Tras los nueve Mundiales consecutivos logrados por Loeb, los dos que ya suma su compatriota Sébastien Ogier dan continuidad a un dominio galo en la especialidad que a muchos les recuerda el ejercido por nuestros pilotos en los certámenes de dos ruedas: mundial de motociclismo, trial… Además, Ogier se mete por derecho propio en el reducido grupo de pilotos de rallys que han revalidado título, como Kankkunen en 1987, Mäkinen en 1997 y, lógicamente, Loeb, que revalidó hasta la saciedad. Y logra completar el dominio de Volkswagen, campeón también en marcas.
Ogier llegaba al Rally de Cataluña, penúltima cita del año, con 27 puntos de diferencia sobre su compañero Latvala, de forma que no tenía la necesidad imperiosa de ganar, pero al francés no le va eso de esperar hasta el último momento y venía a Tarragona con intención de firmar su séptimo triunfo del año. Ese resultado era el único que, con independencia de lo que hiciese Latvala, le garantizaba que podría ir al Rally de Inglaterra 'como turista'. Y Ogier salió a ganar, pues terminaba la jornada del viernes con una renta impresionante de 36 segundos sobre Latvala.
Volkswagen, 11 victorias en 12 rallys
La cita catalana es la única del calendario con tramos mixtos de asfalto y tierra, y eso siempre supone un reto para pilotos y equipos. Los Polo R dominaban sobre los dos tipos de superficie, exhibiendo la misma autoridad que ha llevado a Volkswagen Motorsport a ganar, en lo que va de año, 11 de las 12 pruebas disputadas. Latvala también se ponía el 'chip' de vencedor y recuperaba terreno a lo largo del sábado, jornada que cerraba 27 segundos por detrás de Ogier, que sentía la presión pero guardaba una renta suficiente de cara al desenlace final.
El domingo, Latvala lo dio todo y ganó las cuatro especiales, incluida la última, con puntuación propia, pero Ogier conservaba 11,3 segundos de ventaja y subía al escalón más alto del podio, con su segundo Mundial ya garantizado. Por detrás de Latvala, Hirvonen daba a M-Sport un sabroso tercer puesto con el Ford Fiesta, mientras que Mads Ostberg era cuarto con el Citroën DS3 y Dani Sordo, que había perdido absurdamente 30 segundos en el sexto tramo por un error de su copiloto al tomar la salida, terminaba quinto, justo por delante de su compañero Neuville.