Un monoplaza, el de Mercedes, era un auténtico caza de combate en Estambul. Pero el líder del campeonato penalizaba con pinzas para no irse al fondo de la parrilla. Un escudero, Valtteri Bottas, que se mostraba intratable como pocas veces en su carrera. Un Red Bull que, a diferencia de las últimas pruebas, no tenía respuesta alguna para Mercedes. Un Ferrari que con Charles Leclerc amagaba al podio y se la jugó por la victoria. Un Fernando Alonso que lograba su mejor clasificación de 2014, Y con Carlos Sainz en el fondo de la parrilla…Estas y otras singularidades se unían en una de las carreras más curiosas de 2021. Porque si el circuito de Estambul fue la pista con menor adherencia del campeonato en 2020, este año fue totalmente a la inversa. Para más inri, algo único: en esa superficie tuvo lugar un gran premio que se celebró prácticamente sobre mojado a pesar de que no había llovido durante la carrera.
Antes del GP de Turquía en Mercedes eran conscientes del misil que tenían, pero también que debían tomar una difícil decisión. Algunos problemas en sus unidades de potencia indicaban que la penalización, tarde o temprano, resultaría inevitable. Peor, cuantas menos carreras para terminar el campeonato. La cuestión era cuando y cómo. Se trataba de minimizar daños, como Verstappen y Red Bull en Sochi. De modo que el equipo alemán decidió cambiar algunas partes de su unidad de potencia, las suficientes para penalizar solo diez puestos. Con el ritmo que tanto Bottas y Hamilton disfrutaban en Estambul la victoria era un valor seguro. Pero no contaban con la sorpresa que la meteorología y el singular asfalto de Estambul se guardaba para la cita turca, y que tanto iba a condicionar a Hamilton.
Bottas cumplió a la perfección
Los pilotos lo descubrieron en los entrenamientos del sábado: si el grip era fabuloso por el tratamiento con agua a presión para esta edición y solventar así los problemas de 2020, por otro lado, ese mismo asfalto tardaba horas en secar. La lluvia caída el domingo por la mañana iba a condicionar inesperadamente todo el desarrollo de la prueba, con los neumáticos intermedios como protagonistas y la duda de cuándo secaría la pista como principal factor estratégico. Menos para el líder durante casi toda la prueba y ganador final: Valtteri Bottas. Solo perdió momentáneamente la primera posición ante la apuesta de Charles Leclerc y Ferrari. Bottas controló perfectamente la complicada situación y reconoció que su décima victoria de su carrera en la Fórmula 1 quizás fuera la mejor de todas. «Es un alivio el que finalmente haya ganado una carrera este año, hace ya mucho tiempo (que no ganaba) y no fue una victoria fácil. Con estas condiciones solo hacía falta concentrarse sin pausa y no podía cometer ningún error».
Desde luego, porque a la caza estaban los dos pilotos de Red Bull, Max Verstappen y Checo Pérez, ambos en el podio, aunque sin la menor opción de amenaza al finlandés. El GP de Turquía ofrecía dos caras de la moneda para el holandés y su equipo. Por un lado, el piloto recuperaba el liderato del campeonato, pero ambos empiezan a temer que Mercedes haya puesto otra marcha en esta recta final del campeonato. «En agua parece que tenían algo más de ventaja también», confirmaba Verstappen, «tenemos que analizar por qué no hemos sido competitivos aquí, y creo que han dado un paso adelante (en referencia a Mercedes), incluso con el liderato, las cosas no van a ser fáciles». Y parece que Austin también será pista muy propicia para el monoplaza alemán.
La 'no lluvia' complicó la vida a Hamilton, enzarzado durante toda la carrera con su equipo sobre la decisión a tomar con la estrategia de carrera. Remontó hasta la tercera posición, pero Mercedes le obligó a entrar a solo ocho vueltas del final ante el riesgo de perder totalmente sus neumáticos intermedios y tener que abandonar. La quinta posición final llegó entre constantes quejas y discrepancias del piloto con su muro de boxes a pesar de la confianza de sus responsables en la decisión a tomar, y confirmando de nuevo esa tendencia del británico a desmarcarse de los suyos cuando las cosas no funcionan. Al final, Hamilton no pudo minimizar los daños en la misma medida que Verstappen dos semanas antes en Sochi. «Cuando era tercero pensaba: «si puedo quedarme aquí, será un gran resultado desde la undécima posición. Quinto es peor, pero podría haber sido peor». Hoy, cada punto es oro en esta lucha letal que llegará hasta la última carrera de la temporada salvo gran sorpresa.
En el GP de Turquía se invirtieron los términos para los dos pilotos españoles. Fernando Alonso lograba su mejor posición de parrilla desde 2014, y arrancaba quinto. Sainz penalizaba por su nueva especificación de motor y salía desde el fondo del saco. El podio se antojaba como una remota pero más cercana opción para el de Alpine. Sainz solo podía aspirar a remontar hasta donde lo permitieran las singulares condiciones de la pista y sus muchos rivales por delante.
Carrerón de Sainz; Alonso lo perdió en la primera curva
Para Alonso todo se truncó en la primera curva cuando fue sacado de la pista por Gasly. A continuación, cometió un error inusual en su carrera deportiva: se llevó por delante a Mick Schumacher. Desde Sochi no había dejado de puntuar, pero en Estambul cosechaba uno de sus peores resultados en 2021: decimoséptimo. «Es frustrante que cuando no somos competitivos tengamos una carrera aburrida, y cuando lo somos tenemos condiciones locas, pasen cosas caóticas», comentaba el asturiano al final de la carrera, algo que ya temía desde el sábado, como avisó. Así fue. «En otras carreras, cuando no somos competitivos y estamos atrás son carreras aburridas y no hay ningún caos. Es lo que hay, seguramente estemos acumulando muchísima suerte para el año que viene».
Por su parte, Carlos Sainz redondeó su fin de semana para Ferrari con otra gran remontada. Trabajo oscuro de puesta a punto para el equipo durante los entrenamientos, relegó a Ricciardo en el Q1, ayudó con un rebufo crucial a Leclerc, remontada hasta el octavo puesto… Solo necesitaba una parada en boxes que le hubiera acercado hasta la sexta o séptima posición. Su equipo se pegó un tiro en el pie en boxes. «Hemos conseguido minimizar el daño de la penalización del motor. Ha sido divertido, especialmente en la primera parte de la carrera cuando era posible adelantar porque no había una trazada limpia. Y es por lo que no puedo estar decepcionado. Te vas pensando en qué hubiera pasado sin la parada, porque nos ha costado estar detrás de Ocon seis o siete vueltas. Siempre te quedas con el 'y si' pero, en general, lo olvidaremos rápidamente. Es un día para estar más contento que decepcionado».