No es habitual que un Porsche 935 se ponga a la venta, ya sea uno de los “auténticos” (de los fabricados entre 1976 y 1981 sobre la base del 911 Turbo comúnmente conocido como 930) o de los “modernos”, desarrollado sobre la base del 991 GT2 RS.
Los Porsche 935 originales nacieron para competir en los diferentes campeonatos de resistencia, llegando a ganar en categoría absoluta las 24 Horas de Le Mans de 1979, a pesar de tratarse de un automóvil derivado (remotamente) de un modelo de serie.
A diferencia de cualquier 911 clásico convencional, los Porsche 935 se distinguían estéticamente por su carrocería ensanchada y alargada, con el morro “plano” y un gigantesco alerón trasero, buscando desarrollar la mayor velocidad punta en las largas rectas de circuitos como La Sarthe.
Por su parte, los Porsche 935 “modernos” copiaban esta estética con una carrocería de fibra de carbono y materiales compuestos para convertirse en auténticas bestias de circuito ideadas para pulverizar a cualquier adversario en tandas privadas.
Así es el Porsche 935 “moderno”
Hechas las presentaciones, vayamos al grano. Esta segunda generación del Porsche 935 es en esencia un Porsche 991 GT2 RS con algunas mejoras. Su carrocería es un homenaje a la del 935/78, la tercera y última versión del Porsche 935 clásico, conocida popularmente como Moby Dick. También hay guiños al exclusivo prototipo 919 Hybrid LMP1, del cual toma las luces LED traseras, así como al 911 RSR, al que roba los espejos laterales, y a otros legendarios modelos de la marca de Stuttgart como el 908/01 de 1968, al cual imita con sus colas de escape de titanio.
En el minimalista interior, el ambiente es puramente racing, con detalles tan sugerentes como el volante de fibra de carbono sin la parte superior del aro, el pomo de madera o un cuadro digital Cosworth idéntico al del 911 GT3 R de 2019.
No faltan los asientos tipo baquet con arnés de seis puntos ni la jaula de seguridad. El aire acondicionado es la única concesión al confort, y el asiento del copiloto era, incluso, opcional en las 77 unidades que se fabricaron de este exclusivo purasangre.
Ah, lo más importante: el motor es el bóxer biturbo de seis cilindros y 3,8 litros del Porsche 911 GT2 RS, desarrolla nada menos que 700 CV y va acoplado a una caja de cambios de embragues alternos PDK de siete relaciones. El equipo de frenos emplea discos de acero de 380 mm de diámetro con pinzas Brembo de carreras monobloque de aluminio de 6 pistones delante, así como discos de 355 mm con pinzas de 4 pistones atrás. El vehículo cuenta con control de estabilidad desconectable Porsche Stability Management (PSM), ABS regulable y neumáticos de competición, ya que no está homologado para su uso en la vía pública.
La historia de este Porsche 935
El precio base del Porsche 935 en 2018 era de 700.000 euros, pero las pocas unidades que se han subastado han rondado el doble de esa cantidad. Este mismo año, RM Sotheby’s adjudicó una unidad en Monterrey (California, EE. UU.) por 1,6 millones de dólares (1,5 millones de euros). En 2022, otra unidad alcanzó 1.462.500 dólares (1.376.000 euros) en Pebble Beach (nuevamente en California), de la mano de Gooding & Company. Y en 2020 otro Porsche 935 moderno fue vendido en Reino Unido por RM Sotheby’s por 1.320.000 euros.
Como puede verse, el valor del Porsche 935 moderno va aumentando a medida que pasan los años, y en el momento de escribir estas líneas, la unidad que ves en las imágenes se encuentra en pleno proceso de subasta on-line en la web de Bring a Trailer con una puja máxima de 1.300.000 dólares (1.223.000 euros) que promete crecer bastante en los próximos días.
Se trata, además, de un ejemplar muy atractivo. Es el número 49 de 77 (número de chasis WP0ZZZ99ZKS199149), ha tenido dos propietarios, ha recorrido únicamente 146 kilómetros, cuenta con un juego de recambios valorado en 44.000 dólares (41.367 euros) y se encuentra en Jacksonville (Florida, EE. UU.) esperando a que su nuevo propietario disfrute de él recorriendo los circuitos de todo el mundo.