El GP de Austria se deslizaba por la pendiente de la monotonía y el retorno al dominio de Max Verstappen en el pasado. Lando Norris no lograba romper los siete segundos de media con los que Max Verstappen le mantenía a distancia. El británico había sufrido una nueva humillación en la carrera esprint del día anterior, cuando se censuraba haberse comportado como un “amateur” al abrir la puerta inocentemente a Max Verstappen en el duelo del sábado.
Por segunda vez consecutiva, el holandés le derrotaba cuando Norris tenía una mano ganadora. Esta vez, el piloto de McLaren iba ni a ceder, ni a perder. Ardió Spielberg, y no por la victoria de Verstappen ante las tribunas abarrotadas de color naranja, como cuando en otras ocasiones los aficionados neerlandeses celebraron la victoria de su ídolo.
Norris iba a permitir revivir la derrota de Montmeló con un monoplaza igual o superior al Red Bull. Sin embargo, Verstappen volvió por sus fueros, y demostró que prefiere quedar antes fuera de carrera que ser adelantado. George Russell se encontró así con la segunda victoria en la Fórmula 1, la primera de Mercedes desde 2022.
Carlos Sainz salvó a Ferrari en otro trazado desfavorable para el SF24, de nuevo inferior hasta con Mercedes. El tercer puesto le permite al cuarto puesto y seguir defendiendo su estatus en estos tiempos de incertidumbre para elegir futuro. Al contrario que Fernando Alonso, víctima nuevamente de la extraordinaria involución de Aston Martin, que en Spielberg alcanzaba nuevas cotas.
“Él siempre ha sido así”
Tras su espectacular exhibición en los entrenamientos -cuatro décimas a Lando Norris- Verstappen se marchó con la misma facilidad del británico hasta la parada en boxes en la vuelta 52 que, junto con su error al volver a la pista, dejaba al holandés al alcance del DRS de Norris, que redujo la diferencia a menos de dos segundos.
Tras varios intentos infructuosos, Norris se lanzó con decisión en la curva 3 pero Verstappen cerró en dos ocasiones agresivamente al McLaren, toque incluido que provocó el pinchazo en ambos. Norris tuvo que abandonar, pero Verstappen pudo seguir y, aunque penalizado con 10 segundos, aún pudo terminar en quinta posición. La polémica estaba servida.
«Estaba haciendo cosas que no está permitido hacer y sin ser penalizado. Espero una batalla dura contra Max, espero agresividad y superar los límites. Pero las tres veces en que lo intenté, hizo cosas que podían provocar un accidente. Fue imprudente y desesperado por su parte”, declaraba Norris al terminar.
«Sólo esperaba una carrera dura, justa, respetuosa y al límite, y no creo que fue lo que tuve” lamentó Norris, “el siempre ha sido así. Respeto mucho a Max y lo que puede hacer, pero hay momentos en los que creo que va demasiado lejos, y hoy es algo así. Es un accidente, pero al mismo tiempo estoy decepcionado. Arruinó mi carrera y destruyó mi coche».
“Casi me estrello…”, el reproche de Norris a Verstappen
Amigos en Mónaco y jugadores de pádel, Norris respondía a la pregunta: “¿Qué se va a continuar mi amistad con él? No lo sé, dependerá de cómo se explique. Si dice que tiene razón, se habrá terminado, si admite que hizo algo estúpido, entonces lo entenderé”. Verstappen no dijo ni una cosa ni la otra.
Mientras Christian Horner cuestionaba los movimientos de Norris para adelantar a su piloto, Andrea Stella, intervino al terminar la carrera: “Creo que toda la población del mundo sabría quién es el responsable, excepto un grupo de personas», declaraba el responsable de McLaren, el problema es que si no se abordan estas cosas volverán, y han regresado hoy porque no se abordaron adecuadamente en el pasado, cuando hubo algunas peleas con Lewis Hamilton que necesitaban ser castigadas con dureza». Sin duda, el tema coleará hasta el próximo Gran Premio de Gran Bretaña.
George Russell recogió los frutos del duelo y el desenlace final Norris y Verstappen, regalo inesperado que Mercedes aprovechaba gracias a la evolución de los últimos grandes premios, que ha situado al equipo alemán por delante de Ferrari.
El británico recordaba la anécdota de los compases finales, cuando Toto Wolff le gritaba por la radio “¡Puedes ganar!” tras el incidente de Norris y Verstappen. “Tranquilo Toto”, le vino a contestar por la radio el británico. “Casi me estrello cuando me gritó al oído, fue así de fuerte”, por lo que luego se disculparía el austríaco, emocionado un triunfo que no lograba el equipo alemán desde Brasil 2022, el segundo desde 2021. Solo Ferrari y McLaren han ganado desde entonces al margen de Red Bull. Tras Russell terminaba Oscar Piastri, único consuelo para McLaren, que adelantaba a Carlos Sainz en los compases finales.
“No fue un fin de semana fácil”
El madrileño logró un podio inesperado para Ferrari en una pista incómoda para el SF24, que sigue acusando el rebote en las curvas largas y rápidas, y que el equipo italiano no logra curar, como el español recordaba tras los entrenamientos del sábado. «Hay que celebrar este podio porque ha sido un fin de semana complicado para el equipo. Hemos estado un paso por detrás de Red Bull y McLaren, medio paso por detrás de Mercedes, y hemos conseguido arañar el podio».
Desde la quinta posición de parrilla, Sainz se mantuvo a la estela de Russell durante toda la carrera, y por delante de Lewis Hamilton. Superar a un Mercedes, un Red Bull y subir al podio optimizó las posibilidades de Ferrari, que contaba con el quinto monoplaza de la parrilla en Spielberg, después de que Leclerc sufriera un toque en la primera vuelta y tras sus errores en la clasificación esprint y del gran premio.
“Para nosotros, hoy se trataba de mantener el ritmo de Russell, aunque al principio sabíamos que el Mercedes probablemente tendría un poco más que nosotros. Lo intentamos todo para mantenernos cerca, pero Piastri nos superó muy rápidamente al final”, resumía el madrileño al terminar. “Sin embargo, este podio debe hacernos felices y orgullosos, no fue un fin de semana fácil, así que un tercer puesto y quince puntos podemos considerarlo un buen resultado».
Alonso y Aston Martin, cada año peor
Para Fernando Alonso, el Gran Premio de Austria supuso otra etapa más en la involución de Aston Martin. Mientras que el pasado año terminaba quinto a 30 segundos del ganador, el pasado domingo fue doblado por el ganador, George Russell, que en 2023 había terminado por detrás del español.
Alonso salió en el GP de Austria a tres paradas, fruto de su retrasada posición de salida (decimoquinto), Tras entrar en boxes en la vuelta 12, al adelantar a Guanyu Zhou cometió un inusual error de cálculo que le costó diez segundos por sanción. Hundida su carrera, Aston Martin buscó un gesto para la galería con la vuelta rápida final que ni puntuaba. Al final terminó decimoctavo, con Stroll cinco puestos por delante. El mismo resultado que Aston Martin cosechaba en… 2022, con Sebastian Vettel todavía en el equipo.
Ferrari, Red Bull, y el McLaren de Norris terminaban por delante de Alonso y Aston Martin en 2023. Este año, Alpine, Haas y RB también batieron al equipo británico. «Las conclusiones son muy claras, o por lo menos para mí son blanco y negro de lo que hemos hecho en el coche y de lo que tenemos montado ahora mismo, de lo que tenemos que mejorar y mantener, así que tenemos que reunirnos, ir a Silverstone con la moral alta”. Aunque Alonso ya avisaba en Montmeló que el próximo circuito también formaba parte de la triada maldita, de ese calvario en el que Aston Martin sigue viviendo.