La Fórmula 1 se lanzaba en Austin a un trepidante ‘rush’ final para terminar un campeonato inimaginable a comienzos de temporada. Tras casi cuatro semanas de pausa, comenzaba un sprint/maratón de seis carreras en ocho. Con Lando Norris a la caza de Max Verstappen y Ferrari aspirando al título de Constructores frente a McLaren y Red Bull. «Va a ser una carrera entre tres coches, pero también muy divertida» aventuraba Carlos Sainz después de la prueba esprint del sábado. Acertó.
Porque el Gran Premio de Estados Unidos sublimó más si cabe un esquizofrénico campeonato, donde cada fin de semana resulta imposible aventurar un pronóstico atendiendo a las carreras precedentes. Solo por recordar: Max Verstappen lograba la pole y la victoria en la carrera esprint, aunque no triunfaba desde la de Austria, ni había ganado un gran premio desde España. Lando Norris salía primero el domingo, pero fueron los dos Ferrari quienes dominaron a placer con el británico fuera del podio, y con desastre total de Mercedes.
Las permutaciones de rendimiento según el día y el momento en Austin justificaban el pronóstico del madrileño. Salvo Ferrari, prácticamente todos los equipos introducían alguna evolución en sus monoplazas, la última de la temporada. Con un trazado reasfaltado y el trabajo de cuatro semanas en las fábricas resultaba imposible aventurar pronósticos.
A la postre, tanto McLaren como Red Bull y Ferrari se mostraron muy competitivos en diferentes momentos del fin de semana americano. Pero finalmente Ee equipo italiano finalmente arrasó a sus rivales, eso sí, sin haber salido nunca de la primera línea.
La primera curva decidió
El triunfo de Verstappen el sábado metió más presión a Lando Norris, al aumentar dos puntos las diferencias con el británico en el campeonato. Emparejados en la primera línea, la curva inicial iba a ser disputada al límite por ambos: como se preveía, allí se decidió la carrera.
Norris y Verstappen se emparejaron hacia el exterior de la curva. Leclerc venía por dentro desde la cuarta posición, mientras que Sainz se encontró tamponado por el Red Bull, que le impidió colocarse primero, lo que aprovechó el monegasco para liderar la prueba. Un regalo inesperado que no desaprovechó.
Porque pronto pudo comprobarse que los dos Ferrari estaban en otra dimensión. Consciente de ello, Sainz, tercero en la primera vuelta, intentó superar furiosamente al holandés para evitar que se escapara su compañero, al que había superado en todo el fin de semana desde el viernes. No lo consiguió y Leclerc lograba una ventaja que dosificaría a placer. Porque los Ferrari volaban en carrera.
“La curva 1 fue muy bien, era exactamente lo que quería hacer, teníamos un buen impulso. Sabía que todos estaríamos igualados en la curva 1. Ayer fui víctima de estar en el lugar equivocado en el momento equivocado, hoy gané y esto ayudó mucho en nuestro primer relevo porque tenía un gran ritmo», explicaría después el monegasco.
Sainz: “Me he llevado la peor parte”
Precisamente lo contrario de lo que sucedió al español. «Sabía que mucha parte de la carrera se iba a decidir en la salida y que Max y Lando iban a ir a cuchillo en la primera curva, y por desgracia yo me he llevado la peor parte”, explicaba Sainz después de la prueba. «Aunque el ritmo ha sido bueno y he sido muy rápido todo el fin de semana, la posición en pista ha sido clave y me he tenido que conformar con el segundo puesto, que aun así ha supuesto una buena carrera».
Sainz logró superar finalmente a Verstappen tras sus respectivas paradas en boxes, pero, aunque fue el piloto más rápido de la carrera con el segundo compuesto, la diferencia alcanzada por Leclerc no permitió alcanzarle.
Sin embargo, el gran premio americano parece dar otro giro al campeonato, ya que Ferrari ha superado la crisis de rendimiento con el SF24 iniciada con la evolución del gran premio de España. «La gestión de los neumáticos es sin duda un punto fuerte de este coche. Logramos hacer relevos largos y tener muy poca degradación. Lo que realmente me gusta es que podemos disfrutar mucho más de las carreras”, explicaba Sainz.
“El año pasado, sin embargo, dedicamos los domingos a defendernos. Este año podemos atacar mucho más, sin pensar demasiado en los neumáticos, me gusta mucho más. Esperemos que esta situación pueda seguir así hasta el final de la temporada». Sainz espera despedirse de Ferrari con un triunfo que se escapó en Austin en esa primera curva. El madrileño pone la cruz en las casillas de México -próxima cita- y Las Vegas.
Con el doblete de Leclerc -tercera victoria en 2024- y Sainz, Ferrari se mete de lleno en la pelea por Constructores, sobre todo si mantiene el ritmo mostrado en Austin. El equipo italiano cuenta con 496 puntos, a solo ocho de Red Bull, con McLaren en cabeza con 544.
La polémica sanción a Norris
Lando Norris no logró en Austin mantener la tendencia de las cuatro carreras anteriores, en las que redujo a 52 la diferencia con Max Verstappen. En parte, por la polémica decisión de los comisarios, que sancionaron al británico tras adelantar a Verstappen en la parte final de la carrera tras una dura pugna.
Norris se quedó descolgado tras la primera curva por detrás de los Ferrari y Max Verstappen. Con el último juego de neumáticos se lanzó a recuperar terreno y recortó una desventaja de seis segundos para atacar luego en repetidas ocasiones a su rival por el título. En la vuelta 52 atacó por fuera en la curva 12 al Red Bull, y ambos se salieron , pero Norris aceleró por fuera y adelantó a Verstappen por el exterior. Temiendo una posible sanción, se escapó y entró en meta con 4,1 segundos de ventaja sobre el Red Bull. Cayeron cinco segundos, y Norris a la cuarta posición.
«Mi opinión es que la forma en que los comisarios interfirieron en esta hermosa pelea fue inapropiada, porque ambos se salieron de la pista, así que ambos obtuvieron una ventaja”, se quejaba Andrea Stella, el responsable de McLaren. “Es una pena porque nos cuesta un podio, comprobamos dos veces que los dos coches se habían salido de la pista. Para nosotros no había ninguna duda de que la maniobra era correcta». Verstappen aumenta así su ventaja a 57 puntos a falta de cinco carreras. Con el retorno de Red Bull y de Ferrari, Lando Norris afronta ahora una tarea titánica.
Aston Martin, en caída interminable
Oscar Piastri terminaba quinto, por detrás de su compañero. George Russell remontaba desde el fondo de la parrilla tras su accidente del sábado, seguido de Sergio Pérez y Nico Hulkenberg. Liam Rawson, a prueba en Red Bull para un posible paso al primer equipo, y triunfaba con su actuación en Austin al terminar noveno. Cerraba los puntos un impresionante Franco Colapinto, quien no para de sorprender, incluso con la vuelta rápida hasta que Pierre Gasly se la arrebataba con una parada final en boxes.
En cuanto a Fernando Alonso, la agonía de Aston Martin se agudizaba en Austin, tras los paréntesis de pistas singulares como Bakú y Singapur, donde el español pudo defender sus inusuales posiciones de parrilla. De manera inesperada, Alonso salía desde la séptima posición en Austin, tras una carrera esprint de ritmo lamentable.
En este circuito los milagros eran imposibles. “Salí bien hasta la curva 1, luego me quedé encajonado fuera de la pista, y en las curvas rápidas de la primera vuelta. Pero sabíamos que daba igual la salida que hiciésemos o la posición que tuviéramos en la primera vuelta”, explicaría después Alonso. “Al final de 57 vueltas acabas en tu posición natural, que hoy era el catorce, me parece. Lo preveíamos, no era una sorpresa”. El Aston Martin marcaba la penúltima vuelta rápida de los diez equipos, es decir, el noveno coche en Austin. Una carrera imparable la del equipo británico, y también incomprensible, hasta el fondo de la parrilla.
Fernando Alonso llega a México, próxima cita, para celebrar sus 400 grandes premios en la Fórmula 1. El mejor regalo sería evitar un gran premio como el 399.