“He tenido el placer de ganar carreras y ser parte de un equipo, de ganar un campeonato y estar en la pista de carreras. La reacción emocional a esto fue la más grande que he visto en mi carrera de Fórmula 1. Fue extraordinario: los gritos, los alaridos. Carlos hizo un video frente a la cámara que duró básicamente un minuto y medio; se perdieron el primer minuto, hubo gritos continuos durante ese período de tiempo, y solo esto me dijo lo que significaba para cada una de esas personas que estaban allí”.
James Vowles, máximo responsable de Williams, explicaba la explosión de júbilo colectivo con que su plantilla abrazó el anuncio del piloto español a través de un video para los miembros del equipo.
Un piloto procedente de Ferrari significaba un golpe de efecto y confianza hacia una de las escuadras mas gloriosas de la Fórmula 1 que, sin embargo, no es hoy siquiera el pálido reflejo de sus mejores tiempos. La labor de James Vowles es devolver a Williams allá donde su nombre y palmarés merece. Carlos Sainz cree también en el proyecto.
Cuando los grandes se peleaban por Williams
En el Gran Premio de Hungría de 1992 los periodistas no daban crédito a lo que oían: Ayrton Senna se ofrecía a correr gratis con Williams para evitar la entrada de Alain Prost en el equipo británico. Aquel fin de semana, Nigel Mansell lograba el título a bordo de un monoplaza británico. Entre bastidores, Prost logró durante su año sabático un contrato con Williams, arrinconando a Ayrton Senna para 1993. Ganó su cuarto título aquel año. Williams era la referencia absoluta de la Fórmula 1, como en estos últimos años lo ha sido Red Bull o Mercedes
Con nueve títulos de Constructores y siete de pilotos, Williams no gana desde el Gran Premio de España de 2012, y su último título se remonta a 1997. Hoy, el equipo británico es penúltimo en el actual campeonato, con 4 puntos. En 2023 terminó séptimo, con 28. Desde 2017, ha caído al sótano de la Fórmula 1, acumulando desde entonces 130 puntos en estas últimas ocho temporadas. Solo Carlos Sainz lleva 162 esta temporada.
A finales de los setenta, la Fórmula 1 en nada se parecía a la actual. Emprendedores apasionados, ambiciosos, competitivos, luchaban por sobrevivir en un entorno extraordinariamente competitivo, donde tan crucial era el rendimiento del monoplaza en la lista como la capacidad para sobrevivir financieramente. El propio Williams, como Enzo Ferrari, Ron Dennis o Bernie Ecclestone, eran figuras carismáticas cuya dimensión contribuyó a amplificar y perfilar la Fórmula 1 tal y como la conocemos en el presente.
Personalidades únicas
La odisea de Frank Williams para hacerse un hueco y triunfar en la Fórmula 1 resulta peregrina en estos tiempos de globalidad, cosmopolitismo y abundancia financiera que disfruta este deporte. El británico comenzó 1969 1 con un Brabham BT26A de segunda mano y su amigo Piers Courage como piloto. Sin recursos económicos, siempre endeudado, aunque con una titánica tenacidad y pasión, Williams vivió tiempos de zozobra constante hasta asentarse en la Fórmula 1.
Tuvo incluso que vender su primer equipo al multimillonario Walter Wolff en 1976, pero volvió a independizarse para fundar Williams Grand Prix Engineering, el embrión del equipo actual del que a partir de 2025 formará parte Carlos Sainz.
Dos hitos ayudaron a la consolidación de Williams tanto en la pista y fuera de ella. La asociación con el ingeniero Patrick Head, artífice de sus éxitos en el apartado técnico, y la llegada de los petrodólares a final de los setenta. En 1980 llegó su primer título con Alain Jones. Así comenzó a labrarse el tercer palmarés más importante de la Fórmula 1.
El éxito, y el accidente
En 1984 Williams se convirtió en el equipo oficial de Honda y, junto al fabricante japonés, Nelson Piquet logró el título en 1987. Sin embargo, en 1986 llegó un momento crucial que determinaría la vida del propio Frank Williams y su equipo. Al salir del circuito Paul Ricard, un accidente dejó al fundador en una silla de ruedas.
A pesar de semejante golpe, el británico no abandonó la dirección del equipo. Viajaba a cada gran premio acompañado de un asistente personal. Sin embargo, Honda dudó de su futuro y decidió abandonar Williams para asociarse con McLaren. Durante unos años, el equipo británico sobrevivió con motores de segunda fila. Aunque sus mejores momentos estaban aún por llegar.
Los tiempos que forjaron a un clásico
Williams no era un técnico, como algunos de los ingenieros que dirigen equipos actualmente (Andrea Stella en McLaren, por ejemplo) ni tampoco piloto (como Christian Horner, en Red Bull). Se trataba de un motivador dotado de una competitividad inagotable y una pasión incombustible por las carreras. De la mano de su inseparable Patrick Head, reunió a primeros de los noventa a un brillante grupo de ingenieros (Ross Brawn, Paddy Lowe, Adrian Newey) bajo cuya dirección creó monoplazas imbatibles asociado a Renault como suministrador de motores.
Mansell lograba el título en 1992, Prost en 1993 y Senna no pudo al año siguiente por su fallecimiento, aunque en 1994 Damon Hill luchó con Schumacher hasta la última carrera. En 1996 y 1997 llegaron los últimos títulos con Hill y Jacques Villeneuve a los mandos.
Williams siempre fue celoso de su independencia a ultranza. El pasado y sus comienzos le habían marcado. De 2000 a 2005 su equipo se asoció con BMW como suministrador oficial, pero sin aceptar la participación en su accionariado del fabricante alemán. Aunque siempre entre los tres primeros, la mejor época de Ferrari con Michael Schumacher oscureció al equipo británico.
Así comenzó la decadencia
«Siento que Frank Williams haya perdido el barco», declaraba Eddie Jordan a finales de 2005, tras vender su propio equipo, y anticipando un duro futuro para Williams como equipo independiente. «La idea de retirarme o vender el equipo nunca ha cruzado por mi mente. También, supongo que, subconscientemente, el equipo es un gran antídoto diario para las dificultades en las que me encuentro. Siempre hay algo de lo que preocuparse, lo que puede ser muy saludable, realmente» reconocía el fundador. Jordan acertaba, ya que desde entonces se inició la lenta decadencia y agonía de Williams.
Aun con Williams al frente, llegó un ambicioso ejecutivo, Adam Parr. CEO del equipo, chocó con Head, pero también con Ecclestone. Aunque diversificó las actividades del equipo y buscó su salida en bolsa. En el plano deportivo, con tres motores diferentes en cuatro años resultaba imposible la continuidad técnica y plantar cara a los grandes fabricantes que habían desembarcado en la Fórmula 1.
Desde 2010 se produjeron numerosos cambios en la gestión del equipo. Hasta Patrick Head vendió sus acciones y se retiraron patrocinadores importantes como la multinacional AT&T. La hija de Williams, Claire, se hizo con la gestión del equipo en 2013, pasando Frank Williams a un segundo plano.
El oxígeno de Mercedes, pero poco
La llegada de la tecnología híbrida y su asociación con Mercedes dio un respiro al equipo británico. Williams terminó tercero 2014, primer año del reglamento, repitiendo resultado al año siguiente. Quinto en la clasificación en 2016 y 2017, el declive se aceleraba según avanzaba el nuevo reglamento. Williams carecía de recursos técnicos y humanos para mantenerse siquiera a mitad de la tabla.
Ni la llegada de Lawrence Stroll con su hijo salvó al equipo. La adquisición del equipo por parte del fondo de inversión Dorilton Capital en 2019 por 180 millones de dólares represente un nuevo capítulo en la historia de uno de los clásicos de la Fórmula 1.
James Volwes, uno de los artífices de los éxitos de Mercedes, fue fichado por Dorilton Capital para reestructurar Williams y sacar al equipo británico de su postración. Carlos Sainz, convencido por el plan de los inversores y el liderazgo de Vowles representa el siguiente gran hito en el proceso.
Alan Jones, Keke Rosberg, Nelson Piquet, Nigel Mansell, Alain Prost, Damon Hill y Jacques Villeneuve lograron algunos de sus títulos con Williams, que suma 114 victorias y 313 podios en su haber. Mercedes (128) y Red Bull (120) le han superado en estos últimos años.
“En todo momento, y vale la pena consultar con Carlos porque él te dirá lo mismo, todo lo que le he dicho es la verdad detrás de este proyecto, así que eso significa todo lo bueno y todo lo malo”, explicaba James Vowles recientemente sobre sus desvelos por fichar a Carlos Sainz. “Esto es lo que somos, esto en lo que estamos invirtiendo, este es el motivo por el que creo en ello, así es como se ve el futuro. ¿Quieres ser parte de ello?”. Sainz respondió afirmativamente.
“El objetivo final de devolver a Williams a donde pertenece, al frente de la parrilla, es un desafío que acepto con entusiasmo y positividad. Estoy convencido de que este equipo tiene todos los ingredientes adecuados para hacer historia nuevamente”, proclamaba Carlos Sainz al fichar por Williams. Será una tarea hercúlea.
