comscore

El día que Fernando Alonso volvió a liderar un gran premio


Faltaban quince vueltas para terminar el Gran Premio de Arabia Saudí, y Fernando Alonso rodaba a 20 segundos de Sergio Pérez, líder de la carrera. A quince por delante del español, Max Verstappen, con el segundo Red Bull. El holandés había salido desde…la decimoquinta posición. Corren vientos en la Fórmula 1 que recuerdan a aquel mítico McLaren de 1988, cuando el equipo británico ganó todas las carreras menos una, en Monza. Allí, Ayrton Senna rodaba confortablemente en cabeza cuando se tocó con el Williams de Jean Louis Schlesser. Aquel incidente evitó que McLaren lograra todas las victorias de aquella temporada. El calibre del dominio de Red Bull tras dos carreras invita a un panorama similar.

Hasta el momento, la segunda generación de los actuales “wing car” no había salido de Shakir. El de Yedda serviría como referencia para poner a prueba la jerarquía inicial del GP de Bahréin ante sus respectivas naturalezas, totalmente opuestas. Shakir se distingue por sus curvas de baja velocidad, con duras frenadas y necesidad de eficaz tracción sobre el asfalto más abrasivo del campeonato, especialmente castigador del neumático trasero. Jeddah Corniche, por el contrario, está conformado en su mayor parte por curvas de media y alta velocidad y largas rectas donde la potencia del motor y la eficiencia aerodinámica son cruciales. El ‘grip’ mecánico del primero cede protagonismo al aerodinámico del segundo, con un asfalto de baja degradación. Desgraciadamente, la segunda foto del campeonato fue prácticamente calcada a la primera. Con la inesperada excepción de Ferrari.

GP ARABIA SAUDI 6 Motor16

Red Bull domina como quiere

El equipo había mostrado la velocidad punta más elevada en Shakir, pero en Yedda el Red Bull mostraba 10 km/h más de punta que el SF23 en el tercer sector, el más rápido del circuito saudí, y pesar de que el propulsor italiano es señalado como el más potente tras la primera carrera. Pero la eficiencia aerodinámica juega su papel en Yedda, y en este apartado el RB19 es insuperable. El sábado cabía apostar por averiguar si la diferencia entre Max Verstappen y el tercer clasificado superaría o no el medio segundo. Hasta que el palier del RB19 dejó tirado al holandés en el Q2, con la décimo quinta posición de parrilla. El gran premio serviría para chequear, no la descontada superioridad de Red Bull, sino su alcance.

Obviamente, sería Sergio Pérez logró la pole. Se trataba entonces de conocer hasta dónde llegaría Verstappen en su remontada. El resto se repartiría el magro botín que dejaran los dos monoplazas austríacos. Con neumáticos blandos desde la arrancada, Verstappen se comía a sus rivales con extrema facilidad. La salida del coche de seguridad provocado por Lance Stroll le facilitó más la vida y se quitó de en medio en boxes a los dos Ferrari, que habían sufrido la mala fortuna de parar antes. Tanto el holandés como el mexicano se dedicaron a marcar una orgía de tiempos por vuelta en carrera que ni en sueños igualaban sus rivales. Solo restaba el aliciente de esperar una lucha fratricida y la incertidumbre de su resolución en los compases finales.

“Disfruté la carrera, para ser sincero. Lo disfruté mucho, especialmente al final, empujándonos uno a otro con los tiempos de vuelta sabiendo que iba una décima más rápido, una décima más lento, todo fue bastante intenso”, explicaba Sergio Pérez al terminar, con su primer triunfo y no último en 2023 bajo el brazo. “Luego nos dijeron que mantuviéramos un cierto ritmo, luego me dijeron nuevamente que presionara, y luego mantuviera el ritmo, así que fue un poco movido” contaba el mexicano sobre el duelo final.

Fernando Alonso logró su podio 100 en la Fórmula 1

Por parte de Verstappen la situación se vio de otra forma. «Traté de cerrar un poco la brecha, pero en un momento capté estas vibraciones en el eje de transmisión, en la parte trasera”, explicaría el holandés ante los temores del día anterior. “El equipo no pudo ver nada, pero estoy bastante seguro de que algo extraño estaba pasando desde que las vibraciones comenzaron a aparecer. En un momento hice los cálculos, y no habría podido cerrar esa brecha con solo 10 vueltas, así que era más importante conformarse con el segundo lugar, sin tener problemas con coche”. Pero dejó caer su aviso al equipo. “Todos están contentos pero, personalmente, yo no lo estoy, porque no estoy aquí para ser segundo”. El holandés dejó un desolador mensaje de certeza: “Cuando luchas por un campeonato, y parece que es entre dos monoplazas, tenemos que asegurarnos de que los dos sean fiables”.

La segunda cita de la temporada certificó el mensaje de que la sorpresa de Aston Martin también es tanto real como consistente. El AMR23 fue extremadamente eficaz en trazados tan opuestos y superior a dos de los tres equipos más rápidos de la temporada anterior. Con el lujo incluso de liderar las primeras vueltas del gran premio, hasta que a Sergio Pérez se le hincharon las narices. Que fue muy pronto. Pero Fernando Alonso tuvo claro desde el sábado cuál era su lugar y objetivo.

Fernando Alonso confirmó que Aston Martin es el segundo equipo

Fernando Alonso y George Russell.

Con Red Bull en la distancia, Fernando Alonso jugó con los Mercedes, que a su espalda nunca fueron rivales, confirmando que al Aston Martin como el segundo monoplaza en esta primera parte del campeonato. Aunque en Yedda el tercer puesto estuvo en el alero en dos ocasiones. La primera, con la penalización por mal posicionamiento en el cajón de salida y que, afortunadamente, pudo cumplirse bajo el coche de seguridad. La segunda, cuando terminada la carrera fue desposeído temporalmente del tercer puesto por el toque involuntario a su monoplaza por parte de un mecánico mientras la cumplía. La reclamación rápida de Aston Martin logró recuperar el resultado conseguido por Fernando Alonso.

“Este era el objetivo este fin de semana, ver cómo podíamos ser de competitivos aquí, en un circuito tan diferente a Baréin, y éramos el segundo coche más rápido. Pudimos controlar a los Mercedes y a Ferrari en todo momento, incluso aumentar la distancia con ellos cuando queríamos. Hemos liderado la carrera un par de vueltas, así que tenemos la foto de un Aston Martin liderando la parrilla», presumía un eufórico Fernando Alonso al terminar el fin de semana. Cayó el podio número 100 en la trayectoria de Fernando Alonso en la Fórmula 1, y no resulta descabellado especular con una posible victoria en 2023. Con permiso de Red Bull, obviamente.

Las expectativas de Ferrari se desinflan

Y mientras Red Bull y Aston Martin se reafirmaban, Ferrari seguía desinflando sus expectativas para 2023. La decepcionante sexta y séptima posición de Carlos Sainz y Charles Leclerc han desmentido la candidatura de Ferrari en una pista, a priori, en principio muy favorable al SF23. Sainz terminó a casi cuarenta segundos de Pérez, con Charles Leclerc pegado por detrás. El rey de Ferrari está desnudo, como quedó duramente en evidencia en Yedda.

GP ARABIA SAUDI 9 Motor16

“El último relevo con los duros demuestra que no estamos donde queremos estar, que todavía somos más lentos que Mercedes, que todavía somos más lentos que Aston Martin. Nos falta un poco de ritmo de carrera”, reconocía un Sainz claramente decepcionado ante la realidad incontestable e inesperada de Ferrari. “Estoy un poco sorprendido porque después del viernes y antes del fin de semana, pensé que teníamos la oportunidad de ser la segunda fuerza aquí en Yedda”. El SF23 mantiene las mismas carencias de degradación que su antecesor, el SF75, aunque ahora también perdiendo ritmo de carrera frente a Red Bull y Aston Martin. Ni siquiera los dos pilotos de Ferrari pudieron superar a los Mercedes, cuarto equipo en Shakir.

“En este momento, no estamos donde queremos estar en términos de ritmo de carrera, el equilibrio del coche con aire sucio, y si ya sobrecalentamos los neumáticos en aire limpio, en aire sucio, simplemente, nos los comemos vivos. Necesitamos aire limpio para producir tiempos de vuelta decentes. Conocemos exactamente nuestras debilidades”. Que son numerosas, y cada vez más en evidencia. Si ya hubo tormenta mediática en Italia tras solo una carrera, la que viene se antoja más intensa todavía. Porque este Ferrari no va a lograr ningún título en 2023.