Desde 2004 hasta 2026. Este es el lapso de tiempo en el que Ford ha estado totalmente alejado de la Fórmula 1. Después del fracaso de Jaguar como proyecto propio (2000 a 2004) y la venta en el último año de Cosworth Racing, el gigante americano no volvió a pisar esta moqueta, al contrario que en casi todas las categorías más importantes del motor. En Nueva York se comunicó el final de tal ausencia, a la vez que Red Bull utilizaba los colores del RB19 para levantar un acto fundamentalmente destinado al mercado americano. Con la llegada de Red Bull y la adquisición de Jaguar se fue el fabricante americano de la Fórmula 1, y con ese mismo equipo vuelve casi un cuarto de siglo después.
Habrá que esperar un par de semanas para conocer al monoplaza sucesor del campeón del mundo de 2022, en la tradicional tónica de Red Bull todos los años. Mientras tanto, y Ford y el equipo de carreras aprovecharon la presentación de Nueva York para recordar las razones de un matrimonio de perfecta conveniencia.
Ambas organizaciones han definido su acuerdo como una “asociación estratégica”, lo que significa sinergias técnicas y comerciales para ambas entidades. Y para Red Bull, una nueva fuente de ingresos. Cuando Honda decidió su retirada para 2022, Red Bull fue consciente de su flanco débil: la excesiva dependencia de un fabricante oficial. Para ello, creó Red Bull Powertrains, es decir, se hacía dueño de su destino desde el punto de vista de la motorización, dada su experiencia con Renault y luego, exitosa, aunque incierta, con Honda. La cúpula de Red Bull vivió de primera mano las consecuencias de depender del consejo de administración de un fabricante y puso remedio gracias también a su fenomenal músculo económico para afrontar semejante proyecto. Una solución que le ofrecía la ventaja de buscar un socio comercial y técnico, manteniendo a la vez su total independencia. La firma del óvalo azul encajaba a la perfección.
Red Bull aprovecha la ocasión para para presentar sus colores
En Nueva York estuvo presente el presidente y CEO de Ford, Jim Farley quien explicó las líneas maestras que han guiado la vuelta del fabricante americano a la Fórmula 1. “se tiene que ver sobre la dirección hacia la que nos dirigimos como empresa: vehículos y experiencias cada vez más eléctricos, definidos por software y modernos. F1 será una plataforma increíblemente rentable para innovar, compartir ideas y tecnologías, e interactuar con decenas de millones de nuevos clientes».
Las futuras unidades de potencia de 2026 contarán con 350 KW (casi 500 CV, la mitad de su potencia total), argumento comercial que Ford utilizará para su ambicioso plan de electrificación de su gama en los próximos años. Red Bull aprovechará la experiencia técnica de uno de los fabricantes más importantes del mundo, a la vez que sus monoplazas (y los de AlphaTauri) servirán como plataforma de comunicación global. El impacto de la Fórmula 1 y su popularización en Estados Unidos ponen la guinda para Ford. A pesar de su acuerdo de colaboración con Honda, Red Bull y Ford se permitieron exhibir a Max Verstappen y Sergio Pérez en circuito a bordo de diferentes coches eléctricos de la marca, mientras que Farley aprovechaba la oportunidad para explicar que el fabricante americano buscará ofrecer una gama de productos eléctricos “con alma”, y Red Bull será también instrumental para esa imagen. En el otro lado, el equipo austríaco beneficiará de los recursos técnicos globales de Ford de Estados Unidos, Europa y Australia, y destacará personal que trabajará directamente en la sede de Red Bull Powertrains en Milton Keynes.
Por su parte, Christian Horner aprovechó la presentación de Nueva York para desvelar algunos de los proyectos con los que pretende incrementar su impacto en el mercado americano. Por un lado, Daniel Ricciardo estará a cargo de varias exhibiciones en ciudades americanas (los conocidos como ‘show room). También se organiza un concurso público para que los aficionados americanos elijan la decoración del RB18 en los tres grandes premios de 2023 en suelo americano: Austin, Miami y Las Vegas. En este sentido, el equipo austríaco ya supera a sus rivales de parrilla en el aspecto comercial. El matrimonio con una marca tan arraigada como Ford en la sociedad americana será muy fructífero. Red Bull encuentra en Estados Unidos el aval de una marca profundamente integrada en la sociedad americana. Ford vende coches, y Red Bull latas de bebidas.
En 2026 Ford y Red Bull llegarán de la mano a la F1
Recientemente, Cadillac anunciaba un acuerdo similar con Andretti Autosport, pero el binomio americano ha afrontado enormes resistencias para desembarcar en la Fórmula 1 en 2026. Aquel era consciente de los intentos de Ford para subirse a la ola de popularidad de la disciplina, y se ha sumado a la lista de candidatos. Pero Ford ha ganado por la mano a su rival del mercado americano. Se une así a un actor principal de la Fórmula 1, aunque sin las inversiones de Audi, que desembarcará en esa fecha con su propia estructura y equipo, fabricando tanto chasis como motor. Todas las objeciones hacia Cadillac son allanadas en el caso de Ford al encontrar el fabricante americano también la pareja ideal.
Después de lograr el mayor número de victorias con un solo motor (155 con el famoso Ford Cosworth DVF), de conseguir su último título en 1994 con Michael Schumacher y Benetton, tras una larga historia vinculada a los motores de la Fórmula 1, Ford cierra el círculo. Recién adquirido Jaguar a Ford en 2005, Red Bull debutó con un veterano Cosworth a sus espaldas. Hoy, se reúnen de nuevo. La Fórmula 1 -y la sociedad- ha debido sufrir una gran metamorfosis para que también lo hiciera la opinión de Bill Ford y sus ejecutivos, y Ford vuelva a sus orígenes.