«¡Ya era hora!» Ha tardado mucho en llegar, pero finalmente lo he conseguido. Estoy muy feliz por todo mi equipo, finalmente cumplí con ellos. Un día largo, una carrera dura, pero finalmente llegué a la cima”. Hamilton, Alonso, Ricciardo, Sainz… Los principales protagonistas de la Fórmula 1 entraron en la pista expresamente para abrazar a Lando Norris tras su primera victoria.
Se decía que una carrera esprint desinflaba la del gran premio correspondiente, porque la primera anticipaba el resultado de la segunda. Afortunadamente, la carrera de Miami rompió los esquemas en el momento más necesario para la Fórmula 1, hastiada del dominio de Max Verstappen. Que rompió un piloto cuya victoria fue celebrada unánimemente.
Las palabras de Lando Norris resumían también la primera cita americana de la temporada. El británico remataba cinco años de experiencia en la Formula 1 sin victorias a pesar de sus catorce podios. McLaren lograba su segundo triunfo en doce años, el anterior en Monza con Daniel Ricciardo en 2021.
Para Carlos Sainz y Fernando Alonso, la cita americana tuvo sin embargo más sabor agrio que dulce a pesar del ritmo de podio del primero y la rebelde actuación del segundo tras un sábado inusualmente gris por parte del asturiano.
El singular asfalto de Miami, calor, sí, pero unos neumáticos que no degradaban y de rendimiento desconcertante, sobre todo a una vuelta, la evolución incorporada por McLaren al MCL38, un afortunado coche de seguridad para Lando Norris, un bolardo atropellado por Max Verstappen… Varios factores rompieron la tendencia que ya marcada en 2024. Sí, Sainz ganó en Australia, pero Max el holandés y Red Bull caminan imparables hacia su tercer título. Al menos, un respiro de vez en cuando.
El bolardo de Verstappen
De hecho, Verstappen lograba las dos poles y la victoria en la carrera sprint. En la tercera vuelta ya sacaba casi dos segundos a Charles Leclerc. Todo apuntaba a la repetición de una nueva exhibición. Y, sin embargo, el Gran Premio de Miami se convirtió en una carrera intensa e igualada como hacía tiempo no se recordaba.
La prueba comenzó con Sergio Pérez tirándose en bomba a la primera curva, tal y como Hamilton había hecho en la carrera esprint. A punto estuvo de llevarse a tres rivales por delante como el británico. Milagrosamente no fue así, pero frustró la carrera de Sainz, que había superado a Leclerc y se colocó a la estela de Verstappen que también estuvo a punto de ser embestido por el mexicano.
Verstappen, Leclerc, Piastri y Sainz se convirtieron en el pelotón de cabeza. Sorprendentemente, el holandés no se escapaba. Todo el grupo de cabeza salía con medios y alargó al máximo la primera y única parada después de que Leclerc lanzara el primer ataque al parar en la vuelta 19.
Los líderes se lanzaron a una serie de vueltas rápidas en las que Verstappen cometió un raro error al llevarse un bolardo por delante. Horner revelaría después que su monoplaza había sufrido daños considerables que condicionaron el resto de su carrera.
A Lando Norris le toca la lotería
Salió el coche de seguridad virtual para limpiar los restos en la pista, que no pudo ser aprovechado por el grupo de cabeza por su corta duración. Entró primero Verstappen, luego Piastri y Sainz, cuatro vueltas más tarde. Aquí cambió el signo de la carrera.
Lando Norris aguantó en la pista y se colocó primero. Fue entonces cuando Kevin Magnussen protagonizó su enésima barrabasada del fin de semana, llevándose a Loran Sargeant en la curva 2. Ahora sí, salió el coche de seguridad, todo un regalo para Lando Norris. El tiempo ahorrado en su parada le permitió volver a la pista en primera posición. No habría más pasos por boxes.
Fue entonces cuando Max Verstappen sorprendió con su ritmo. “No puedo hacer girar el coche, es un desastre”, se quejaba el holandés por la radio. El bolardo y sus consecuencias. Cuál no será el ritmo del Red Bull que, a pesar de ello, Charles Leclerc no pudo alcanzar al monoplaza austríaco en la parte final de la prueba.
Lando Norris, sin embargo, se marchaba con un ritmo sorprendente, un aviso de futuro para sus rivales, especialmente Ferrari. El equipo británico había traído tantas novedades a su MCL38 que ocupaban casi dos páginas del comunicado de la FIA. Lando Norris voló hacia su primera victoria, después de 110 carreras en la Fórmula 1. “Me duele la voz, me duele la garganta…” bromeaba el británico tras su celebración dentro del casco al pasar por la bandera a cuadros, la primera de su vida en la Fórmula 1. Verstappen y Leclerc completaron el podio.
Sainz: Todo lo que podía salir mal, a peor
Y, por detrás, Carlos Sainz. Sin embargo, el madrileño no pudo vivir una carrera más desafortunada, ya que todos los incidentes o movimientos se volvían en su contra, uno tras otro.
Si se había colocado segundo en la primera curva, con lo que hubiera supuesto respecto a Leclerc, Pérez le mandaba a la cuarta posición. Desde allí mostró un gran ritmo, hasta el punto de pedir insistentemente a su equipo que le dejara adelantar a Leclerc. Negativo. Primer coche de seguridad virtual: no puede aprovecharlo por encontrarse en la otra punta del circuito.
¿Que Ferrari le regala a Leclerc una parada de 1.9 segundos? La de Sainz fue de 3.1, dificultando su posible adelantamiento al monegasco a final de carrera a pesar de montar neumáticos más frescos ¿Qué alargaba su parada en boxes para aprovechar un posible coche de seguridad? Este sale en la vuelta siguiente a la parada. Piastri y Sainz salieron juntos a la pista. Su duelo posterior pudo haber sido el de un hipotético triunfo.
Una absurda sanción para Carlos Sainz
Pero las vicisitudes del madrileño no habían terminado. Oscar Piastri le sacó de la pista cuando ya le había superado. Ni investigación, ni sanción al australiano. A continuación, Sainz volvió a la carga en la curva 17 y le superó en una maniobra crítica. Tocaba ligeramente el alerón del McLaren al clavar su monoplaza y deslizar ligeramente la parte trasera. Sainz, a diferencia del incidente anterior, fue sancionado con cinco segundos al finalizar la carrera. La cuarta posición en meta se convirtió en quinta oficial.
“Estoy frustrado por la salida porque con ese episodio terminamos fuera de la pista y eso nos hizo perder posiciones, perdiendo tiempo con Max y Charles que se mantuvieron al frente”, explicaba Sainz al terminar respecto al incidente que condicionó el resto de su carrera.
“Vi que hoy los comisarios no fueron agresivos con las penalizaciones, así que traté de ser agresivo para encontrar el adelantamiento y terminar en cuarta posición» apuntaría tras su duelo con Oscar Piastri.
Afortunadamente, no hubo micrófonos para recoger sus palabras tras una sanción absurda. «El hecho de que, de no ser por la ligera pérdida de control de la parte trasera por parte del coche 55, la colisión probablemente no habría ocurrido y habría sido una lucha dura pero buena», rezaba el comunicado oficial con los cinco puntos de sanción.
Alonso: “No he hecho un fin de semana redondo”
Por su parte, Fernando Alonso firmó su más deslucido fin de semana con Aston Martin. El AMR24 se atragantó en Miami, aunque Alonso ya lo había anticipado el jueves antes de empezar. Aunque no se esperaba que tanto.
“No he hecho un fin de semana redondo por mi parte”, reconocía el asturiano al terminar. “En las dos clasificaciones no he conseguí sacar una vuelta buena, y eso ha comprometido las salidas y la carrera. Como equipo no hemos conseguido la puesta a punto, no estaba en esa ventana en la que opera en perfectas condiciones. Si hubiésemos tenido algún entrenamiento más habríamos hecho algún cambio y habríamos tenido más ideas», resumió.
Desde la decimoquinta posición de salida (primera vez que Alonso se quedaba en el Q2 mientras que Stroll pasaba al Q3) Alonso se enzarzó en una dura pelea con los Alpine, y pudo aprovechar (a diferencia de Sainz) el coche virtual para cambiar neumáticos. Fajador y correoso, logró remontar hasta la novena posición final tras un gran y limpio duelo con Esteban Ocon, sumando dos puntos con mejor sabor de lo esperado antes de comenzar el fin de semana americano.
«Ha sido una carrera extraña, luchábamos con Russell, pero también con Alpine. O íbamos tan rápidos como los Mercedes, o tan lentos como los Alpine, tenían mucho ritmo aquí. Es un fin de semana difícil, lo mejor son los dos puntos del domingo. Quizás más de lo que esperaba conseguir”.
En la próxima cita de Imola, ya en Europa, llegará la primera gran evolución de Aston Martin. Tan necesaria como el agua que Charles Leclerc no pudo beber en todo el Gran Premio de Miami a bordo de su monoplaza.