Hamilton había conocido antes esa sensación, pero en sentido inverso. En 2008, cuando el adelantamiento a Timo Glock en la última vuelta del GP de Brasil le supuso aquel primer título que saboreaba Felipe Massa durante unos instantes, ante su público. Un desenlace demasiado cruel que impidió al brasileño ser campeón del mundo. Con el fin de la actual era quién sabe si Hamilton disfrutará de otra oportunidad. Ganó aquel primero, aunque perdió este último, el octavo, en circunstancias realmente extraordinarias.
Empatados a puntos tras veinte carreras, primera línea de parrilla en la última para los dos aspirantes…El climax del GP de Abu Dabi no tenía parangón en la historia de la Fórmula 1. Ni en 1974, última ocasión en la que dos pilotos (Fittipaldi y Regazzoni) llegaban empatados a la última carrera. El fin de semana mantuvo la tensión constante hasta, literalmente, la última vuelta.
Primera polémica en la primera vuelta
Empezando por el duelo directo, en la curva 6 con polémica abstención de los comisarios para obligar a Hamilton a devolver la posición a su rival tras un duro ataque de este. Considerando los antecedentes de una semana atrás en Jeddah parecía lo apropiado. Hamilton atajaba con generosidad para mantener la primera posición frente a Verstappen, aunque también respecto a Pérez y Sainz. Los comisarios regalaban al británico la ventaja de la posición en pista y la iniciativa de la carrera.
Hamilton y Mercedes ofrecían un ritmo ligeramente superior al de sus rivales en Yas Marina con los dos juegos de neumáticos Solo el heroico sacrificio de Checo Pérez regalaba alguna burbuja de oxígeno a su compañero de equipo, en todo caso impotente para echar el garfio al piloto británico. Red Bull se revolvía a su destino con otra parada en boxes durante el coche de seguridad virtual provocado por Giovinazzi. Vuelta a la carga, pero Hamilton seguía controlando la distancia. En Mercedes acariciaban los dos títulos, hasta que apareció el Timo Glock de 2021 en forma del accidentado Williams de Latiffi.
Red Bull volvió al ataque por tercera vez montando neumáticos blandos ante el accidente del canadiense. Posiblemente, la carrera podía llegar neutralizada hasta el final, el objetivo de Toto Wolff en sus avasalladores mensajes hacia dirección de carrera. Pero Michel Masi no estaba dispuesto a terminar semejante campeonato de tal manera, y la rápida intervención de los operarios en pista ofreció una insólita e inesperada oportunidad a Verstappen.
Entonces cogía sentido el sacrificio de Pérez, que había permitido a Verstappen recortar un tiempo precioso que ahora pagaba sus dividendos. Porque podría atacar a Hamilton, tres posibles curvas para adelantar. El paroxismo final para una de las temporadas más intensas y disputadas y casi setenta años de historia. Verstappen no perdonaba y culminaba, por fin, el proyecto iniciado por su padre cuando este comprendió como debía cablear a su pequeño si algún día quería lograr lo que él no pudo en la Fórmula 1.
Una última vuelta para la historia
Red Bull derrochó toda la temporada una ambición y eficacia operativa impresionantes. Agarraron la presa de Mercedes y no la soltaron a través de una espectacular pelea donde los púgiles se enzarzaron en golpes y contragolpes interminables según el día y el circuito. El equipo austríaco se dividió para preparar la próxima temporada mientras en esta llevaba la pugna por el título hasta la última vuelta. Y Honda se retiraba de la Fórmula 1 con un título tras emplearse a fondo para introducir un motor previsto para la próxima temporada, en la que ya no estará presente oficialmente. No hubo una piedra que Red Bull y Verstappen no levantaran para terminar con la hegemonía de Mercedes.
«No se trata solo de hoy, se trata de todo el año. Creo que Max ha estado sensacional todo el año. Se ha sacado el corazón y lo ha vuelto a hacer hoy» declaraba Christian Horner acerca del valor último y la aportación del nuevo campeón en 2021. Porque Red Bull lo volvió a hacer. No solo ha roto la hegemonía de Mercedes después de siete años de títulos. También ha completado su segundo gran proyecto: hacer campeón del mundo a Max Verstappen, el heredero de Sebastian Vettel.
Carlos Sainz, podio y quinto en la general
Otro de los grandes triunfadores en Yas Marina fue Carlos Sainz. También, del campeonato. Su cuarto podio de la temporada culminaba una extraordinaria evolución en su primer año con Ferrari y frente al liderazgo indiscutible de Charles Leclerc hasta su llegada. En Yas Marina Sainz terminaba como primer piloto por detrás de los de Mercedes y Red Bull, superando a Lando Norris y Charles Leclerc, justo en la última carrera y tras marchar toda la temporada a la estela de ambos. De no ser por el trompo de Jeddah, Sainz también habría superado en las últimas cinco carreras a su compañero en los entrenamientos. Nadie esperaba del madrileño semejante resultado global.
«Era un objetivo difícil el estar a la altura en un primer año, casi sin test de pretemporada y sin acabar de hacer las carreras que me hubiera gustado hacer. Me he empezado a parecer al Carlos de McLaren, el que hizo dos años buenos. El quinto puesto en el Mundial es algo simbólico, pero también significativo de lo fuerte que he terminado el año y de cómo vamos a afrontar el próximo campeonato», remataba Sainz para culminar un final extraordinario en su debut con Ferrari.
Mientras, Fernando Alonso volvió a terminar en los puntos en Yas Marina. Pero el asturiano hace tiempo que vive y compite en clave de futuro con Alpine: «Ojalá el año que viene tengamos más potencial para luchar delante. A partir de Bakú he sumado bastantes puntos, he limado cosas que no estaban bien. No somos muy rápidos, y el año que viene hay que dar un paso adelante. Tenemos muy buen equipo de carreras, el de estrategia, las paradas en boxes…. Por cómo ejecutamos la carrera somos un equipo casi referencia, pero nos faltan más prestaciones de las dos fábricas, la de Enstone y Viry, y esperemos que las tengamos para el año que viene».