“Emocionalmente también fue muy importante para mí. Como cabe imaginar, intenté toda la semana restarle importancia a la situación, decirles a los muchachos: «Oye, no podemos sumar más puntos en Monza que en cualquier otro lugar, así que tomémoslo con calma». Al terminar el pasado Gran Premio de Italia, Frederic Vasseur explicaba el impacto de correr en Italia, en Monza, frente a los tifosi. En su caso, era la primera vez como responsable de Ferrari, con Carlos Sainz y Charles Leclerc luchando hasta la última vuelta.
Como un tsunami emocional, la intensidad que rodea al equipo italiano superó a Vasseur. “Pero cuando llegué el miércoles por la noche, cuando tienes cientos de aficionados durante los tres días antes del evento con polos rojos, te das cuenta que no sería fácil tomártelo con calma. No se puede decir que sea normal, creo que es completamente único. Sin duda, como director del equipo Ferrari, fue un poco difícil”.
En semejante contexto, Carlos Sainz tuvo que enfrentarse a otra realidad adicional ante los aficionados italianos: las expectativas sobre Charles Leclerc y su condición de piloto número uno en el corazón de los tifosi y la cúpula de Maranello. Por ello Sainz logró dos victorias en el Gran Premio de Italia. Una, sobre su compañero. La otra, para el futuro: ganar espacio en el corazón de los tifosi y la prensa italiana. El podio de Monza fue el mejor instrumento, y quizás su mejor actuación desde que llegó a la Formula 1 dadas las singulares circunstancias. Posiblemente, más que su victoria en Silverstone el pasado año.
“Piel de gallina”, la sensación de Carlos Sainz tras la pole
La presión fue brutal para todo el equipo Ferrari, que llegaba a Monza en una temporada de expectativas frustradas, y tras el peor fin de semana para el SF23 de la temporada, una semana antes den Zandvoort. Un buen resultado no salvaría un año en el que se esperaba a un equipo luchando por el título, pero una decepción supondría hacer más profundo el agujero. El equipo rindió al mejor nivel del campeonato, y Carlos Sainz fue el responsable de poner la guinda en lo alto del sensacional podio de Monza.
Pegado a Verstappen en los primeros libres, Sainz dominó las dos sesiones siguientes. Llegó el primer momento culminante. Había caído la bandera a cuadros en la clasificatoria cuando Leclerc lograba la pole provisional. Verstappen se la arrebataba unos segundos después. El corazón de los tifosi se paraba cuando Carlos Sainz salía de la Parabólica ¿Si? ¿No? El rugido indicó a Sainz que era suya, aunque pidiera a su ingeniero dos veces confirmación por la radio. «Se me puso la piel de gallina desde que crucé la línea de meta, durante toda la vuelta observando a la multitud y luego al bajar del coche y ver todo. No se me ha quitado la piel de gallina. Es increíble. En el hotel, al llegar a la pista, a todos lados. Es ruido, apoyo y aliento, es la mejor sensación que puedes tener como piloto y como deportista». La presión a la que se refería Vasseur.
“Solo quien la conoce desde dentro sabe lo que significa”, te cuenta el veterano Joan Viladelprat, una de las legendarias figuras españolas en la Fórmula 1, y en sus días jefe de mecánicos del equipo italiano antes de ganar títulos con Michael Schumacher en Benetton. Esa presión, simbolizada en la constante compañía de los aficionados en el hotel (“estaba en el mismo hotel que los pilotos, y no pararon hasta la última hora de la madrugada”, recordaba Christian Horner al respecto de aquel sábado por la noche) ganaría mayor intensidad si cabe en la carrera. Y Carlos Sainz volvió a manejarla de forma impresionante.
Hacer sudar a los Red Bull era el primer objetivo de Carlos Sainz
Ningún piloto había aguantado 15 vueltas a Max Verstappen esta temporada, pero Sainz supo parar en varias ocasiones los ataques del holandés, hasta el punto de escucharse sus quejas por la radio. Aunque el español tenía los momentos de liderazgo contados. «Ferrari era muy rápido en las rectas, Max pudo comprobar que sufrían más con el neumático trasero. Era parte de nuestra estrategia para la puesta a punto”, recordaba Christian Horner. Hasta que Max pasó, como se esperaba.
Le tocó el turno luego a Leclerc, tras la parada en boxes de ambos, y más lenta la del español. Carlos Sainz también le aguantó. Llegó después Checo Pérez, quien sufrió la dura defensa del español, y también se quejó por la radio. Mientras tanto, Leclerc se quedaba a la espera. Sainz tampoco falló con el mexicano hasta que resultó imposible mantenerle a la estela. Simplemente, el SF23 no tenía la degradación del RB19. Pero Leclerc había esperado pacientemente a que el español se quedara descalzo tras su defensa con Verstappen (tuvo que entrar antes de lo previsto) y de Pérez.
La decisión de Ferrari
Fue entonces cuando Ferrari sorprendió con su libertad de movimientos. ¿Hubiera actuado igual el muro y Vasseur de estar en posiciones opuestas? Solo el francés lo sabe. Pero de nuevo, Carlos Sainz aguantó la presión de forma extraordinaria. Nunca habría disfrutado en toda la carrera la ventaja del DRS, como sus rivales, factor que ayudaba a cuidar el neumático. Este fue más castigado por su necesidad de defensa previa. A falta de tres vueltas Leclerc le adelantó en la variante del Rettifilo. Pero en una agresiva maniobra, el español devolvió la jugada. Incluso Leclerc casi acaba fuera de la pista en su último intento. Sainz tampoco falló. Si en Monza la presión era brutal incluso para el propio Fred Vasseur, el español la gestionó de forma impecable. su mayor éxito en el Gran Premio de Italia. El podio simplemente fue la recompensa.
¿El mejor fin de semana de su carrera, dadas las circunstancias? “Bueno, no estoy seguro en la Fórmula 1, hemos tenido otros fines de semana fuertes en la Fórmula 1 que tal vez pasaron un poco desapercibidos cuando estaba en mitad de la parrilla, donde sentí que había sacado todo del coche. De este año, seguro. Probablemente de mi carrera en Ferrari”, respondía el humildemente el madrileño. En otros equipos (Toro Rosso o McLaren) nunca había afrontado semejante presión ambiental. “Pero sentí que este fin de semana estaba cómodo desde el principio, cómodo con el coche, especialmente a una vuelta. Me sentí realmente como en casa, pude dar buenas vueltas conseguir la pole, pero la carrera volvió a ser un poco más dura” ¿Dura?
“Una buena lección”
Carlos Sainz llegaba de otra gran actuación en Holanda, entonces con un monoplaza nada competitivo. Con el mejor Ferrari de la temporada subía al podio y superaba a Leclerc, incluso en duelo directo. El español parece haber entrado en un nuevo ciclo en el seno de Ferrari, a bordo de un monoplaza de personalidad esquizofrénica, según el trazado. «Es la primera vez que podemos luchar con Red Bull, pero su ritmo fue mejor que el nuestro, aunque rodamos igualados durante buena parte de la carrera. Seguro que fue el mejor fin de semana en general” reconocía Fred Vasseur. El único que se había emparejado con los Red Bull, en realidad, había sido Carlos Sainz. Leclerc ejerció de testigo hasta que los dos monoplazas austríacos superaron a Sainz. Entonces, quiso obtener lo que no había logrado durante todo el fin de semana.
¿Y qué pensaba Vasseur de su piloto? “Estoy más que contento también por Carlos porque creo que ha dado un paso adelante. No necesariamente que solo en la clasificación y la carrera, pero diría que también en la preparación del fin de semana. Desde la primera vuelta de los libres estuvo arriba. Es una buena lección también para el resto de la temporada” ¿Cómo reaccionará a partir de Charles Leclerc? ¿ La prensa italiana y los aficionados? ¿Qué Carlos Sainz se verá a partir del Gran Premio de Italia? Sin duda, el resto del campeonato será apasionante en el seno de Ferrari. Quien aguanta la presión del Gran Premio de Italia y la pasión de los tifosi de tal manera, puede que haya llenado el depósito para el resto de la temporada.