Entre Rosberg y Hamilton el duelo ha sido apasionante durante toda la temporada. Como lo fue el gran premio americano. Sin embargo, el desarrollo de la prueba en Austin dejó la sensación de un piloto jugando al gato y al ratón con su rival. La sensación de superioridad del británico fue una victoria deportiva pero, sobre todo, psicológica. Porque Rosberg debió comprender de nuevo que carece de armas contra Hamilton. Son ya diez victorias a cuatro.
Hamilton perdía la pole frente a Rosberg por un problema de frenos y aunque este lideró casi la mitad de la prueba, el británico se mantuvo a corta distancia. Pero tenía controlado a su pieza. A pesar de que la parada en boxes le alejó a casi tres segundos, en cinco vueltas se colocó a su estela a placer. Y de repente, ese magistral adelantamiento en la curva 12, mitad error de Rosberg, mitad reflejos y agresividad felinas de Hamilton. Pilló al piloto alemán totalmente desprevenido.
Un gran duelo al final
Durante unas vueltas, Rosberg parecía sonado, pero éste se entonó en el último tercio de carrera. Comenzó un fascinante duelo a cuchillo entre ambos, con secuencias de vueltas en las solo milésimas separaron a ambos. Pero Hamilton demostraba estar en total control de la carrera. Fue una actuación magistral, Ganó cómo y cuándo quiso.
Pero al margen de la impresión global dejada por esa película, cabría detenerse en ese adelantamiento de Hamilton como una pequeña joya deportiva. «Nico no se defendía allí, así que le pillé cuando no lo esperaba». Y cuando Rosberg quiso reaccionar ante semejante zarpazo, puso en evidencia fue hasta qué punto había sido cazado.
Ricciardo aprovecha todas las oportunidades
Afortunadamente, el Gran Premio de Estados Unidos compensó el soporífero espectáculo de Sochi. A lo largo de toda la carrera y clasificación se produjeron cambios constantes. Y, en el caso de Daniel Ricciardo, hasta cierto punto inesperados, porque al final quedó en el aire la sensación de que Red Bull y el australiano robaron el podio y la carrera a Williams.
Tanto Fernando Alonso, que le había superado en la salida, como Felipe Massa y Bottas, cayeron ante Ricciardo. Ciertamente, la estrategia del equipo ayudó a ganar las posiciones a los monoplazas del equipo británico, pero también el ritmo del australiano durante la carrera fue magnífico, como el propio Alonso constató al final de la prueba al comprobar la velocidad del RB6 a ser adelantado.
Ferrari, cerca de la humillación
El balance final de Austin fue duro para Ferrari. 1,5 y 1,7 segundos respecto a la pole de Mercedes el sábado. 1 minuto y 36 segundos de diferencia frente al ganador el domingo. Raikkonen, doblado, antepenúltimo. Alonso pasó por la bandera a cuadros con el aliento de Vettel en su alerón trasero pese a que el alemán arrancó desde boxes. Antes había superado ampliamente al finlandés. El Red Bull de Ricciardo y los dos Williams terminaron muy por delante…
El séptimo puesto de Sebastian Vettel ilustra los problemas de Ferrari a la que el alemán estuvo a punto de humillar si hubiera superado también a Alonso, lo que habría logrado con una vuelta más. Porque el piloto alemán, saliendo desde boxes, terminó en el cogote del F14 T de Alonso y muy por delante de Raikkinen.
A pesar de la soberbia actuación de Hamilton y del mazazo psicológico a Rosberg, la resolución del título queda abierto hasta la última carrera ¿Cincuenta puntos en juego en Abu Dhabi? «Para mí, es magnífico escucharlo», reconocía Rosberg al término del Gran Premio de Estados Unidos, «aún queda Brasil, y también es posible darle aquí la vuelta».