Ya dije hace dos años que correr un rally de regularidad es mucho más divertido de lo que la gente piensa. Pero si encima se participa dentro de un equipo tan profesional y preparado como es el de Seat Coches Históricos, si se tiene de compañeros de escudería a legendarios ex pilotos como Salvador Cañellas o Mia Bardolet, si el que se corre es el mítico Rally Costa Brava, si las condiciones climatológicas te brindan la oportunidad de superar tramos secos, con niebla, mojados o totalmente nevados, y por último y a pesar de las complicaciones y el nivel de tus contrincantes, si te llevas para casa un trofeo, el resultado es una experiencia inolvidable y la certeza de que se ha sido testigo de un acontecimiento único que quedará grabado en la memoria.
Competidores de leyenda
La verdad es que el mundillo de los clásicos cada vez tiene mayor aceptación, y si hablamos de rallys con este tipo de vehículos veteranos, las cifras son contundentes. Ha sido el caso del Rally Costa Brava Histórico, con 102 inscritos, 23 de ellos equipos extranjeros de 15 nacionalidades diferentes y vehículos que por sí mismos, incluso en parado, ya son un espectáculo. Por ejemplo había inscritos 6 Lancia Delta Integrale, 3 Lancia 037, un total de 19 Porsche, 5 Ford Sierra RS Cosworth, 6 Ford Escort RS, una legión de BMW M3 o VW Golf, y curiosidades como un Lancia Beta Montecarlo, un Talbot Sumbean, un Lotus Cortina, un Porsche 356 Carrera 2 o un Mitsubishi Lancer conducido por Kenjiro Shinozuka, ganador del París Dakar de 1997.
Sobre el papel y con este despliegue, nuestro modesto Seat 127 no tenía muchas posibilidades de acariciar los puestos de cabeza. Y eso que el modelo histórico de la colección de la marca española tiene algunos toques maestros que lo hacen algo más competitivo. Motor con carburador doble y 50 caballos preparado para utilizar gasolina sin plomo de 98 octanos (con asientos de válvulas reforzados), cambio de relación cerrada, sin mucha velocidad máxima pero con una respuesta mucho más viva, muelles más duros, ballesta trasera retocada para reducir la altura y amortiguadores Bilstein con 'setup' propio, cremallera de la dirección más rápida, colector y escape especiales para que el motor suba mejor de vueltas, neumáticos Yokohama semislicks en medida 155/65 13… Con esas ayuditas y los poco más de 700 kilos que pesa, la verdad es que el 127 ha ganado en agilidad y su velocidad de paso por curva es sencillamente increíble.
El 127 sorprende
Tras los primeros tramos y al terminar la primera etapa la clasificación nos sitúa en un sorprendente puesto 7º, por delante de los otros tres coches del equipo que han sufrido diferentes penalizaciones y de 13 rivales más incluido Shinozuka. Es más, tras la primera jornada sólo lo han hecho mejor cuatro participantes con Porsche, uno con Seat 124 FL y un Ford Lotus Cortina. En el resultado ha tenido mucho que ver la excelente calibración del Blunik que en los entrenamientos puso a punto Fernando Salvador, el copiloto.
El segundo día mantuvimos el tipo bastante bien y conservamos la posición hasta que llegó el tramo Espinelves-Collsaplana, donde una copiosa y contundente nevada que cuajó en pocos minutos, sorprendió a todos y cambió el curso de los acontecimientos. El Seat 127 con sus neumáticos casi lisos superó el tramo perdiendo algo de tiempo y con algún susto, pero llegamos al final con el coche intacto. Nuestros compañeros Fernando G. Blanco y J.C. Andreu con un Ibiza no tuvieron tanta suerte y abandonaban tras una salida de carretera, sin embargo Salvador Cañellas con su excelente copiloto Daniel Ferrater, tiraron de experiencia, manos y motor y subieron 10 puestos hasta el séptimo lugar tras una remontada espectacular.
Pero no nos íbamos a quedar sin el premio a nuestra impecable trayectoria. Cañellas-Ferrater se aupaban a la segunda posición en el podio del Campeonato de España de Regularidad RFdA-50 y nuestro Seat 127 quedaba tercero de esa especialidad, un premio que nos sabía a gloria tras un Rally Costa Brava como los de antes.