. Nacido en Argelia, este francés de 62 años ha participado en 17 grandes premios de Fórmula Uno con Larrousse, Coloni y Rial, entre 1988 y 1989. Desgraciadamente, le tocó competir en los equipos más modestos en una época en la que las diferencias entre las escuderías punteras y las más humildes era tan abismal que las últimas raramente se clasificaban, por lo que Pierre-Henri Raphanel sólo pudo disputar una carrera: el Gran Premio de Mónaco de 1989, lo que le convirtió en el único piloto de la historia de la F1 cuya única carrera fue en el principado.
Su primera incursión en el mundo de la competición se produjo a los 13 años, con su primera carrera de karting. Pronto Pierre-Henri comenzó a demostrar su talento, ganando el Campeonato de Francia y colocándose entre los seis mejores del Campeonato del Mundo.
Con el apoyo incondicional de sus padres, los primeros años en el karting fueron una aventura familiar para los Raphanel, que sacrificaban felizmente sus fines de semana para viajar a lo largo y ancho del país y competir en algunas de las carreras más famosas.
A los 21 años, la Fórmula Renault le dio su primera oportunidad de subir a un monoplaza, tras lo cual llegaron temporadas competitivas en la Fórmula 3000 y la Fórmula 3, de la que ganaría el Campeonato de Francia, venciendo en el Gran Premio de Mónaco de F3 y haciéndose merecedor de un asiento en un monoplaza de la categoría reina.
La vida de Pierre-Henri Raphanel tras la Fórmula Uno
Tras haber alcanzado la cima de los deportes de motor, Pierre-Henri Raphanel encontró nuevos desafíos en las carreras de resistencia, incluidas las 24 Horas de Le Mans y la el Campeonato de Japón de GT. A lo largo de nada menos que 14 participaciones en las 24 Horas de Le Mans, el piloto francés ha conseguido tres podios y una victoria en su categoría.
En 2005, cuando ya había dejado la competición, Pierre-Henri Raphanel recibió una inesperada llamada de teléfono que cambió su vida profesional para siempre. Al otro lado del teléfono se encontraba Thomas Bscher, ex piloto, banquero y presidente de Bugatti Automobiles entre 2003 y 2007. Bscher y Raphanel se habían conocido hacía años en un evento de gentlemen’s drivers. Thomas estaba supervisando el desarrollo previo a la producción en serie del Bugatti Veyron, y tenía una propuesta para Raphanel.
Pierre-Henri acudió a Molsheim, a la sede de la renacida Bugatti para una presentación del Veyron de pre-producción ante un reducido grupo de personas, y surgió el flechazo. “El Veyron era absolutamente alucinante. Era, y sigue siendo, diferente a todo lo demás en el mundo del automóvil. Estaba absolutamente fascinado por el coche y la marca. Recuerdo que no quería salir del coche; literalmente, me quedé sentado en él durante unas siete horas consecutivas, así de asombrado estaba. En ese momento supe que quería ser parte de esta impresionante aventura”, recuerda Pierre-Henri Raphanel.
A partir de entonces, Bugatti eligió a Pierre-Henri Raphanel como su único piloto oficial, un puesto estratégico, ya que con él se convertía en uno de los principales embajadores de la marca, encargado de mostrar el nuevo automóvil y sus maravillas a clientes de todo el mundo.
El lanzamiento del Bugatti Veyron
Christophe Piochon, actual presidente de Bugatti Automobiles, pone todo en contexto: “Con el lanzamiento del Veyron en 2005, Bugatti se aventuraba en un mundo de rendimiento y velocidad que ningún otro fabricante de automóviles había explorado antes. Necesitábamos asegurarnos de tener no sólo un conductor extremadamente talentoso que pudiera ayudarnos a demostrar todas las capacidades del automóvil a nuestros clientes, sino también alguien que pudiera explicar las innovaciones de ingeniería y contar, con pasión, la historia de la marca”.
Han pasado 18 años desde entonces, y Pierre-Henri Raphanel sigue disfrutando cada día, probando antes que nadie cada nuevo modelo, cada evolución, el Chiron, el Centodieci, el Bolide, el Mistral, el Divo…
A mayores, ser el piloto oficial de Bugatti le ha permitido seguir ampliando su palmarés. En julio de 2010 registró un récord absoluto de velocidad para un automóvil de serie con el Bugatti Veyron Super Sport, que alcanzó los 431,072 km/h en la pista de Ehra-Lessien, en Baja Sajonia (Alemania).
En 2011, el británico y coetáneo Andy Wallace fue contratado por Bugatti como segundo piloto oficial de la marca, algo que empezaba a ser necesario para poder descargar de trabajo a Pierre-Henri Raphanel, quien confiesa que en estos 18 años ha hecho cerca de 10.000 viajes con clientes en una aventura que, por el momento, no tiene visos de acabar pronto.