Max Verstappen volvió por sus fueros en el Gran Premio de Emilia Romagna en el circuito de Imola. Con su pole y triunfo nada parecía haber cambiado tras el paréntesis de Miami. En realidad, todo fue distinto, quizás una señala esperanzadora para esta segunda fase del campeonato que arrancaba en Imola.
Con su triunfo, el holandés arrebataba las ilusiones de Ferrari y los tifosi, en un fin de semana “agridulce”, como resumía Fred Vasseur al recoger los bártulos y marchar para la cercana casa de Maranello. Porque también McLaren fue superior, y solo la sanción a Oscar Piastri tras los entrenamientos del sábado permitió el podio de Charles Leclerc, premio de consolación para la escuadra italiana.
Fue también una carrera desalentadora para Carlos Sainz y Fernando Alonso, aunque en distinto grado. Para el asturiano vienen tiempos difíciles si Aston Martin no endereza el rumbo y el aparejo del AMR24 tras lo visto en la pista italiana.
Red Bull siempre se revuelve
Verstappen se salía una y otra vez el viernes mientras los Ferrari volaban. Imola parecía castigar al RB20. «Supongo que no puede ser peor que lo que tuvimos hoy, ¿verdad?», declaraba el holandés. Su monoplaza parecía totalmente descuadrado incluso con las novedades incorporadas en el fin de semana italiano.
Pero Red Bull ha repetidamente demostrado que sabe revolverse por la noche de los viernes. Con trabajo intensivo de simulador durante la madrugada en Milton Keynes a cargo de un campeón del mundo de resistencia, Sebastian Buemi, el equipo austríaco supo dar la vuelta al guante y Verstappen se encontró con otra máquina distinta. Cuando aprovechó el rebufo de Niko Hulkenberg logró las centésimas necesarias para la pole. En Imola, como recordaba Alonso, el segundo circuito más difícil para el adelantamiento en todo el calendario. La victoria estaba asegurada.
Pero, ¿Por qué un fin de semana distinto, si Verstappen cosechaba los mismos resultados? La alegría del holandés por la radio confirmaba cuánto había sufrido para lograr la pole desde el viernes. En segundo lugar, igualaba las ocho consecutivas de Ayrton Senna en la misma pista en la que había fallecido el brasileño treinta años antes.
¿Y cuando un piloto de Fórmula 1 gana dos carreras en el mismo fin de semana? Antes de arrancar el gran premio, Verstappen compitió en las 24 Horas de Nurburgring virtuales y con su equipo ganaba la prueba. El piloto de Red Bull había pilotado hasta en la madrugada. Quedaba rematar el gran premio.
Acogotado por Norris
Verstappen se escapó como acostumbra en los primeros compases de la carrera. Nadie parecía inquietarle, a pesar de los esfuerzos de Lando Norris. Sin embargo, el británico comenzó a reducir sorprendentemente la diferencia en las últimas vueltas. Tres, dos segundos…En su ataque desaforado, el McLaren pegó un latigazo que quizás dañó el neumático e impidió a Norris echar el gancho del DRS para un adelantamiento in extremis. Al final, siete décimas separaron a ambos en la meta.
“Creo que durante toda la carrera tuve que esforzarme al máximo para intentar abrir una brecha inicialmente. Con los neumáticos medios éramos bastante fuertes, con los duros fue un poco más difícil de manejar, especialmente en las últimas diez o quince vueltas”, resumía el holandés para explicar hasta qué punto había estado sometido a presión. “Ya no tenía agarre y vi a Lando acercándose, así que en las últimas diez vueltas fui a tope. Cuando los neumáticos ya no funcionan y hay que ir a fondo”.
Norris había ganado antes en Miami, y en Imola se lamentaba por “no haber tenido dos vueltas más”. Ver sufrir a Verstappen y Red Bull en dos carreras consecutivas invita a especular y soñar con un cambio de tercio para el campeonato.
Ferrari, sí, pero no en Imola
Ferrari fue el gran derrotado en Imola. Superados el sábado por Verstappen y los dos McLaren, Charles Leclerc subió al podio gracias a la sanción a Oscar Piastri del sábado. Nunca hubo ritmo para inquietar a los monoplazas británicos.
También Ferrari incorporaba nuevas y visibles evoluciones, pero Sainz se encargaba de recordar que esas cuatro décimas que los medios italianos auguraban como mejora estaban en las fantasías de algunos. Así fue.
“Logramos acercarnos a los McLaren, pero luego sobrecalentamos los neumáticos y la diferencia de velocidad entre los coches no era tan grande, por lo que adelantar resultó imposible”, explicaba Fred Vasseur sobre la actuación de sus pilotos. “Sin embargo, ayer podríamos haber hecho un mejor trabajo en la clasificación, y si hubiéramos empezado más adelante, hoy habría sido una historia diferente”.
Vasseur también se abonaba a la esperanza de que Red Bull ya no se mueve a sus anchas. “Podemos decir que es un nuevo comienzo para la Fórmula 1, sí, porque hoy había tres equipos muy cerca uno del otro, en apenas seis segundos después de sesenta vueltas. Esto significa que hay menos de una décima entre los tres coches, algo que pudimos ver ayer (en clasificatorios) y es algo muy bueno para el campeonato».
Un Sainz mohíno
En cuanto a Sainz, tras seguir el paso de Leclerc en los primeros compases de carrera, empezó a perder terreno con el monegasco y a sufrir la presión de Piastri, indudablemente más rápido. Aunque Sainz intentó alargar al máximo la parada en boxes, fue superado por el australiano tras volver ambos a la pista. Y ya no hubo oportunidad alguna.
“Ha sido una carrera difícil para mí, a nivel personal. Ayer, después de la clasificación, vimos un par de problemas con el coche que probablemente también tuvieron un impacto hoy” revelaba el madrileño sobre temas de motor y aerodinámicos sin detallar más que había condicionado su actuación.
“Necesitamos investigar y comprender qué podemos cambiar. No fue una carrera ideal, obviamente no estoy contento porque quieres hacerlo bien, y no quieres que sea la carrera más difícil de la temporada». Lo fue, y desgraciadamente ante los tifosi.
Alonso, conejillo de indias
Verstappen, Norris, Leclerc, Piastri, Sainz… Y en última posición… Fernando Alonso, en el gran premio más duro de la temporada para el español. Aston Martin incorporaba en Imola la mayor evolución hasta el momento. Las primeras impresiones indicaban que, en realidad, más parecía una involución frente a los rivales más cercanos.
Si Alonso señalaba el jueves el objetivo de mantener la pugna con Mercedes, el equipo alemán se perdió en la distancia de Imola, mientras que Lance Stroll puntuó luchando contra el Haas de Hulkenberg y el RB de Tsunoda.
Todo comenzó a torcerse para Alonso con el fuerte accidente del sábado, para a continuación cometer otro error en el Q1 que le arrojó al fondo de la clasificación. Que el AMR24 no funcionaba lo confirmaba la salida desde boxes para modificar los reglajes respecto a Stroll y seguir haciendo pruebas. Como en Austin 2023.
Desde las últimas posiciones de carrera, Alonso ayudó desde la distancia a Lance Stroll. Primero con su primera y temprana parada en boxes (tres en total), que provocó un efecto dominó con los rivales del canadiense. Luego frenando durante algunas vueltas a Ocon, posible rival de su compañero en la parte final de la carrera.
“Tenemos que seguir trabajando, porque todo está muy apretado. Si no mejoras dos o tres décimas, la mejora natural que hay que tener cada dos o tres grandes premios, es difícil”, sentenciaba Alonso a modo de resumen. La situación actual de Aston Martin.