El GP de Japón fue uno de los más cortos de los últimos tiempos. Una de las carreras más esperadas tanto por la cofradía de la Fórmula 1 como por los aficionados nipones después de tres años de ausencia. Aún así, dejó numerosos argumentos para la polémica. A pesar de que Max Verstappen se proclamara oficialmente campeón del mundo por segunda vez. La fantástica temporada del holandés y Red Bull mereció mejor euforia para su coronación definitiva. En casa, además, de Honda.
La Fórmula 1 llegaba a Suzuka con la espada colgante de la falta de resolución en el tema del cumplimiento del límite presupuestario, que tantas ronchas está levantando entre bastidores. Precisamente, con los ojos puestos sobre el equipo que podía asegurar el título en Suzuka.
La lluvia volvió a marcar el GP de Japón
Para empezar, en la pista se confirmó la incómoda y desconcertante relación de la Fórmula 1 con la lluvia. Ciertamente, la seguridad es el bien máximo a tutelar, pero el desarrollo del GP de Japón sigue manteniendo viva la llama de un debate que la realidad sigue confirmando. Las dudas sobre cuándo y en qué condiciones se puede competir acompañan a la anterior y actual generación de monoplazas. Pero en Suzuka se corría el riesgo de que el gran premio nipón, con una de las clientelas más fieles del planeta, terminara en fiasco, como Spa el pasado año o Monza en 2022. Al menos, en el trazado italiano se celebró gran parte de la carrera, a pesar de su ‘coitus interruptus’ final. En Suzuka, una treintena de vueltas ayudaron a salvar la cara. No sin ponérsela colorada a algunos.
¿Por qué salieron tan tarde los monoplazas a competir? Hubo momentos muy intensos de lluvia e imposible visibilidad. Pero al segmento final los protagonistas salieron al asfalto con neumáticos de agua, para cambiar la mayoría a intermedios a los pocos minutos. Sin embargo, el asfalto no era muy diferente al de la media hora anterior. Daba la impresión de que se podía haber arrancado mucho antes y celebrar un gran premio más largo. En la pausa, ante las cámaras, Andreas Seidl puso elegantemente en palabras que la concepción de los sofisticados monoplazas actuales no hacen buenas migas con agua sobre el asfalto.
El accidente de Sainz nada más comenzar la carrera quizás daba la razón inicialmente a la prudencia. Pero la gestión del incidente desenterró los peores recuerdos que tanto traumatizaron a la Fórmula 1: el accidente que supuso el último fallecido en un gran premio, el de Jules Bianchi. Que pudo haberse repetido en la misma pista y en las mismas circunstancias ocho años después.
Gasly y el incidente del tractor, la polémica del GP de Japón
Los gritos de Gasly por la radio, en su box, y en el muro de AlphaTauri dejaban claro la percepción del riesgo que había sentido. Tras pasar por boxes para hacer reparaciones tras el incidente de Sainz, se encontró un tractor sobre el asfalto a pocos metros de su rueda izquierda. Los monoplazas circulaban a velocidad más reducida bajo bandera amarilla, pero Gasly intentó retomar el contacto a 250 km/h, y así pasó junto al tractor. Al darse cuenta de ello, el francés perdió los nervios. También dos puntos de carnet y veinte segundos por la sanción de la FIA.
Sin embargo ¿Por qué la dirección de carrera permitió que saliera ese tractor al asfalto? Desde el accidente de Bianchi, se estableció un protocolo de actuación en todas las categorías: la carrera se neutraliza en caso de que resulte necesario trabajar en un monoplaza con problemas y los comisarios deban salir de sus puestos, no importan dónde. Coche de seguridad virtual, físico o bandera roja son ya recurrentes. Sin embargo, en Suzuka, dirección de carrera permitió o desconocía que ese tractor saliera al asfalto, con todos los coches rodando a su lado bajo condiciones de pésima visibilidad. Lógicamente, la FIA ‘abrirá una investigación’. Pero el error era indudable.
Muchos responsables de Liberty, FOM y FIA estarían ahora en el centro de un gigantesco tornado mediático de haberse repetido un accidente similar al de Jules Bianchi. Pierre Gasly lo tenía claro: “Estoy sumamente agradecido de estar aquí, esta noche voy a llamar a mi familia y a todos mis seres queridos, y si las cosas son como son, es porque pasé a dos metros de esa grúa, y si hubiera estado dos metros a la izquierda, hubiera estado muerto”.
Un GP de Japón a solo 28 vueltas y Verstappen campeón sobre la bocina
Solo 28 vueltas, efectivamente, pero también con dudas y polémicas hasta la última de ellas. Literalmente. Hubo confusión en algunos pilotos sobre cuándo caía la bandera a cuadros, ya que la duración de la carrera se determinaba por tiempo hasta culminar el tope reglamentario para situaciones de demora e interrupción. Por ejemplo, en Charles Leclerc que, además, fue sancionado con cinco segundos que concedieron el segundo puesto a Pérez por el incidente en la última curva. De nuevo, la inconsistencia de criterios que tanto persigue las sanciones en carrera y su aplicación. Más leña al fuego con la FIA. La semana anterior, en Singapur, a Pérez no se le aplicó durante la carrera, lo que perjudicó al monegasco. En Suzuka, los comisarios tardaron pocos minutos en decidir, aunque ahora sin escuchar a los protagonistas como Marina Bay. Mattia Binotto se quejó contundentemente ante la falta de consistencia de criterio, tan cacareada en los últimos tiempos. No parece que será un tema cerrado.
Esa sanción a Leclerc daba el título a Verstappen. Sin embargo, nadie lo sabía. Ni siquiera el protagonista antes de subir al podio. Red Bull no celebró el título porque, como otros equipos, interpretaba el reglamento de forma distinta. Y no fue solo Christian Horner. «Creo que es un error (de interpretación) que no se cerró después de los problemas en Spa el año pasado. Estábamos seguros que solo con el 75% de la carrera se anotarían todos los puntos. Así que pensábamos que nos quedábamos un punto por debajo» reconocería el británico después de la carrera. Al final, el movimiento de Checo sobre Charles le dio a Max el campeonato. De ahí su sorpresa y la del equipo. Pero qué maravillosa sorpresa». Binotto pensaba igual. «Estábamos confundidos y pensamos que no se darían todos los puntos, inicialmente nuestros cálculos eran que Verstappen no era campeón mundial”.
Simplemente, la FIA aclararía posteriormente que se trataba de que las normas establecidas para Spa sobre los puntos a aplicar según la duración de una carrera se referían a que se terminara bajo bandera roja, no a cuadros. Pero nadie lo sabía. Como tampoco absolutamente nadie discutirá los merecimientos de Max Verstappen en 2022. Sin embargo, que el nuevo campeón del mundo y su equipo no pudieran celebrar su triunfo como dios manda al pasar por la meta remataba el deslucido espectáculo del tan deseado Gran Premio de Japón.