Hace quince años, Porsche se embarcó en un proyecto de competición para clientes que se materializó en el desarrollo del Cayenne S Transsyberia. Hoy, el equipo español que participó en las ediciones de 2007 y 2008 del Rallye Transsyberia, cuenta cómo experimentaron las carreras a bordo de aquel Cayenne tan especial.
En el año 2006, Porsche se lanzó a la aventura de participar en el Rallye Transsyberia con el Cayenne. Esta competición deportiva, con inscripción abierta a profesionales y aficionados, solo admitía coches de serie, lo que se planteó como una buena ocasión para demostrar la confianza y el carácter deportivo del SUV de la marca, que por aquel entonces era un modelo muy joven en el mercado
Porsche Cayenne S casi de serie
Dos Cayenne S de fábrica, con apenas algunas modificaciones, tomaron la salida. En el primero iban el ingeniero de Porsche Jürgen Kern y su copiloto ruso; el segundo lo tripulaba un equipo hispano alemán: Carles Celma y Wolf-Hendrik Unger. Los dos coches competían en la categoría 1C, reservada a los vehículos de pasajeros con mecánica de gasolina superior a cuatro litros de cilindrada.
La toma de contacto con esta dura prueba de más de 10.000 kilómetros no pudo ser mejor, pues los dos Cayenne terminaron primero y segundo en la clasificación general. Aquello envió un mensaje inequívoco a la dirección de Porsche y, como resultado, el fabricante de coches deportivos amplió su programa de competición para clientes al incluir una serie exclusiva limitada de 26 unidades, que recibió la denominación Cayenne S Transsyberia. Esta versión se desarrolló en la planta de Leipzig a partir del Cayenne S y se optimizó para la participación en rallyes de larga distancia.
El 2 de agosto se dio el pistoletazo de salida en Moscú a la edición de 2007, para atravesar Siberia y terminar en la capital de Mongolia, Ulán Bator. En total, casi 6.200 kilómetros a recorrer por carreteras abiertas al tráfico, pistas de tierra, caminos rotos, ríos y desiertos.
La navegación, aspecto fundamental
La orientación y la navegación ponían a prueba a los copilotos, cuya tarea es crucial en una prueba de este tipo; la conducción, especialmente en las zonas trialeras, permanecerá en manos de los pilotos, quienes lograrán gestionar las dificultades e ir lo más rápido posible sin olvidar que manejaban coches de serie y no de carreras.
Aquel año los Cayenne eran la mayoría sobre el terreno y volvió a haber representación española. El ‘spanish team’ lo formaban el piloto Pau Soler y la copiloto Laia Peinado. Tras una carrera con paso firme y decidido, pero sin asumir riesgos, terminaron quintos.
Eso le dio pie al equipo a querer ir un paso más allá en la edición de 2008, en la que consiguieron cruzar la meta en segunda posición. En la parte final de este artículo (y en el vídeo que lo acompaña), Pau echa la vista atrás para recordar cómo fueron aquellos años y cómo experimentaron en primera persona tanto el nacimiento del Cayenne S Transsyberia como sus participaciones en el rallye.
Porsche Cayenne ya con mejoras
Ahora es momento de conocer al otro gran protagonista de esta historia, el Cayenne S Transsyberia. En 2007, el Cayenne de primera generación (E1) acababa de recibir su primera remodelación que, en el caso de la versión S, implicaba -estética al margen- un propulsor más potente, con mejores prestaciones y menor consumo de combustible, y la del sistema PDDC (Porsche Dynamic Chasis Control) con dos barras estabilizadoras activas.
El motor V8 4.8 de serie, con 385 CV y 500 Nm de par, se asociaba al cambio automático Tiptronic S de seis velocidades que, como comenta Pau, siempre lo usaba en modo manual durante el rallye. Como el resto de modelos equipados de la gama Cayenne, el Cayenne S Transsyberia también estaba con el sistema de tracción integral Porsche Traction Management (PTM).
En condiciones normales, el PTM parte el 62 % de la fuerza del motor al eje trasero y el 38 % restante al delantero. Pero, cuando sea necesario, un embrague multidisco movido por un motor eléctrico y controlado electrónicamente puede variar esta distribución, en función de las condiciones del terreno, y pasar hasta el 100 % de la potencia a uno de los dos ejes.
Muy similar al modelo de serie, el Porsche Cayenne S Transsyberia contaba con las modificaciones necesarias para garantizar la seguridad en la competición. En el apartado mecánico, la transmisión de grupo corto, que reduce la relación final, ayudaba a mejorar la aceleración en la arrancada y las recuperaciones en el resto de marchas. Por otra parte, la gestión de la transmisión se optimizó para el uso todoterreno.
La suspensión del Cayenne también mejoró para hacer frente a las exigencias de las pistas más duras. En este apartado destaca el doble brazo del eje delantero, que vio incrementado su grosor en 34 mm para obtener una estabilidad extra. El paquete de elementos enfocados a mejorar las prestaciones offroad destaca el bloqueo de diferencial específico, los neumáticos para uso extremo fuera de la carretera y los refuerzos para los bajos de la carrocería.
Jaula de seguridad para el Porsche Cayenne
Por cuestiones de homologación, el Cayenne Transsyberia contaba con una jaula de seguridad en el interior. Para compensar el peso extra de este elemento de protección, así como el que aporta el equipamiento propio para un rallye, se eliminaron del habitáculo los asientos traseros, los paneles de carrocería interiores y todo el material del equipo de sonido. Estas medidas cumplían una doble función, pues no solo hacían el coche más ligero, sino que ayudaban a bajar el centro de gravedad.