Sin embargo, de pruebas tan aburridas nacen campeonatos intensos en la lucha por el título cuando se produce alternancia de victorias. Porque en el Gilles Villeneuve nadie tuvo respuesta a Sebastian Vettel y Ferrari, que gracias al triunfo del piloto alemán se coloca de nuevo al frente del campeonato. Ni siquiera Mercedes, que ganaba en la pista canadiense en los últimos tres años. La reacción del equipo italiano augura, afortunadamente un certamen reñido en la lucha por el título. «El conjunto de Ferrari es increíble, el coche es fantástico, y el motor, y su consumo, han funcionado increíblemente durante toda la carrera», reconocía Niki Lauda al final de la prueba desde el campo rival. «Tenemos que trabajar muy duro a partir de ahora».
Mercedes no pudo incorporar su última evolución de motor, con lo que tanto Bottas como Hamilton arrancaron y terminaron con limitaciones frente al equipo italiano, una buena prueba de la igualdad entre ambos equipos. Pero también resultó desconcertante que el británico estuviera tan deslucido y blando durante todo el fin de semana en una sus mejores pistas del calendario. Un problema con la temperatura impidió que rodara a plena potencia, pero nunca tuvo respuesta ni siquiera para su compañero de equipo, Viteri Bottas, quien logró la segunda posición. «Lo máximo que se podía conseguir», certificaba el finlandés ante la contundente derrota frente a Ferrari. Hamilton ejerció de comparsa en la pista donde ha ganado en siete ocasiones.
Dominio insultante de Vettel
Vettel controló la carrera, además, con un dominio insultante, sin la menor capacidad de respuesta de Mercedes nunca tuvo capacidad de respuesta. El alemán y su equipo supieron evolucionar desde un viernes donde Vettel no se mostraba cómodo con su monoplaza. El domingo fue un paseo de control sobre sus rivales, incluido su compañero de equipo. Con su triunfo, Vettel lograba su victoria número 50 en la Fórmula 1. «Tener un Ferrari en la victoria hoy y lograrla yo me hace sentir muy orgulloso y honrado. Es un día para recordar al Gran Villeneuve». Porque el equipo italiano no ganaba en Montreal desde 2004.
Salvo el incidente de Lance Stroll y Brendon Hartley al comienzo de la carrera, el Gran Premio de Canadá ofreció muy pocos estímulos, y prácticamente ningún adelantamiento en pista por la posición. Ocon perdió su séptimo puesto por una lenta parada en boxes, y Pérez por un toque con Sainz. Lecrerc volvió a demostrar su extraordinario talento entrando nuevamente en los puntos, además de ridiculizar a su compañero de equipo. Y sí, un cierto oxígeno para Max Verstappen después de sus exabruptos contra la prensa por su racha de incidentes. El tercer puesto fue lo máximo a lo que podía aspirar Red Bull, y gracias.
Renault confirmó nuevamente que se asienta como cuarto equipo de la parrilla.. El séptimo y octavo puesto de Hulkenberg y Sainz optimizó al máximo el nivel actual del equipo francés y su cosecha de puntos. No hay para más cuando, como en Montmeló, los monoplazas franceses fueron doblados por los tres equipos punteros, a los que separa un abismo del resto de la parrilla. El piloto español se acerca poco a poco a su compañero, décima a décima, pero necesita batir al alemán el sábado para superarle en carrera. Porque el equipo Renault tampoco lo permitió en el Gilles Villeneuve la pelea en la pista entre ambos.
Alonso, ante el reto de Le Mans
Y punto y aparte para Fernando Alonso. El piloto español y la Fórmula 1 celebraban su carrera número 300. El hito sirvió para homenajearle y hacer balance de su ya larga carrera. Por ello resultaba inevitable plantear también su futuro en la Fórmula 1. Pero el fin de semana canadiense no ayudó mucho si el español está pensando en poner fin a su trayectoria a finales de la presente temporada. Porque desde hace un par de meses Alonso repite los mismos mensajes sobre la monotonía en la Fórmula 1 y su carácter predecible al haberse convertido en un «campeonato de constructores». Tras mantener el tipo con Honda tres años y la desilusión con el MCL33 ahora motorizado por Renault, pocos alicientes le quedan para continuar, máxime cuando McLaren tiene un largo ciclo por delante hasta situarse en condiciones de volver a aspirar a la victoria. El Gran Premio de Canadá echó más sal a la herida. El fiasco en los entrenamientos (los dos monoplazas se libraron milagrosamente de quedarse en el Q1) vino acompañado por el segundo abandono consecutivo en carrera. Ya ni la fiabilidad está acompañando a McLaren.
«Probablemente hasta hace un par de años estaba solo concentrado en la Fórmula 1 y no había otras categorías, ahora que las conozco, vuelves a como deberían ser las cosas. Si tienes un buen día, estás primero, y si tienes un mal día o cometes un error, eres cuarto. Aquí eres séptimo tanto si tienes un buen día como uno malo» confesaba en Montreal. Pero en este fin de semana, ni siquiera vio la bandera a cuadros. Las 24 Horas de Le Mans le esperan, donde llega «el gran desafío de la temporada, en un campeonato en el que soy líder». Con semejante panorama y perspectivas de futuro ¿Seguirá en activo en 2019 en la Fórmula 1? La respuesta, a la vuelta del verano. De momento, se empieza a percibir la dirección del viento.
El Gran Premio de Canadá dejó una buena cosecha para la luchar por el título, pero también un mensaje importante para la Fórmula 1 y sus propietarios, Liberty. Tienen trabajo por delante en los próximos años para cambiar el panorama actual y reducir al mínimo carreras como la última.