Ford vuelve a la competición al más alto nivel. Primero, el Dakar en 2025. Fórmula 1, a partir de 2026 con Red Bull. En el primero, dos parejas españolas, Carlos Sainz y Lucas Cruz, y Nani Roma y Alex Haro. En el caso de Sainz, un retorno a los orígenes, ahora con 62 años y a la búsqueda de su quinto Dakar en compañía de su inseparable Cruz.
Ambos presentaron el proyecto en Madrid (Roma y Haro lo hicieron en Barcelona) una semana antes de embarcar hacia Arabia Saudí. Las perspectivas del nuevo desafío y la eterna motivación que permiten al madrileño seguir en activo eran protagonistas de la presentación. “Tantos años después, volvernos a unir quiere decir que 40 años después estoy suficientemente loco para seguir corriendo en coches… y que Ford sigue confiando en mí para un proyecto así”.
“No vengo a discutir”
“Fui el primer piloto oficial de Malcolm Wilson (responsable de M Sport, la estructura de Ford en el Dakar) en un Mundial de Rallies. Se dan todas las circunstancias para este reto tan bonito de empezar de cero e intentar ganar el Dakar”, admitía Sainz, quien se ha reencontrado con conocidos del pasado con los que mantiene una crucial sintonía para este proyecto.
“Tengo la ventaja de la experiencia, a más experiencia si sigues teniendo la misma pasión… Una de las grandes ventajas que tenemos Lucas y yo, cuando tienes tanta experiencia, es que Malcolm le digo que no vengo a pelearme con nadie, sé lo que quiero me ha funcionado, no estoy en una situación de tener que echar monedas a demostrar… Tengo mi fórmula, que me ha funcionado, sé lo que quiero del coche, lo que quiero que haga. Entonces, voy como voy a tiro hecho con lo que quiero. La experiencia te ayuda, lo haces más rápido, y lo bueno de este año, al margen del resultado que sea, es que creo que esa preparación ha ido muy bien”.
Una coctelera “cómoda”
Sainz y Cruz compitieron con el Raptor en el reciente Rally de Marruecos que incorporaba, a diferencia de sus rivales, el sistema de control de potencia a través de un sensor, que iguala las prestaciones de los diferentes motores al margen de su naturaleza. “En nuestra primera participación demostramos velocidad, y yo también a título personal, y se ha demostrado que tenemos la herramienta para ir al Dakar. El equipo ha trabajado mucho, estoy muy contento con como ha ido todo, al final”.
“La puesta a punto del coche para mi es vital, y cuantos más años más importante. Necesito tener un coche nuevo, mi chasis tiene muchos kilómetros, a lo mejor soy más sensible al confort, porque si tengo que estar cinco horas en la coctelera, prefiero que no lo sea tanto”. En este sentido, Sainz y Ford han incorporado una importante novedad para el Raptor: el cambio de marca y tecnología de amortiguadores, un elemento crucial en los raids
“El trabajo con Fox se nos podía hacer cuesta arriba, teníamos que estar muy convencidos que ese paso y creo que todos lo estamos. Ha sido un trabajo muy, muy bonito desarrollar con una marca de amortiguadores con la que nunca habíamos corrido en el Dakar, que tiene experiencia en otro tipo de carreras, como las bajas, ha sido un trabajo tecnológicamente avanzado, y el resto de las cosas está a gran nivel. En definitiva, es un coche moderno, es un Formula 1 del off road”.
“El Dakar más abierto de los últimos años”
Para alguien tan perfeccionista con la mecánica, Sainz muestra una especial satisfacción a pesar de tratarse del primer año del proyecto: “Si tuviese que dar marcha atrás y hacer una estrategia de cómo debería de ser este primer año desde que se pone el coche por primera vez en el suelo hasta llegar al Dakar creo que no cambiaría mucho, con cual demuestra que hemos hecho las cosas bien, por lo menos bajo mi punto de vista. Luego el resultado será el que sea, porque competir por primera vez en un coche en el Dakar son palabras mayores, pero si tuviese que echar para atrás no cambiaría nada”.
Mini, Dacia, Toyota y Ford se disputan este año la victoria. De las cuatro marcas, dos son nuevas, aunque Sainz no esté muy de acuerdo: “la base del Dacia Sandrider es la del Hunter del pasado año, quizás sea el coche más rápido, al menos por lo visto en Marruecos”. Aún así, no duda en calificar esta edición como “El Dakar más abierto de los últimos años”.
Cruz: ojo a la primera semana
Lucas Cruz también avanzaba algunas pinceladas de la próxima edición con algunas novedades: “La primera semana va a ser bastante dura. Tenemos al principio la etapa de las 48 horas donde será clave la posición de salida para no perder tiempo, la colaboración de los miembros del equipo será especial, porque son 900 km de especial. Luego viene la etapa maratón, sí que con un poco de suerte cuentas”.
Respecto a la segunda semana, “hay muchos días sin las motos delante, y según el tiempo de terreno serán más lentos de cabeza que los salgan detrás, y luego la estrategia será un punto clave. Luego esta la parte final del Empty Quarter, solo arena y dunas, que es otro hándicap importante tener una línea delante, sobre todo para ver el relieve de la arena. A partir de mediodía, con el sol vertical, no ves ninguna sombra no tienes referencia, y cualquier línea que tengas delante te ayuda a definir el relieve y afrontar las dunas sin perder tiempo”.
“Cada año cuesta más”
En un plano más personal, Sainz se refería al crucial tándem que forma con Lucas Cruz. “Con Lucas tengo un colaborador fantástico, que me sigue a todos sitios, y que me lo llevaré a donde hiciese falta”. Sainz también reflexionaba por el combustible que sigue alimentando su dilatada trayectoria deportiva, camino de su Dakar número 18. “Luego, está claro, el crono, que no engaña. Si tienes mucha motivación y luego llegas a la carrera y no eres rápido, hay un momento en que el crono le da igual si tienes treinta o sesenta y dos años. Por motivación no va a quedar este año tampoco”.
Carlos Sainz hijo explicaba en un gran premio que le asombraba ver como su padre “coge tres aviones para ir al desierto y dormir en un cuchitril para probar un amortiguador”. “La pasión tiene que ser sin duda la pastilla, tiene que existir en la cabeza para poder seguir haciendo esto” justifica el propio Sainz, quien se explayaba en el diálogo que mantiene consigo mismo para seguir en activo.
“Lo que sí tengo claro, por experiencia, es que cada año cuesta más, tienes que entrenar más, cada año tienes que prepararte más cuanta más edad tienes también cierto que más te cuesta entrenar más tiempo necesitas para recuperar”. El conocimiento de su mente y su cuerpo le permite calibrar cada año si puede afrontar el Dakar con las condiciones que se exige el propio Sainz.
La promesa a sí mismo
“Conocer también el libro de ruta, de conocerte a ti… Si has hecho un plan estratégico de tu preparación y ha dado buen resultado y ya has visto que las etapas largas, en vez de perder, resulta que este tío va más rápido que los demás, eso quiere decir que has hecho los deberes. Entonces yo tampoco voy a cambiar mucho mi forma de preparar el Dakar”.
Sainz también explica cuál es su programa personal. “A estas alturas de mi carrera tengo que ir año a año, es una promesa que me he hecho a mi mismo, y cuando acabe la carrera, miraré los resultados, veré como me he sentido físicamente y si he dado la talla o no, si me he divertido o no. Hay una serie de preguntas que me tendré que contestar honestamente y mirándome al espejo, y dependiendo de la respuesta estaré un año más o no. Por eso digo que voy a disfrutar, a pasármelo bien, darlo todo”.