“Si en 2005 perdías la posición, entonces es adiós, no podías recuperarla, y aquí tuve otra oportunidad”. Que al terminar el Gran Premio de Brasil se volviera al pasado de Fernando Alonso daba la dimensión de su histórica actuación en el circuito José Carlos Pace. Porque no se trataba de otra carrera más en su dilatadísima trayectoria. Fue, más bien, un faro que brilló con la luz de las grandes ocasiones.
Resultaba inevitable que a Fernando Alonso se le preguntara tras la carrera del pasado domingo por aquel mítico Gran Premio de San Marino de 2005, cuando mantuvo a Michael Schumacher a su espalda durante los compases finales de aquella carrera. El alemán en la cima de sus éxitos con Ferrari, el dominador de los últimos cinco años. El jovencísimo español, un aspirante a soberano, sin títulos aún. Tras su duelo con Sergio Pérez en Interlagos se recordó aquel día mítico en la carrera de Alonso. Como el Gran Premio de Brasil ¿Y qué pensaba el propio Alonso la comparación?
Max Verstappen logró su decimoséptima victoria, Lando Norris un magnífico podio, Lance Stroll, su mejor carrera de la temporada, y Mercedes vivió una debacle que avergonzó hasta al propio Toto Wolff, como luego admitiría públicamente. Pero del pasado gran premio quedará el duro y deportivo duelo entre Fernando Alonso y Sergio Pérez, resuelto por tan solo 53 milésimas. Pero cómo el español logró tal victoria se convirtió en la gran historia de la cita brasileña. Y quizás, uno de los momentos más épicos de la presente temporada.
Fernando Alonso empezó a oler sangre ya el sábado
Desde los primeros libres del viernes se constató para alivio de Aston Martin que el compromiso aerodinámico adoptado con el AMR23 funcionaba, con una mezcla de elementos aerodinámicos de la última evolución con otros anteriores a Austin, cuando comenzó la pájara del equipo británico. Gracias también a las borrascosas condiciones ambientales, Lance Stroll y Fernando Alonso partían de la tercera y cuarta posición. El ritmo de los libres daba esperanzas al español.
Al término de la carrera sprint, Alonso empezó a oler sangre, como veladamente insinuó el sábado, aunque hubiera valido “el quinto o el sexto puesto, lo que nos den”, reconocía ante la situación de Aston Martin. Sin embargo, en su fuero interno era consciente de la oportunidad.
Pero la primera salida destrozó las esperanzas cuando Hamilton Norris y se colocaban por delante. Sin embargo, la bandera roja dio otra oportunidad, y en esta ocasión, Alonso mantuvo la posición. Aunque el Mercedes del británico se había convertido en un gran obstáculo.
Con un extraordinario y decisivo hachazo, el español se quitó de en medio al británico y pudo poner tierra de por medio. “Creo que, para ser sincero, el adelantamiento más importante de la carrera ha sido el de Hamilton en la curva 4 en la primera vuelta. Eso cambió mi carrera. Si salgo en cuarto lugar y tengo que pelear con Hamilton en el primer relevo, incluso si le hubiera superado en la vuelta 10 o lo que sea, mis neumáticos nunca habrían estado en condiciones de extender el primer relevo y tener después una ventaja de neumáticos sobre Checo”.
Los mensajes de tranquilidad de Fernando Alonso
Luego, restaba mucho trabajo fino por hacer. “Fue una carrera muy intensa. No había tiempo para relajarse, una carrera muy estratégica, además, salvando neumáticos, ahorrando batería siempre por si hacía falta una oportunidad de DRS para Checo”, explicaría al terminar el propio Alonso.
Porque después de la primera parada en boxes, la carrera entró en dos fases cruciales en el duelo entre Alonso y Pérez. El mexicano y el español rodaban con neumáticos medios. Pérez se echó encima al cabo de pocas vueltas, una vez eliminado por su parte Hamilton. “Pérez, 1.5 por detrás”. “Sí, todo bien por aquí, ya sabes lo que estoy haciendo” le contestaba el español a su ingeniero. Efectivamente, Alonso mimaba sus neumáticos con precisión de cirujano para extender su relevo. Incluso se permitió el lujo de hacerle la goma a su rival y marcharse con facilidad antes de cambiar neumáticos por última vez.
Fernando Alonso y Pérez volvieron a la pista con neumáticos blandos para el último relevo, “Mantenme informado de la diferencia, y ya está”. El español también mostraba total sensación de confort en la respuesta a su ingeniero. Luego pensaría de otra manera “Pensaba que todo estaba bajo control, que Checo iba a estar diez vueltas detrás de mí y que abriría hueco, como sucedió con las medias, y cuando me faltaba cinco o seis vueltas empecé a tirar, pero como vi que se me juntaba más, entonces no me salían las cuentas, estaba tan cerca”.
La estocada de la penúltima vuelta
El mexicano lo intentó una vez, y Alonzo pegó el portazo. Comenzó a rodar con una maestría extraordinaria, variando trazadas y frenadas, con el mexicano siempre a raya, “salvando un poco de gasolina y un poco de los neumáticos”. No se sabía si Sergio Pérez se veía impotente para superar al español, o esperaba a una estocada en los compases finales para no dar luego opción a Alonso. Esa estocada llegó en la penúltima vuelta y entró en su rival. Pero no para liquidarle.
“Cuando me adelantó a dos vueltas del final me dije, cuarto, es lo que hay”. Me resigné porque me fui fuera en la seis, y cogí muchas virutas de goma, y dije bueno, ya no voy a poder tener otra oportunidad”, explicaría después el español. “Pero se fue un pelín largo en la uno, y me dio esa oportunidad en la dos y la tres. Luego al final no sabía si faltaba una vuelta o dos, y cuando vi la bandera me pilló por sorpresa que era la ultima vuelta, y entramos rueda con rueda. Creo que desde fuera era más emocionante que desde dentro, que lo tenía más controlado, y no era así”. 53 milésimas de diferencia.
La comparación con Imola 2005
“Fue más fácil en 2005, porque no había DRS. (Aquella defensa) probablemente fue más fácil. Ahora, con el DRS las cosas son un poco diferentes y tienes que jugar de forma un poco diferente también”, explicaba Fernando Alonso en la rueda de prensa para comparar dos momentos ya legendarios de su carrera. “La gestión de los neumáticos también es muy diferente a la de entonces, cuando tal vez se podía tirar de neumático hasta el final”.
¿Algo más? “Si en 2005 perdías la posición, entonces te despedías, no podías recuperarla, y aquí tuve otra oportunidad. Este reglamento se introdujo para ofrecer un espectáculo algo mejor, y hoy es un buen ejemplo de ello. Te adelantan a dos vueltas del final y luego tienes otra oportunidad, especialmente aquí en Brasil”.
Pérez y Alonso se fundieron tras la carrera en un gran abrazo que puso el colofón a un extraordinario y deportivo duelo: “No me estreses así, que ya tengo una edad”, bromeaba el español con el mexicano al terminar. Los espectadores y aficionados podían decir lo mismo ante una de las actuaciones más emocionantes en la carrera deportiva de Fernando Alonso. Aunque en este caso sin importar nacionalidad ni edad.
